no hubo autocritica
Tras el 8N, CFK afirmó que no dará marcha atrás y redoblará la apuesta
La Presidenta defendió “el modelo” y contestó a los cientos de miles de manifestantes. Algunos sectores del Gobierno creen que no hay que subestimar la protesta del jueves.
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La obsesión de CFK no es el 8N sino el 7D. Ordenó a su gabinete trabajar a pleno para aplicar la Ley de Medios en el Grupo Clarín, principal enemigo de la Casa Rosada. Tiene previsto meter una batería de denuncias judiciales contra el multimedios en la feria que comienza en enero y se reuniría este fin de semana con Unidos y Organizados en Olivos para preparar la movilización anti- Clarín (ver página 19).
Respuesta. Durante un encuentro con intendentes bonaerenses en el Salón de las Mujeres, la mandataria ratificó ayer la política económica. “Las medidas se tomaron para evitar las corridas y el vaciamiento del país”, especificó. Esto significa que las restricciones a la compra de divisas extranjeras seguirán firmes. Cristina contestó a las voces que se escucharon en Capital Federal y el interior del país: “Tanto lío con el turismo y representa el 13 por ciento del mercado de capitales”. La Presidenta desplegó los números. Dijo que en octubre de este año viajaron más argentinos al exterior en comparación con el año anterior. Y que mientras que en Brasil hay seis dólares por cada habitante, en Argentina hay 2 mil dólares per cápita. Intentó de ese modo minimizar el cepo cambiario.
CFK atribuyó la protesta a un problema cultural montado “por un aparato” mediático que arroja títulos sin argumentos.
“Repiten lo que ven en una pantalla o leen en un título, pero no pueden desarrollarlo porque no hay ideas”, se quejó, en alusión a los que coparon la avenida 9 de Julio y las plazas en ciudades del interior. Es contra ese “aparato” mediático contra el que apunta, pero en especial contra Clarín.
Describió, además, las bondades del modelo económico. En el sector privado, dijo, remitieron utilidades al exterior por 46 mil millones de dólares desde 2003 a la fecha. “Es el 1,7 por ciento del PBI”, graficó.
Lo que no dijo. CFK evitó hablar de inseguridad, uno de los principales reclamos de la gente el jueves. Pero dio señales sobre la re-re, tal vez el punto más criticado en las calles durante la protesta: “Mi gobierno es temporal, lo que es permanente es la Patria”. Lo expresó al cuestionar a “los argentinos que festejan que los fondos buitre” hayan embargado la fragata Libertad.
Un ministro en diálogo con PERFIL dijo que de los reclamos que se le hicieron al Gobierno no hay ninguno que tenga asidero. “La inseguridad es un problema de las provincias, que tienen las facultades delegadas. De la re-re no se habla en el Gobierno y las restricciones cambiarias no van a aflojar”, explicó.
Pero no todos en el Gobierno creen lo mismo. “El 13 de septiembre lo subestimamos. Ayer había mucha gente. Es como el mar, no hay que tenerle miedo, pero hay que tenerle respeto”, dijo a este diario un alto funcionario del Poder Ejecutivo. Sin embargo, esa posición no es la mayoritaria. Los que más incidencia tienen en el gabinete siguen a rajatabla el libreto de Cristina.
Directo. El jueves a la noche, Cristina siguió la protesta desde la Quinta de Olivos junto a su círculo más íntimo, entre los que estaba Carlos “Chino” Zannini, secretario de Legal y Técnica. La primera orden desde arriba fue no confrontar con la clase media que salió a las calles, incluso si era posible ignorarla, aunque después el discurso de la jefa de Estado fue muy crítico.
Tan tajante fue la respuesta que la jefa de Estado analizó que el jueves lo más importante que ocurrió fue la elección de un nuevo presidente chino por los próximos diez años. “Yo esperaba leer análisis sobre eso. Y sobre el triunfo de Obama”, aseguró la mandataria. El Gobierno leyó que los que se manifestaron tienen una actitud “egoísta”. En el mundo K dicen contar con una ventaja: no hay un referente opositor que unifique esta queja heterogénea. “Falta una dirigencia que los represente”, evaluó CFK. Eso se traducirá, aseguran, en la atomización del voto contra el Gobierno. Si ése es el escenario, el que se favorece es el propio Gobierno. Por si faltaba repartir críticas, la jefa de Estado apuntó contra Mauricio Macri, a quien desde el kirchnerismo atribuyeron parte de la organización de la protesta: “Si encima me tengo que ocupar de la basura en la Ciudad de Buenos Aires estamos en problemas”.
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