Apuntes de política provincial
Campaña que hace historia
Por Teresa Pandolfo - tpandolfo@ellitoral.com
La campaña para las elecciones primarias ha invadido todos los ámbitos de acción y/o reflexión en la provincia, aún los no políticos. Como un río que inunda por derrame, así todas las actividades están impregnadas del efecto electoral.
Cualquier persona foránea que ingrese a la geografía santafesina podría confundir los comicios del 22 de mayo con una elección general para la Presidencia de la Nación. Ése es el ritmo, la fuerza de la contienda que por momentos parece un compulsa “a todo o nada”. Ésa es la energía volcada en este proceso electoral y que se traduce en un sinnúmero de iniciativas y en la contaminación visual que ha ganado las calles y con presencia en los medios de comunicación.
Difícilmente se recuerde una elección similar desde el regreso de la democracia, siempre hablando del territorio provincial. El final de esta contienda para la selección de los candidatos que participarán en las generales de julio ha involucrado a la totalidad de la militancia de los partidos, a sus dirigentes y a las autoridades en todos los niveles.
El gobernador Hermes Binner se ha jugado a fondo por Antonio Bonfatti con los efectos políticos que dicha decisión significa para dentro de su partido y respecto de su propia carrera política. Pero además de este hecho -hartamente conocido y explicado- la mayor parte de la dirigencia intermedia y superior está expectante de salir beneficiada por el voto popular.
Pensar que en la provincia, actualmente, se lleva adelante alguna acción que no esté imbuida de un interés sectorial partidario, significa estar viviendo virtualmente en otro escenario geográfico.
En el Frente
Dentro del Frente Progresista Cívico y Social, Rubén Giustiniani y Antonio Bonfatti sostienen haber pasado a los demás, en tanto los allegados a Mario Barletta consideran que el armado realizado en el interior con la estructura territorialmente extendida de la Unión Cívica Radical y la alianza con el ARI, les asegura el triunfo.
Quizás todavía no sea tan así pero es real que desde hace años que no se veía una movilización de la militancia dentro del partido centenario, dentro del territorio santafesino. Si algo hay que reconocerle a Barletta es haber devuelto a la militancia la responsabilidad de compartir una campaña con la consigna de hacer frente con ideas superadoras, a una embestida fuerte del gobierno de la provincia, colocado en esta compulsa en la vereda de enfrente.
Dentro de las huestes del socialismo ya se escuchan arrepentimientos por no haber encarado internamente las cosas de otra manera, no por la figura de quien resulte ganador sino por cómo quedarán las relaciones internas y su impacto en la escena nacional.
En estos días, primero por parte de Bonfatti y Lifschitz y luego del propio Binner, hubo una suerte de reproche hacia Giustiniani por no haber armado la estructura nacional del partido, que avalara al gobernador en sus aspiraciones en un fórmula presidencial. Estas apreciaciones han sido las últimas instancias de la larga saga de descalificaciones al senador provenientes del binnerismo.
Respecto del futuro Binner, el radicalismo mantiene quizás un doble juego: seguirán las conversaciones con el gobernador respecto de una alianza amplia en el plano nacional inclusiva de Francisco de Narváez, pero por otro lado, son claros los movimientos de que les interesa más el enclave con el Peronismo Federal en la provincia de Buenos Aires y con el macrismo en la capital federal, que una alianza con un socialismo que arrastren las consecuencias de las primarias en Santa Fe.
Peronismo
En el justicialismo, los dos precandidatos de cuño kirchnerista: Agustín Rossi y Rafael Bielsa cuentan con el fuerte respaldo de los integrantes del gabinete nacional enrolados en la reelección de la señora de Kirchner y del “derrame” de la Casa Rosada hacia Santa Fe.
En otro plano, Omar Perotti está haciendo una buena campaña porque registra un crecimiento en adhesiones, en los lugares que ha visitado. Es la imagen de un intendente exitoso de la Pampa Gringa -con todo lo que ellos implica como valor simbólico- y con una gestión de avanzada en aplicación de tecnologías y proyectos en marcha. La porción de la dirigencia obeidista que lo acompaña la da la estructura de la que Perotti carece y, en ese plano, no fue menor que Carlos Reutemann se dejara fotografiar con el precandidato y que esos registros gráficos llegaran a las redacciones televisivas en Buenos Aires y a las de la provincia. Todo el mundo sabe que si esas fotos no hubieran sido autorizadas por el senador nacional, no se hubieran difundido. En el caso de la ciudad capital, el conocimiento popular de Diego Degano colabora en el conjunto.
La otra pata justicialista pero aliada con el macrismo es Miguel Torres del Sel. El integrante de Midachi cuenta con la limitada estructura duhaldista en la provincia. A cambio, con la emorme ventaja su conocimiento público. Las encuestas muestran que transversalmente le come votos al socialismo en Rosario y al peronismo en esta capital. ¿Cuánto de tanta adhesión popular se traducirá a votos? Es difícil estimarlo con un sistema de votación diferente a los anteriores pero, posiblemente, la boleta única a Del Sel lo favorezca en lo personal, no así al resto de los precandidatos que lo acompañan en las otras nóminas.
La forma de votación y realización del escrutinio implicará más horas hasta obtener el resultado de la elección. Esta periodista considera que cualquiera sea éste, el comicio quedará en los registros históricos por todos los condimentos legales y políticos que se conjugan. Un resultado que será, además, de proyecciones más largas que una definición sobre quiénes participarán en las elecciones generales del 24 de julio.
