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domingo, 7 de noviembre de 2010

para entender la realidad, lo que dicen mcuhos

Por Raúl Acosta
Somos todos peronistas

La muerte de Néstor Kirchner ha disparado una eruptiva social de efectos aún indeterminados.
Aparecieron los kirchneristas de la primera hora, los póstumos, los cercanos, los proto kirchneristas, los de la línea fundadora, los auténticos. También los opositores permanentes, los indiferentes, los opositores pero no tanto. El fenómeno, queda dicho, aún no ha terminado.
Kirchner muerto opera sobre la realidad tan fuertemente como en vida. Con menos insultos. La muerte tiene su coraza.
Néstor Kirchner era peronista. Todos queremos a Néstor Kirchner. Todos somos peronistas. La conclusión de un falso silogismo, muy trucho, sirve para mostrar la condenada cerrazón de los sentimientos que provocó. No está mal mostrarlos. Ayuda.
Para muchos la frase que mejor los expresaría sería esta: "Ahora que te has muerto puedo confesar que te quería mucho". Al parecer había un kirchnerismo vergonzante o latente. Vergüenza abandonada en los días de duelo. Más allá de competencias numéricas, aparecieron militantes que no estaban en la estadística. Muestras de cariño explícito. La muerte de Kirchner permitió que saliesen afectos escondidos. Impensados. Sorprendentes. Representantes de los sectores más variados se sumaron y hoy aceptan, sin empacho, que les caía bien el político muerto. Kirchner no tuvo sus votos en vida. Ahora el hecho político (su muerte) es puro sentimiento.
Es innegable que NK transitó la vereda del peronismo. No hay uno, uno solo que niegue esa pertenencia.
Kirchner es integrante del más ortodoxo peronismo y así se entiende su decisión de cerrar las exportaciones si no pasan por el ojo vigilante del Estado Nacional.
El peronismo es estatista y distributivista. Reconoce una sola Confederación General de Trabajadores (CGT) que es, a la vez, la columna vertebral del movimiento justicialista. Hugo Moyano está bien sentado donde está. Y si, por algún desplazamiento estratégico, cambia el titular, no cambia el sentido: los obreros organizados son peronistas. Chau. Kirchner no reconoció a la CTA. No fue capricho, fue ideología. Peronismo profundo, puro y duro. Usar todas las fuerzas posibles para llegar. Gobernar con los que hacen caso. Desconfiar. Son todos enemigos.
El peronismo tiene un líder que dirige. El resto acompaña. Los medios de comunicación no son buenos aliados, nunca lo fueron. Cualquier peronista lo sabe. Fue el peronismo quien expropió el diario La Prensa. Kirchner actualizó el modelo, pero lo respetó. El peronismo galvaniza a los amigos y reúne a los enemigos allá, del otro lado. Son "la contra".
Recuerda, todo peronista que se vanaglorie, a Evita y su desprecio por las sociedades de beneficencia.
Las necesidades se cubren directamente. El movimiento está en el poder. El Partido Justicialista es sólo una herramienta electoral. El diálogo con la clase obrera es permanente. Igual con los actores económicos. Horizontalmente.
No sólo acepta peronistas el peronismo. También socialistas, radicales, independientes. Todo tipo de conversos y arrepentidos están en las filas de un partido que es policlasista y, además, enemigo declarado de los partidos clasistas. Hay dos maneras de hacer la revolución: con tiempo o con sangre. El peronismo, ha dicho Perón, eligió el tiempo.
Kirchner respondió a ese patrón "cincuentista" de modo absoluto. La profundización del modelo no olvidará estos mojones. No quiere. No puede. Cuando amengüe la eruptiva deberían preguntarse, los que adhieren, a qué Kirchner adhieren. En todo caso si adhieren a Kirchner y no al peronismo hay problemas de difícil solución. Nadie niega, si es peronista, la repulsa al FMI. Perón la indicó y la cumplió, el organismo se creó después de su primera y segunda presidencia. Durante su tercer mandato no se tomaron fondos.
