la justicia en la mira
Para el Gobierno, Lorenzetti supervisó el fallo de la Cámara
Acusan al presidente de la Corte Suprema de haber seguido cada palabra de la sentencia judicial que benefició a Clarín.
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Un juez con contactos y aspiraciones políticas
“El magistrado estuvo al mando del operativo que se concretó el día jueves por los camaristas civiles y fue el artífice de las decisiones. Mantuvo la mirada fija en cada palabra de la resolución que amplió la medida cautelar e incluso participó de su redacción”, explicaron fuentes cercanas al Máximo Tribunal.
Hasta la semana pasada, el presidente de la Corte intentó mantener distancia y paciencia ante el enfrentamiento, pero las palabras excesivas del ministro de Justicia Julio Alak –quien advirtió “un alzamiento del Poder Judicial si la Cámara ampliaba la cautelar”– lo enfurecieron, lo mismo experimentaron los demás integrantes de la Corte.
Ese mismo miércoles Lorenzetti estuvo reunido en su despacho alrededor de las 13 horas junto a la camarista María Susana Najurieta y allí revisaron el manuscrito que llevaba ya días de elaborado y analizaron las palabras justas que debían contener. Consensuaron fragmentos como: “los efectos suspensivos de las medidas judiciales que se resuelvan … hasta tanto exista sentencia firme”. Lorenzetti “pensó cada expresión legal”, cuentan cerca suyo. El jueves mantuvo otra reunión hasta pasado el mediodía con Najurieta y allí se terminaron de pulir los términos que descolocaron al Gobierno y desarticularon la gesta que planificaba el Gobierno para el 7D. “No se trató de Clarín, se trató de la defensa de la democracia”, trascendió desde la oficina del camarista De las Carreras, “no se pueden tolerar amenazas y agresiones de intento de un alzamiento del Poder Judicial”.
Lorenzetti se adelantó a la defensa del Gobierno e instó a que la Cámara ampliara la medida cautelar teniendo en cuenta la consecutiva serie de errores procesales que mantuvo el Gobierno. Como buen estratega se aprovechó “la torpeza del Gobierno, que no tiene tácticas claras”, confían sus allegados que también lo escucharon murmurar que el Gobierno le dio uso indebido alper saltum por el mal asesoramiento de los abogados oficiales.
Lorenzetti le pidió a la Cámara que resuelva la ampliación cautelar porque sabía que ante la falta de estrategias legales, al Gobierno no le quedaría otra salida política que la utilización de la herramienta del per saltum, un recurso que carece de consistencia legal y que sería rechazado por el Máximo Tribunal.
Sucede que el espíritu del per saltum está pensado para fallos de primera intancia, pero no para una resolución de la Cámara como la que prorrogó el 7D.
El Gobierno busca que Alfonso, el juez de primera instancia que debe revolver si la Ley de Medios es constitucional, se expida lo más pronto posible. Porque de ir en contra de los intereses del Gobierno, en ese caso sí podrían apelar al recurso del per saltum.
La Corte debe resolver la próxima semana. Sería el martes, día de acuerdo, porque en el caso contrario le denegarían al Gobierno la posibilidad de presentar el recurso extraordinario federal. Este recurso debe presentarlo ante la misma Cámara Civil que amplió la medida cautelar a favor de Clarín. Resuelta la medida por la Cámara, debe intervenir la Corte Suprema.
Los abogados del Estado sostienen que Lorenzetti planeó cada paso como un abogado defensor haría “con picardía procesal”. Los más osados, dentro de la Corte, juran haber escuchado a Lorenzetti haberse quejado de algunas maniobras extrañas vinculadas a averiguaciones sobre su patrimonio que lo hacen pensar que hay sectores del poder buscando información sensible para presionarlo. Lo cierto es que en las próximas semanas, se sabrá finalmente a favor de quién fallará.
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