jueves, 15 de diciembre de 2011

economía: el fin de la "etapa rosa"...


(*) El video es imprescindible para la lectura del post y nos muestra cómo la sana competencia, es capaz darle darle competitividad a una bazofia.
En su discurso de apertura, Cristina Kirchner señaló como eje central de la política económica para el año 2012 y sucesivos a la inclusión social con competitividad en el marco de un proceso creciente de reindustrialización.
La combinación de dólar caro y costos laborales por debajo de la media resolvió en buena parte el problema de la competitividad de la economía nacional desde el año 2002 en adelante, por caso el actual presidente de la UIA , Ignacio de Mendiguren, de esto sabe bastante y es una buena fuente de consulta al respecto.
Hemos visto en Ramble varias veces, que hoy los costos laborales por trabajador son los más bajos desde el año 2005 y en promedio tras la mega devaluación, son aún ( mucho) más bajos que en el año 2001.
Por otra parte, la alternativa de dólar alto como única vía realmente existente para mantener la competitividad de la economía en general y la del sector industrial en particular, no parece adecuada a costa de desarticular el eje de inclusión social creciente, que el gobierno debe sostener por diversos motivos, no solo económicos vinculados al consumo doméstico como motor central del crecimiento . Sucede además que este es un gobierno peronista y despliega un proyecto histórico, si ese despliegue se suspende, el gobierno ya no gravitaría ...
Las presiones sobre el tipo de cambio recientes y las anteriores ( hubieron cinco según Cristina) se inscriben en la saga - entre otras cosas - de perpetuar la competitividad vía tipo de cambio alto exclusivamente. Complementariamente debe señalarse que otras alternativas menos salvajes de ganancia de competitividad no se han transitado (ay!) con la intensidad deseada .
Por ejemplo, los niveles de inversión privada en el país, no son aún los esperables en una etapa que permitió altísimas tasas de ganancia empresaria , mientras, cerrando el círculo, el sector financiero privado, otro gran ganador de la etapa, no presta a tasas y plazos razonables más que para el consumo y pareciera ya demandar a los gritos una ley de reforma que ordene el volumen, la orientación y costo del crédito.
Para enfocar aún más la problemática que enfrenta en el tercer mandato del proyecto nacional iniciado en mayo de 2003 , un nuevo - viejo artículo del Axel Kicillof, hoy viceministro de economía, permite analizar la extensión del campo del debate y los líneamientos probables de la política económica para un año donde "la etapa rosa" va concluyendo y se demanda "sintonía fina".
Desde luego se trata de "sintonía fina" sobre el gasto público, cómo que no!, pero también sobre la competitividad empresaria, su tasa de ganancia media, costos laborales , montos de inversión , orientación y montos del crédito y finalmente , solo como un componente importante del sistema , el nivel del tipo de cambio " .
El del dólar entonces es un precio de la economía de singular importancia, que no deberá se "alto" sino "competitivo", esto es fijado en el marco de un conjunto de políticas orientadas a darle la deseada "competitividad" a la economía.
Así las cosas, lo que primero debe garantizarce es el sustento político del gobierno, puesto que como señalara Néstor en setiembre de 2003 frente a la asamblea de la ONU " los muertos no pagan" , y está más que probado que "los muertos no compiten". Dice Kicillof:
Para un país pequeño y esencialmente “abierto” a los flujos del comercio exterior, el tipo de cambio, lejos de ser un “precio más”, se transforma en una variable de vital importancia en el proceso económico.
Un ejemplo reciente sirve para ilustrarlo: durante la década de 1990, la sobrevaluación del peso significó la ruina para la producción y el empleo domésticos, ya que el “dólar bajo” abarató consecuentemente todos los productos extranjeros, desencadenando así una avalancha de artículos importados y, al mismo tiempo, encareciendo la producción argentina en el exterior, con la consiguiente pérdida artificial de competitividad.