El peronismo tiene cuestiones originarias. La aceptación de su mando en las cámaras legislativas. La compleja relación con el Poder Judicial. Con la Iglesia. Con los terratenientes. Con los oligarcas. Con el empresariado nacional y transnacional. El peronismo tiene una forma de relacionarse que es de caudillo a masa.
El peronismo es caudillismo, orgulloso de su formato.
Perón inauguró la plaza como sitio de conversación y es la calle el sitio de su expresión universal.Uno (Perón) dialoga con la multitud y la multitud se encuentra consigo en la calle. Entre las plazas más importantes del peronismo está la del 1º de mayo de 1974. También la del 25 de mayo de 2010.
El peronismo hace del culto a la personalidad un eje vital. Primero la Patria, después el movimiento, finalmente los hombres. Las referencias explícitas de subordinación son, en sí, uno de sus postulados políticos. La vida por Perón es original, es "made in".
En Argentina la adhesión es importante. A su luto respondieron todos los distritos. En Santa Fe sus líderes reales fueron parcialmente efusivos. Binner y Reutemann tuvieron expresiones parecidas. Calmas y mesuradas.
Todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, luego: Sócrates es mortal. Todos los peronistas quieren a su líder. Kirchner es su líder. Todos los peronistas quieren a Kirchner. El silogismo va mejorándose. Ha muerto, queda su memoria. La relación con la memoria acepta muchas anécdotas, diversos cuentos, infinitas interpretaciones de un único saludo. Nació una cercanía con el relato, con la literatura. No existe condena moral en la literatura (Milán Kundera). El peronismo es una saga que ya lleva más de 60 años escribiéndose. Alberto Fernández, Gustavo Béliz rescatando sus pertenencias (hay muchos en ese estante) son muestras del viaje permanente, del cambiante relato. No hay condena moral en el relato peronista.
El Kirchner que sobrevive está desfigurándose. Es otro. Otros. El de los que no son peronistas, ni lo serán, pero quieren tener un ídolo que, al estar muerto, no los avergüenza. Ese es el más raro. Existe claramente. Convive con uno ranciamente peronista.
Si Kirchner viviera podría decir o hacer algo que avergonzase sus corazones. Peor: podría expulsarlos de su cercanía. Condenarlos. Nombrarlos, que es lo mismo. "Ahora que te has muerto puedo quererte sin que me jodas o me avergüences, no harás nada nuevo". Ya no es malo ni peligroso quererlo. Es, sin vueltas, un riesgo posible. Tal vez las ciencias que estudian la conducta humana puedan explicar, casi racionalmente, esto que pasa. Casi. Se sabe hace demasiado tiempo que el peronismo es inexplicable.
Todos los peronistas son mortales. Kirchner es peronista. Kirchner es mortal. Qué silogismo raro.
De hecho no hay 100 peronistas cada 100 habitantes. ¿Cuántos son los que verdaderamente son?
Es muy fácil querer a quien seguirá quieto en una estampita. Hay demasiado bicharraco del embuste, mucho carancho volando. Mejor: cantemos a Lito Nebbia, al fin de cuentas un peronista desde hace tantísimos años:... "Creo que nadie puede dar una respuesta, ni decir qué puerta hay que tocar. Creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena, tanta herida, sólo se trata de vivir". Vivir sin silogismos, si fuese posible.
