Epitafio
Jorge Rafael Videla (2 de agosto de 1925-17 de mayo de 2013)
Aquí yace, con grado y apellido,
bien muerto y enterrado, un militar.
Y está bien: así podremos recordar
su nombre, sin dos enes, sin olvido.
No sabemos lo que habrá queridobien muerto y enterrado, un militar.
Y está bien: así podremos recordar
su nombre, sin dos enes, sin olvido.
para sí, a la hora de soñar:
tal vez algún glorioso batallar
con bronces y laurel reconocido.
Sin embargo, le estaba reservado
un destino feroz en esta trama:
el papel del mediocre y despiadado.
Este que yace, culpable de su fama,
fue un milico asesino, no un soldado,
que murió preso, odiado, y en la cama.
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