El desplome de la convertibilidad abrió las puertas a una etapa de crecimiento y algunas tendencias se quebraron. La mejor muestra está en la nueva expansión que dio lugar a la creación de más de 3 millones de puestos de trabajo. Buena parte de esta bonanza puede atribuirse al cambio en las condiciones del mercado mundial: el volumen de las exportaciones pasó de rondar los 25 mil millones de dólares en 2001 a superar los 55 mil millones en 2007.
Los países productores de commodities enfrentan una verdadera oportunidad, aunque no todo es color de rosa. Las ventas externas a precios inéditos generan un formidable flujo de riqueza y muchos de los acontecimientos ocurridos en la región pueden explicarse como el resultado de las pujas para apropiarse de esa riqueza; casos como el de Venezuela y Bolivia lo muestran con crudeza.
En la Argentina, la cuestión del tipo de cambio se encuentra en el centro de este conflicto. El aumento de las exportaciones genera una corriente de dólares que ingresa en la economía y tiende a reducir el tipo de cambio. Sin embargo, desde la devaluación de 2002, el Gobierno ha sostenido, a contramano de esta tendencia, un “dólar caro”.
Esta política favoreció la industria local: los productos extranjeros se encarecieron, fomentando la producción para el mercado interno, y los productos locales se abarataron en el exterior favoreciendo las exportaciones.
Para sostener esta cotización, el Banco Central y el Tesoro deben intervenir comprando dólares que engordan las reservas internacionales. En los debates recientes se pasó por alto que una vez que el tipo de cambio nominal viene fijado por el Gobierno, se produce una modificación de los precios internos que exige la aplicación de otras medidas complementarias para repartir más equitativamente los frutos del crecimiento.
Empecemos por los exportadores. El “dólar caro” multiplica su facturación y sus ganancias en pesos. Sin embargo, si se los deja vender sus productos en el mercado interno al precio internacional, los consumidores locales sufrirían por la elevación de los precios mundiales. Las retenciones sirven para compensar los beneficios creados por la devaluación, evitando que sus costos se descarguen sobre los que ganan en pesos, en particular los asalariados.
También, quienes producen para el mercado interno reciben un “subsidio cambiario”, que los protege de la competencia. El crecimiento de la economía incrementó la demanda dirigida a la industria local, dejando espacio para que los precios aumenten. Estos aumentos deberían incentivar la inversión; no obstante, es preciso implementar el control de los precios domésticos en las industrias concentradas.
Las voces de la ortodoxia rechazan las retenciones por “expropiatorias” y los controles de precios por “distorsivos”. Piden que el Estado deje las cosas en libertad. Pero no ven –o, mejor dicho, pretenden ocultar– que la actual política cambiaria, si no viene acompañada de otros instrumentos de intervención, garantiza sólo beneficios para unos pocos.
La política económica basada casi exclusivamente en el tipo de cambio tuvo indudablemente buenos resultados en términos de crecimiento. Pero su etapa “rosa” está llegando a su fin. Los aumentos de precios fueron limando la competitividad y los beneficios de la protección, porque con una paridad fija reducen el tipo de cambio real. Peor aún, aunque el empleo se expandió, los salarios no lograron siquiera superar, en términos reales, el techo de la década de 1990.
En la actual discusión, la ortodoxia atribuye todas las dificultades a la intervención del Estado y reclama “enfriar” la economía a través de la contracción del crédito, del gasto público y de los salarios. Se equivocan. A todas luces es necesario trascender la simple receta del “dólar caro”, pero para convertir al crecimiento actual en un verdadero proceso de reindustrialización.