La campaña para las elecciones primarias ha invadido todos los ámbitos de acción y/o reflexión en la provincia, aún los no políticos. Como un río que inunda por derrame, así todas las actividades están impregnadas del efecto electoral.
Cualquier persona foránea que ingrese a la geografía santafesina podría confundir los comicios del 22 de mayo con una elección general para la Presidencia de la Nación. Ése es el ritmo, la fuerza de la contienda que por momentos parece un compulsa “a todo o nada”. Ésa es la energía volcada en este proceso electoral y que se traduce en un sinnúmero de iniciativas y en la contaminación visual que ha ganado las calles y con presencia en los medios de comunicación.
Difícilmente se recuerde una elección similar desde el regreso de la democracia, siempre hablando del territorio provincial. El final de esta contienda para la selección de los candidatos que participarán en las generales de julio ha involucrado a la totalidad de la militancia de los partidos, a sus dirigentes y a las autoridades en todos los niveles.
El gobernador Hermes Binner se ha jugado a fondo por Antonio Bonfatti con los efectos políticos que dicha decisión significa para dentro de su partido y respecto de su propia carrera política. Pero además de este hecho -hartamente conocido y explicado- la mayor parte de la dirigencia intermedia y superior está expectante de salir beneficiada por el voto popular.
Pensar que en la provincia, actualmente, se lleva adelante alguna acción que no esté imbuida de un interés sectorial partidario, significa estar viviendo virtualmente en otro escenario geográfico.
En el Frente
Dentro del Frente Progresista Cívico y Social, Rubén Giustiniani y Antonio Bonfatti sostienen haber pasado a los demás, en tanto los allegados a Mario Barletta consideran que el armado realizado en el interior con la estructura territorialmente extendida de la Unión Cívica Radical y la alianza con el ARI, les asegura el triunfo.
Quizás todavía no sea tan así pero es real que desde hace años que no se veía una movilización de la militancia dentro del partido centenario, dentro del territorio santafesino. Si algo hay que reconocerle a Barletta es haber devuelto a la militancia la responsabilidad de compartir una campaña con la consigna de hacer frente con ideas superadoras, a una embestida fuerte del gobierno de la provincia, colocado en esta compulsa en la vereda de enfrente.
Dentro de las huestes del socialismo ya se escuchan arrepentimientos por no haber encarado internamente las cosas de otra manera, no por la figura de quien resulte ganador sino por cómo quedarán las relaciones internas y su impacto en la escena nacional.
En estos días, primero por parte de Bonfatti y Lifschitz y luego del propio Binner, hubo una suerte de reproche hacia Giustiniani por no haber armado la estructura nacional del partido, que avalara al gobernador en sus aspiraciones en un fórmula presidencial. Estas apreciaciones han sido las últimas instancias de la larga saga de descalificaciones al senador provenientes del binnerismo.
Respecto del futuro Binner, el radicalismo mantiene quizás un doble juego: seguirán las conversaciones con el gobernador respecto de una alianza amplia en el plano nacional inclusiva de Francisco de Narváez, pero por otro lado, son claros los movimientos de que les interesa más el enclave con el Peronismo Federal en la provincia de Buenos Aires y con el macrismo en la capital federal, que una alianza con un socialismo que arrastren las consecuencias de las primarias en Santa Fe.
Peronismo
En el justicialismo, los dos precandidatos de cuño kirchnerista: Agustín Rossi y Rafael Bielsa cuentan con el fuerte respaldo de los integrantes del gabinete nacional enrolados en la reelección de la señora de Kirchner y del “derrame” de la Casa Rosada hacia Santa Fe.
En otro plano, Omar Perotti está haciendo una buena campaña porque registra un crecimiento en adhesiones, en los lugares que ha visitado. Es la imagen de un intendente exitoso de la Pampa Gringa -con todo lo que ellos implica como valor simbólico- y con una gestión de avanzada en aplicación de tecnologías y proyectos en marcha. La porción de la dirigencia obeidista que lo acompaña la da la estructura de la que Perotti carece y, en ese plano, no fue menor que Carlos Reutemann se dejara fotografiar con el precandidato y que esos registros gráficos llegaran a las redacciones televisivas en Buenos Aires y a las de la provincia. Todo el mundo sabe que si esas fotos no hubieran sido autorizadas por el senador nacional, no se hubieran difundido. En el caso de la ciudad capital, el conocimiento popular de Diego Degano colabora en el conjunto.
La otra pata justicialista pero aliada con el macrismo es Miguel Torres del Sel. El integrante de Midachi cuenta con la limitada estructura duhaldista en la provincia. A cambio, con la emorme ventaja su conocimiento público. Las encuestas muestran que transversalmente le come votos al socialismo en Rosario y al peronismo en esta capital. ¿Cuánto de tanta adhesión popular se traducirá a votos? Es difícil estimarlo con un sistema de votación diferente a los anteriores pero, posiblemente, la boleta única a Del Sel lo favorezca en lo personal, no así al resto de los precandidatos que lo acompañan en las otras nóminas.
La forma de votación y realización del escrutinio implicará más horas hasta obtener el resultado de la elección. Esta periodista considera que cualquiera sea éste, el comicio quedará en los registros históricos por todos los condimentos legales y políticos que se conjugan. Un resultado que será, además, de proyecciones más largas que una definición sobre quiénes participarán en las elecciones generales del 24 de julio.
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