Por María Herminia Grande Principio del formulario
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Argentina vive la cultura del PJ
Desde la aparición del justicialismo a mitad del siglo 20, Argentina vive en una cultura peronista. El justicialismo no nace virgen. Aparece abrazándose a la doctrina social de la Iglesia; a predicamentos que consienten el derecho del trabajador y la reivindicación de la mujer como actora social y política del socialismo. Vino para continuar el trasvasamiento nacional y popular iniciado por el irigoyenismo hacia sectores que no habían sido incluidos: los más desposeídos. Históricamente respondió a liderazgos. Toda discusión interminable acababa cuando el jefe decidía. De acuerdo a quién fuese el líder, conductor, jefe del momento, las decisiones que siempre fueron finalmente responsabilidad de uno, tuvieron un perfil más o menos participativo. Recordar por ejemplo el cabildo abierto del peronismo, donde dos millones de personas pedían a Evita ser la compañera de fórmula del general Perón en la segunda presidencia. Aunque parezca una nimiedad, no fue un asambleismo. Evita los escuchó… pero Perón decidió. Tal vez desde este hoy podamos ser comprensivos con aquella forma de interpretar y hacer política, si sólo recordamos que eran tiempos donde el 50 por ciento de la población no votaba por el solo hecho de ser mujer. El peronismo desarrolló errores pero consolidó un proyecto de Nación. A tal punto que hoy en forma contraria a sus inicios, es el radicalismo, es el socialismo, los que toman como propios el lenguaje de la cultura peronista. Por eso más allá del signo político que gobierne, se puede decir que en Argentina existe un fenómeno que atraviesa la política y sus actores llamado peronismo.
El peronismo en sus orígenes disputó poder y escribió su ideología. Hizo del partido la universidad del aprendizaje ideológico. Pero con el correr de los años, dejó de lado su universidad ideológica para sólo disputar el poder.
El destierro de su ideólogo y la vejez de su humanidad hicieron que Perón no pudiese trasladar a sus partidarios la reconversión de su visión en muchos temas estratégicos del proyecto nacional y fundamentalmente en la forma de entender a la política. No tuvo las fuerzas físicas para desandar el camino de la violencia mostrando lo imprescindible de la paz.
Podríamos desde este hoy analizar que algo parecido –el desfasaje de los tiempos– le ocurrió al propio Balbín cuando no entendió que el camino de la coincidencia con el peronismo como marcaba Frondizi, era inevitable. Nuestra Argentina atravesada mucho más por la intolerancia que por la comprensión, vivió grandes involuciones en largos períodos de mordaza y silencio. Los jóvenes del 73 siendo hijos universitarios de padres obreros, olvidaron que tenían en su conocimiento la llave posibilitadora para la mayor de las transformaciones. Al optar por la violencia mostraron el fracaso de ese país y de esa concepción peronista que habían apostado a la superación a través del saber.
En 1983 los sueños de los jóvenes se aunaron en una palabra: democracia. Alfonsín decía que con la democracia se come, se educa y se cura. Desde este hoy, sobre ese sueño inconcluso de Alfonsín, se podría decir que en 1983 los jóvenes sentían que en democracia no existe el miedo. Y Alfonsín dio un paso trascendente para que ese sueño fuese realidad.
Los jóvenes del 90 abandonaron muchos de sus sueños por desilusión. Cuando los jóvenes se desilusionan el país no camina, transcurre…
Los jóvenes del 2000 se iban o soñaban con irse del país…
Los jóvenes del 2010 debieran ser el producto del aprendizaje de los errores nuestros. Debieran ser los herederos capaces de concretar el sueño iniciado con Alfonsín para que con la democracia se coma, se eduque, se cure. Debieran ser los herederos de Duhalde cuando soñó con un país en plena producción para fustigar a la pobreza. Deberían ser los herederos de Cristina Fernández de Kirchner cuando prometió más institucionalidad y calidad a la democracia.
Los jóvenes de hoy con la frescura de su rebeldía debiesen exigir batalla total y absoluta a la corrupción, dado que otra vez hoy, como en el origen de los tiempos peronistas hay muchos jóvenes excluidos…demasiados. Esa es una gran asignatura pendiente.
Otra vez rumores de un entendimiento de Binner con la Casa Rosada
El socialismo santafesino quedó de nuevo enredado en especulaciones de un supuesto acuerdo con el gobierno de Cristina Kirchner para aprobarle el presupuesto a cambio de una autorización de la Nación para construir el Puerto de la Música en terrenos portuarios de Rosario.