12/13/2011

de la heladería a la casa gris, asumió el pelado o " la homérica responsabilidad y banda pectoral " ...

Nos llega este bonito fresco de Darío Schueri sobre la asunción del Gobernador Dr Antonio Pelado Bonfatti en Sanata y Fe, que queremos compartir con los compañeros y compañeras que así lo estimen conveniente.
Asumió ( el pelado) Bonfatti y dejó en claro que va a tratar de tender convenientes lazos con el Parlamento peronista y arisco que intentará reconquistar el poder en el 2015: “lejos de ser un problema (la oposición peronista en ambas Cámaras) tiene que ser la oportunidad de que encontremos los consensos necesarios para que Santa Fe sea un ejemplo nacional de convivencia política”, desafió el flamante Gobernador, que prometió “profundizar el cambio” iniciado por Hermes Binner, a quien le agradeció haber “abierto el camino” hace cuatro años atrás.
Por las dudas las cosas se compliquen, no solo puertas adentro, sino también allende las fronteras con el impredecible gobierno nacional, Bonfatti anunció que va a conformar su propia red de contención: “es hora de avanzar hacia un Gran Acuerdo Santafesino, para lo cual convocaremos a un Consejo Económico, Social y Político que nos permita darle institucionalidad”, abroqueló.
Ni bien logre aquietar las aguas en el FPCyS, el Gobernador intentará avanzar entre los disensos de la fragmentada oposición peronista para insistir en la reforma de la Constitución; aunque allí no debe descuidarse y terminar siendo el catalizador de las internas del peronismo, rara avis ontológica de la cultura política nacional al que resulta poco menos que suicida darle ventajas competitivas.
El Frente santafesino gobernante ya bebió la amarga experiencia de la boleta única que alojó en Diputados una inquita mayoría peronista que le dará horas extras a la dupla Farías – Real, encargados de la delicada relación Ejecutivo-Parlamento; mas allá del auspicioso espíritu navideño del Presidente de la Cámara de Diputados Luis Rubeo, quien luego del juramento de Bonfatti dijo que se sentará con el flamante Primer Mandatario "a conversar con el gobernador sobre la agenda legislativa del año próximo".
Por lo pronto la primera prueba de fuego, inclusive para el propio FPCyS será el tratamiento del decreto del Poder Ejecutivo ad referéndum de las cámaras para ampliar las partidas presupuestarias por más de 1400 millones de pesos para pagar sueldos y aguinaldos – vedado insólitamente por el propio radicalismo en senadores la semana pasada –.
De todos modos, el dinero para hacer frente a esas erogaciones ya está disponible, mas allá del copernicano cambio de actitud del ahora Presidente Provisional del Senado Alberto Crosetti (siempre durísimo con Binner) quien anticipó que si dicha medida se necesita para asegurar la efectivización de los salarios de los trabajadores, en lo personal tendrá su “voto positivo”.
Binner se fue dejando en claro que será un celoso custodio desde el llano de lo construido durante estos cuatros años, mas allá de que su sucesor lo primero que prometió en la Legislatura después de jurar como Gobernador fue “profundizar el cambio” del cual fue coautor. Tras colocarle la banda y entregarle el bastón de mando a Bonfatti, antes de retirarse del imponente escenario en la explanada de una armoniosamente iluminada Casa de Gobierno, Binner pronuncio un desarrollado discurso que para algunos bien podría ser interpretado como la ratificación del liderazgo dentro del socialismo y el novedoso FAP nacional.
Además de felicitar a su sucesor por la creación de la Secretaría del Hábitat, le hizo notar que no debe cejar en el esfuerzo para que la Legislatura termine de sancionar la Ley de creación de Radio y Televisión Santafesina Sociedad del Estado: “Santa Fe tiene una gran necesidad que es la de integración que le pueden dar los medios de comunicación. Nosotros estamos incomunicados en esta provincia y eso es un problema serio”, refrendó.
Ratificando que asumirá el liderazgo de la oposición a nivel nacional, no dejó pasar la oportunidad para marcarle la cancha al gobierno nacional insistiendo con los recursos escamoteados: “cuando le quitan fondos a la provincia, de forma ilegal e ilegítima, están cometiendo un acto de injusticia. Y eso lo sabe la señora presidenta y la Corte Suprema de Justicia de la Nación, ante quien se recurrió para demandar no el dinero personal sino el dinero de todos los ciudadanos.
Hay que luchar para que eso se pueda cumplir y le llegue a la provincia lo que realmente le corresponde”. Ejemplificó, narrando que del programa Argentina Trabajo “no llegó ni uno” a Santa Fe y que de los planes de vivienda, la mayoría los tiene que terminar la Provincia con fondos propios para que las viviendas no sean intrusadas.
Así las cosas, Antonio Bonfatti, fundador del PSP junto a Guillermo Estébez Boero y Hermes Binner en 1972 carga sobre sus espaldas a partir de las 18:45 de este domingo 11 de Diciembre en que juró como Gobernador, la homérica responsabilidad (!!!!) de ser la continuidad del socialismo en el poder y tener que colocarle esa misma banda pectoral (!!!!!) de Gobernador dentro de cuatro años a otro Gobernador electo del FPCyS para darle continuidad a lo que en el 2007 fue un programa de Gobierno a 20 años.

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