domingo, 13 de julio de 2014

Los "ex" de la política: dejar el poder para ser "uno más"

Los "ex" de la política: dejar el poder para ser "uno más"

Fueron dirigentes que representaron a millones de personas, pero, por decisión personal o las circunstancias, regresaron a su actividad profesional. Infobae habló con ellos para averiguar cómo es la experiencia de "volver al llano" junto al ciudadano común

Es una verdad de perogrullo que ser un alto funcionario público y ejercer la representación de quienes depositaron la confianza, ya sea electoral o partidaria, otorga beneficios y reconocimiento por parte de los pares. Incluso, aquellos que hacen política por convicción gozan de una sensación de satisfacción personal, de deber "histórico" cumplido, que conlleva una suerte de superioridad moral sobre el resto de los mortales. "Quien vive para la política hace de ello su vida en un sentido íntimo; o goza simplemente con el ejercicio del poder que posee, o alimenta su equilibrio y su tranquilidad con la conciencia de haberle dado un sentido a su vida, poniéndola al servicio de algo. En este sentido profundo todo hombre serio que vive para algo vive también de ese algo", sostenía Max Weber, uno de los fundadores de la sociología, en su obra El político y el científico (1918).

Pese a la seducción y magnetismo que ofrece el ejercicio del poder, algunos dirigentes deciden abandonar las batallas sociales para adentrarse en una vida menos turbulenta, la del hombre común que se toma el colectivo y va al supermercado. En otros casos, ese retorno a lo doméstico es forzado por las circunstancias, ya sea a raíz de que se cumplió un mandato, o "pasó el tren" de un candidato que dejó de ser atractivo para ciudadanía.

Para María Paula Bertol (PRO), el ya no volver a postularse como diputada nacional significó "bajar un cambio", priorizar la actividad profesional y la familia. "Como legisladora profesional, me gustaba mucho sacar leyes que beneficiaran a millones de personas, lo tomaba como algo realmente importante. Pero toda esa responsabilidad también acumula estrés, son muchas horas de trabajo y tiempo en que no estás en tu casa. Entonces era hora de parar y poder disfrutar de otras cosas, como el mirar atrás y ver todo lo que uno logró, recapacitar sobre los errores y reflexionar cómo harías distinto lo que te salió mal", comentó a Infobae.

La dirigente, quien fue electa tres veces (en 2003 como legisladora porteña, y 2005 y 2009 como diputada nacional),retomó su profesión como abogada no litigante en su estudio jurídico de mediación, una tarea a la que, aclara, le causa placer.
"Enriquece estar de los dos lados del mostrador. Cuando uno vuelve a la actividad privada tiene la posibilidad de hacer otras valoraciones. Desde que tenés tiempo para ir a un Pago Fácil, hasta darte cuenta de que sos responsable por tus empleados y de que todo en tu estudio funcione. Es otra la mirada. Estuve 10 años siendo representante de mucha gente, ahora vuelvo a representarme a mí misma", sostuvo.

A Bertol le ofrecieron otros cargos dentro del aparato del Estado al culminar su representación como diputada. Sin embargo, los rechazó. En su opinión, la rotación en los liderazgos es necesaria para evitar los riesgos de una permanencia eterna en el Estado.

"En la función pública corres el riesgo de creértela, de servirte a vos en vez de a los demás. Los animales políticos, los dirigentes full time y de larga trayectoria que nos gobiernan, son personas que quieren que las inviten, que les rindan culto. Son los que no dieron buena gobernabilidad a la Argentina. Yo la verdad que prefiero políticos más humanos, que tengan una vida equilibrada. Es algo que respeto mucho de Mauricio Macri, que se toma muy en serio la política, pero también puede tener una vida propia. La gente quiere personas normales que los represente", consideró.

Actualmente, Bertol continúa con la actividad partidaria. En abril, el PRO la designó al frente de la escuela de formación de dirigentes del partido. Además, es miembro de la Organización Mundial de Parlamentarios Contra la Corrupción (GOPAC), una ONG. "A pesar de recibir muchos ofrecimientos para quedarme, sentí que si volviese me gustaría volver siendo electa. Decidí tomar este tiempo hasta el 2015. Es un paréntesis, pero mantengo una absoluta vocación política", detalló.

El estigma de la crisis

Otro de los que ya se alejaron de la alta política es uno de los ex ministros de Defensa y Economía del presidente Fernando de la Rúa, Ricardo Lopez Murphy. Replegado como docente en la Universidad del CEMA y la UADE y en la consultoría, el economista recordó cómo vivió los tortuosos ocho días en los que estuvo al frente del Palacio de Hacienda.

"Fue una época muy exigente, de ascetismo y austeridad. Se trabajaba sin descanso. El país estaba en una situación muy adversa, con el precio de los commodities por el piso, tasas de interés muy altas, y nuestros vecinos estaban en una muy mala situación. Estoy muy orgulloso de haber servido a mi paìs en una instancia tan difícil e ingrata", subrayó.