Las sospechas de un nuevo entendimiento surgieron luego de un supuesto "equívoco" de la diputada nacional binnerista Alicia Ciciliani, quien estampó su firma al dictamen oficialista en la comisión de Presupuesto.
Su colega porteño Roy Cortina tuvo que salir a marcarle la cancha y decir públicamente que el socialismo no debe votar el proyecto de presupuesto 2011 que impulsa el gobierno.
"Votarlo a favor sería contradictorio con lo que hemos venido sosteniendo como oposición", sentenció el legislador.
El diario La Nación ayer señaló que la Casa Rosada fantasea con una alianza con el socialismo de Santa Fe y que en esa dirección prestará "apoyo financiero" al Puerto de la Música.
Las versiones se acoplan a un movimiento de las últimas semanas. El gobernador Hermes Binner volvió a colocar al frente del Enapro al dirigente Angel Pini Elías, a quien había desplazado meses atrás.
La primera reunión de directorio vuelta a presidir por Elías, celebrada en la semana que pasó, aprobó la reconversión y ampliación del puerto de Rosario. Esto implica reacondicionar un nuevo espacio de seis hectáreas y la construcción de un muelle de 350 metros al sur de la ciudad, y liberar la actual zona operativa ubicada en la extensión de avenida Pellegrini y el río. Allí irá el Puerto de la Música.
El diputado provincial Marcelo Gastaldi levantó la voz ante el hermetismo que siguió a esa reunión de directorio. "No estoy en contra del proyecto del Puerto de la Música y sugiero no caer en la trampa que nos propone el socialismo de contraponer política cultural con política productiva. La cuestión que deben confesarnos es que ubicar el Puerto de la Música en la única zona portuaria operativa significa emplazar un nuevo muelle con un piso de costo de 150 millones de pesos aportados por los santafesinos. Con lo cual, el presupuesto del Puerto de la Música ascenderá a 300 millones".
"El agravante -agregó- es hacer la inversión y que quede para un concesionario en convocatoria de acreedores y que opera con una medida cautelar. Cuando el Estado concesiona la lógica es que el privado invierta para que en su momento esa inversión quede en el ámbito público. Acá rompieron toda lógica".
LAS ENCUESTAS MUESTRAN UNA NOTABLE IMAGEN POSITIVA DE LA PRESIDENTA

Con intención de acompañarla

Tras la muerte de Néstor Kirchner, la entereza de Cristina Fernández se refleja en una aprobación de entre dos tercios y tres cuartos de los consultados. La intención de voto la impondría hoy en primera vuelta, y hay una fuerte revisión de la imagen del ex presidente fallecido.
 Por Raúl Kollmann
La entereza y la forma firme en que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner transitó los primeros días de su gobierno después de la muerte de su esposo se reflejan en forma notoria en las encuestas. Entre un 65 y un 75 por ciento de las personas consultadas --depende qué encuestadora haya hecho el relevamiento-- opina bien o muy bien de la Presidenta. También dos de cada tres personas creen que hay que apoyarla, y de cara a las elecciones de 2011 la intención de voto de Cristina marca una enorme diferencia con los demás candidatos.
Antes de la muerte de Néstor, tanto él como la Presidenta aparecían liderando las encuestas, aunque con una intención de voto que oscilaba entre el 32 y el 36 por ciento. Ahora las posibilidades de la Presidenta de ganar en primera vuelta se incrementaron mucho, al punto que si las elecciones fueran hoy, conseguiría mucho más de lo necesario --45 por ciento de los votos-- para imponerse sin ballottage. Es cierto que buena parte de los encuestadores consideran que hay un efecto producido por la muerte de Néstor, el impacto de la multitud que acompañó su velatorio y una fuerte revisión de las opiniones sobre él. Hoy en día, tres de cada cuatro argentinos tienen una evaluación buena o muy buena del fallecido ex presidente.
