más sobre las cacerolas intrascendentes (por redundantes)
Al analizar el funcionamiento del sistema de
medio actual sugerimos que la redundancia y el acotamiento geográfico explicaban
el impacto escaso de los temas que se han generado desde los aparatos mediáticos
opositores en el último tiempo, desde el caso Schoklender hasta la ley
antiterrorista, la megaminería, el proyecto X y el más reciente affaire Ciccone,
el “cepo al dólar” e impuesto al uso de tarjetas para viajes al exterior y la
famosa "cadena Nacional"
Ciertamente algunos han generado algún ruido
entre los adherentes y electores progresistas no peronistas del kirchnerismo,
que representan el 8 por ciento del total del universo oficialista en general,
pero ni en ese universo ni en el general de votantes al FPV en octubre de 2011
se observan cambios estadísticamente significativos en la arquitectura de
preferencias nacionales.
El impacto metropolitano de los medios
opositores, que son los que llevan la delantera en la instalación de estos temas
–aunque sin mayores réplicas nacionales importantes en los medios, incluso los
opositores, del resto del país–, no parece alterar en nada la arquitectura de
audiencias de octubre y lo que logran es redundar sobre aquellos que ya estaban
convencidos. Algo así como cazar en el zoológico.
Así las cosas las recientes movilizaciones de
las clases medias y medias altas porteñas residentes en el centro norte de la
CABA con muy limitadas réplicas en el primer cordón del GBA , Mar del Plata,
Rosario, Córdoba Capital y Mendoza Capital, son la materialización en otra
dimensión del fenómeno de la redundancia.
Se trata de segmentos relativamente acomodados
que ya adversaron al oficialismo en 2011 y vuelven a expresar su descontento
esta vez más exacerbados por la escalada en la agenda de medios opositores, en
franca disputa con el gobierno desde el año 2007 con aceleración a partir del
año 2009.
La presencia de la agenda mediática replicando
sobre las demandas de los porteños de medio y alto nivel económico social era
nítida en el caceroleo del jueves , con consignas que pintadas en prolijos
carteles de fondos claros parecían extraídas de los editoriales de analistas
políticos opositores , algunas de ellas altivas y honorables como "Libertad,
libertad,libertad" .
Pero no solo de libertad vive el hombre y
muchas otras consignas de los cacerolor estuvieron orientadas a recrear el
imaginario de convivencia armoniosa y fino humor que caracteriza a los sectores
acomodados que se empeñan en sostener sus risibles privilegios: “Puta, chorra y
montonera”, “Morite, yegua, morite” o, ya en un tono más latinoamericanista,
“Andate a Cuba, la puta que te parió”...
En síntesis entonces, desde el punto de vista
político-electoral nada nuevo bajo el sol.
Al igual que las audiencias de los medios
opositores , las caceroleadas televisadas de los segmentos medios y altos
porteños resultan hoy una práctica típica del fenómeno de audiencias
redundantes, con epicentro en el centro norte de la Capital y bastante poco
productiva al momento de inducir cambios en el estado de opinión pública
nacional, que sigue teniendo al oficialismo como mayoría nacional sólida de
preferencias y a la gestión del gobierno nacional en general, y la coyuntura
socioeconómica favorable en particular, como el eje de esta mayoría
electoral.
Finalmente cabe señalar que la fortaleza
relativa del oficialismo es también el resultado de la estructura fragmentada de
la oposición, que no logra resolver su formato de archipiélago patentizado en
las elecciones de octubre de 2011 y aún lo profundiza con las nuevas eventuales
candidaturas de Maurico Macri y José Manuel de La Sota . Ambas ofertas
opositoras ausentes en Octubre , impactan sobre el 45,89% que no votó FPV en
2011 y consolidan aún más la arquitectura de archipélago opositor.
En efecto, al igual que Mauricio Macri, que
acumula 9% de intención de voto nacional y para eso plancha en 13% al FAP que
obtuviera 17% en 2011, De la Sota que proyecta 5% nacional de intención de voto
, seguirá redistribuyendo los votos opositores bajo la lógica de suma cero. Todo
lo que obtenga (y no será mucho más de este 5% probablemente), lo obtendrá a
costa de otros candidatos opositores.
Hay pues una paradoja en este escenario
construido en octubre de unidad oficialista y fragmentación opositora y que sólo
una fuerte caída en el empleo y el consumo alterará: El oficialismo y la
oposición han constituído electorados estancos que no se comunican.
Cada nueva alternativa opositora y aquí la
paradoja, redunda sobre el mismo electorado y cobra volumen sobre idéntico
45,89% de ciudadanos que adversaron al oficialismo en 2011 , debilitando aún más
la unidad de la oposición, estirando la distancia (ya récord por su magnitud en
2011) existente entre el oficialismo y la segunda alternativa electoral y esta
circunstancia no hay cacerolazo porteño de poco volumen pero gran visibilidad
mediática que logre modificarla.
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