"En mi familia, la política siempre se trató de una carga pública, un deber muy costoso -continuó-. Me sigue pareciendo que hay que hacerlo con lealtad y patriotismo, dando el ejemplo. Así lo intenté toda mi vida, en todas las actividades que he hecho he tratado que mi conducta fuera respetable. Me parece muy importante predicar sobre el ejemplo".

En varios intentos, Lopez Murphy buscó acceder a cargos públicos luego del precipitado fin de su gestión en 2001. Su mejor resultado fue en las elecciones presidenciales de 2003, al obtener el tercer lugar con el 18 por ciento de los votos. Fundó los partidos Recrear y Convergencia Federal. Sin embargo, esas estructuras no le permitieron llegar al Congreso en las diferentes elecciones que se presentó. La última de ellas fue en 2011 como postulante a Jefe de Gobierno porteño, en la que alcanzó el 1,4% de los votos. Desde entonces, no logró a disputar o ejercer cargos parlamentarios o ejecutivos.

"Sigo teniendo mucha actividad cívica, tal vez con menos exposición. Hay modas en la opinión pública. Mi firmeza y principios fue muy atractiva en el 2002 y 2003, aunque a veces tener mi tipo de convicciones no gusta tanto. Soy consciente de mi edad, pero tengo intacta mi vocación cívica y compromiso con las ideas que defiendo", planteó.

Pese a su alejamiento de la política, el ex dirigente de la UCR aclaró que si fuera necesario e imprescindible, "va a estar" nuevamente en la función pública. Sin embargo, reconoció: "Me da la sensación que la gente está entusiasmada con otro tipo de dirigentes".

Barajar y dar de nuevo

"El rol de diputado te permite cierta relevancia y capacidad de intervención que desde afuera no tenés. En lo personal vivo mucho más feliz de cuando estaba en la Cámara Baja". Las palabras son del ex legislador de la Coalición Cívica, Fernando Iglesias. Tras cumplir su mandato del período 2007-2011, Iglesias retornó a su actividad como periodista y escritor, en la que figura una de sus especialidades, los estudios sobre la globalización.

"Estoy muy orgulloso y agradecido a Elisa Carrió y la CC de haber formado el que yo creo fue el mejor bloque de diputados que tuvo la Cámara en ese período. Éramos un bloque pequeño con 19 diputados, y fuimos la principal fuerza de oposición al kirchnerismo en un momento que los que hoy son abiertamente opositores no se exponían tanto en primera línea", recordó el ex parlamentario.

Iglesias, quien compitió por renovar su banca en 2011 y perdió, indicó que fue "muy duro" el final que culminó con el 1,8% que obtuvo la candidatura presidencial de Carrió: "Fue dolorosa la sensación de falta de reconocimiento. Había sido una experiencia muy interesante y estimulante, pero con costos enormes en términos de la vida privada. No fue lindo, pero así es la democracia, no siempre las cosas se dan y la soberanía la tiene el ciudadano".

La salida del Congreso le permitió al otrora soldado de la chaqueña realizar varias actividades en simultáneo. Además de la escritura profesional y bailar tango, una de sus aficiones, el periodista preside el Consejo del Movimiento Federalista Mundial -una organización fundada en 1947 que se ocupa de la idea del federalismo y la democracia a nivel regional y global-, la Democracia Global, y es director de campaña por la Corte Penal Latinoamericana.

Sin embargo, la derrota con la CC en 2011 y los malos tragos que significó enfrentar al kirchnerismo en el parlamento no desalentaron al ex diputado a embarcarse en un nuevo proyecto partidario. Se trata de la organización de la agrupación Cultura Porteña, un armado electoral que busca nuclear "a actores, artistas, intelectuales , profesores universitarios, y gente de la cultura que, aunque no estén dispuestos a someterse al liderazgo partidario, puedan tener una opción para acceder a la Legislatura o al Congreso".

"En algún momento me dije a mí mismo 'cortá con todo, que el mundo se olvide de vos, hacé tu vida'. Yo tengo una actividad política que, en términos del impacto político a nivel global como presidente del Movimiento Federalista Mundial, o en Democracia Global, es mayor a lo que hago a escala nacional. Pero no lo puedo evitar, este país te convoca por las frustraciones e impotencia que genera. Tenemos todo para ser uno de los mejores del mundo en condiciones de vida, y vivimos en una realidad miserable, con un tercio de la población excluida y niveles de violencia, inseguridad y corrupción que nos hacen avergonzarnos. Lo del otro día, con Amado Boudou gritando 'viva la patria' desde el palco de la 9 de julio, muestra el abismo en el que hemos caído", concluyó Iglesias.

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