Las conclusiones surgen de tres encuestas realizadas por las conocidas consultoras Centro de Opinión Pública (CEOP), que lidera Roberto Bacman; Ricardo Rouvier y Asociados, encabezada por Ricardo Rouvier e Ibarómetro, que conduce Doris Capurro. Las tres empresas realizaron encuestas nacionales, con más de 1100 personas consultadas cada una y respetando las proporciones por edad, sexo y nivel económico social.
En el trabajo de Ibarómetro, un 72 por ciento de los consultados dijo que evalúa como bueno o muy bueno el desempeño de la Presidenta. A conclusiones similares llegan los estudios del CEOP y de Ricardo Rouvier. Pero lo cierto es que la evaluación de la Presidenta ya venía en fuerte crecimiento desde fines del año pasado y, sobre todo, en el primer semestre de 2010. El CEOP, que ahora registra niveles de aprobación del 65 por ciento, publicó en este diario sus datos tanto en octubre como en septiembre. En cambos casos, la Presidenta ya tenía una imagen positiva del 55 por ciento. Es decir que hay un crecimiento esencialmente porque se la percibió muy dolorida por la pérdida de su compañero, pero a la vez con capacidad para retomar rápidamente la conducción del país. En el trabajo de Rouvier la gente lo dice en forma explícita: se aprueba su gestión "por la entereza que afronta su pérdida", "porque está más cerca del pueblo", "por la Asignación Universal por Hijo" y "porque ayuda a los humildes". Esas fueron las respuestas más repetidas por los encuestados.
También en el estudio de Ibarómetro se mencionan algunas razones que tienen que ver con el cuadro de situación actual. El 74 por ciento de los consultados dice que apoya a la Presidenta para que pueda gobernar, hay un 61 por ciento que cree que hay un mejor clima social en estos días y un 70 por ciento afirma que Cristina mostró firmeza "y eso me gusta".
Sin duda que la muerte de Néstor Kirchner revalorizó fuertemente su figura. Esto se percibe, por ejemplo, en que la oposición terminó reconociendo en forma pública buena parte de lo realizado por el ex presidente y, sobre todo, hubo un notorio impacto de las imágenes de miles y miles de personas conmovidas y agradeciendo a Kirchner por diferentes políticas e iniciativas de su gobierno. Las cifras de las encuestas son ahora apabullantes: más del 70 por ciento de los ciudadanos opinan bien o muy bien de Néstor Kirchner, una evaluación que tenía cuando dejó el gobierno, en 2007, que perdió durante el enfrentamiento con el campo y que también se venía recuperando en forma sostenida desde fines de 2009. Según el sondeo del CEOP se le reconoce haber conseguido la estabilidad económica, el impulso de la Asignación Universal por Hijo, la estatización de las AFJP y Aerolíneas Argentinas, todas medidas que tienen buen consenso en la población.
El trabajo de Rouvier sobre intención de voto está en sintonía con varias encuestas publicadas por este diario la semana pasada. Sin embargo, el crecimiento del voto a Cristina Kirchner fue palpable hace siete días y ahora sigue su curso ascendente. Hoy la Presidenta conseguiría el 45 por ciento de los votos, es decir que no habría ballottage, ganaría en primera vuelta. Pero, además, cuadriplica a su inmediato perseguidor, Mauricio Macri, que apenas recoge el 11 por ciento de los votos. Ricardo Alfonsín está casi en el mismo nivel, 10 por ciento, después vienen Eduardo Duhalde con el 9 y Pino Solanas con algo más del 6 por ciento. Si el candidato radical fuera Julio Cobos, su intención de voto treparía al 12 por ciento, también lejos de lo que hoy podría recoger el oficialismo.
Por supuesto que falta casi un año para la elección presidencial. Más allá de lo que la Presidenta decida en materia de candidaturas, lo fundamental es la marcha de la gestión de gobierno. Y, como punto de partida, está claro que la Presidenta cuenta con un fuerte respaldo en la población. Apenas un siete por ciento la ve mal y una absoluta mayoría quiere que no le pongan palos en la rueda.

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