DECLARACIÓN
DE ORGANIZACIONES SOCIALES DEL LITORAL
El
ataque a Alarcón Muñiz
es
la gota que rebasó el vaso
Los
gobiernos de la Argentina y de la provincia de Entre Ríos acentuaron en las
primeras semanas de 2014 su hostigamiento contra el escritor y periodista Mario
Alarcón Muñiz, de larga y fructífera vigencia en la cultura del litoral
argentino y oriental.
Para
las comunidades del litoral el autor de la obra “Entrerrianías” es un símbolo
del periodismo y la cultura sudamericana, como amante y difusor de la revolución
artiguista; investigador de las costumbres, el arte y la historia regional,
pregonero de la literatura, las tradiciones y la música de Nuestra América; tan
crítico del neoliberalismo y el monocultivo como defensor del ambiente sano, la
república y las luchas obreras en sus columnas.
El
lunes 3 de febrero debía volver a la radio estatal LT 14 con su programa
cultural La Calandria, un hito en la radiodifusión argentina, con una audiencia
fiel durante lustros, y no pudo ser: las autoridades de Radio y Televisión
Argentina lo sacaron del aire. Así “premiaron” su trayectoria de 60
años.
Ya
habían censurado sus notas críticas en El Diario de Paraná tras el desembarco de
una gestión oficialista, y clausurado sus micros llamados Entrerrianías en LT
14. En enero lo desplazaron además de la conducción de un encuentro clásico de
la cultura regional en Diamante, donde había sido animador y maestro de
ceremonias por 35 años, para colocar voces afines debido a la difusión por la
televisión “pública”. Como broche, este 3 de febrero cayó La
Calandria.
El
descontento en los ámbitos de la cultura y el periodismo del litoral es ya
inocultable. ¿Qué molesta al oficialismo? El ejercicio del periodismo.
Es
fácil revisar las columnas de opinión de Alarcón Muñiz y constatar que se trata
de análisis fundados. A las autoridades les asiste el derecho de rebatir, si
cuentan con argumentos, pero cuando se les observan inconsistencias la respuesta
no puede ir por el ya trillado camino de matar al
mensajero.
La
exclusión que repudiamos puede atribuirse a funcionarios que confunden los
bienes del pueblo con sus bienes personales o con su facción, y se adueñan; o a
ignorantes de las condiciones, talentos y trayectorias de los trabajadores de la
comunicación del litoral. Como sea, nos reunimos este 3 de febrero para colocar
una bisagra y empezar a revertir este proceso. Desde ahora, el 3 de febrero será
para nosotros el Día de la rebeldía contra los atropellos a la
cultura.
No
abundaremos con ejemplos. Fueron erosionando, de modos más o menos sutiles, las
obras de un profesional emblemático y en eso terminaron agraviando símbolos
culturales de las cuencas del Paraná y el Uruguay.
Así
lo sentimos, también, porque no se trata de hechos aislados. El caso es un
eslabón de una cadena de arbitrariedades contra los intercambios culturales y la
libertad de expresión. Arbitrariedades que el poder político suma a las ya
conocidas del poder corporativo, económico y financiero, de por sí colonial y
censor y lamentablemente naturalizado.
La
dimensión del ataque y sus reiteraciones por distintas vías interpelan
principalmente al presidente de Radio y Televisión Argentina, Tristán Bauer, de
quien dependen LT 14 y la televisión pública; y también al ministro de
Comunicación y Cultura de Entre Ríos y
presidente del Consejo Federal de Comunicación
Audiovisual (Cofeca),
Pedro Báez, como al ministro de Educación, José Lauritto, al secretario de
Cultura, Roberto Romani, y al director de la radio LT 14, Jorge Ballay, entre
otros.
A
los funcionarios les queda persistir en este camino, embarrando la comunicación
social, partidizando los encuentros culturales y ensuciando sus gestiones con
excusas, agachadas y nuevas arremetidas para defender lo indefendible; o por el
contrario abrir los ojos, visualizar el mundo de virtudes exigibles a los
hombres públicos, pedir disculpas y rectificar el
rumbo.
Los
abajo firmantes somos trabajadores, estudiantes, militantes sociales, docentes,
ecologistas, profesionales, artistas, periodistas, investigadores,
cooperativistas e historiadores entrerrianos, santafesinos y cordobeses,
conscientes de la gravedad del acoso.
Libertad
para las expresiones artísticas, sociales y comunicacionales, y transparencia en
la función pública: esa es nuestra demanda. Las arbitrariedades nos
repugnan.
Consideramos
que este manoseo es la gota que rebasó el vaso y que el desgaste a que pretenden
someter a los comunicadores es un boomerang: lo más desgastado aquí es la
credibilidad de los gobiernos.
No
nos equivoquemos: la política invasiva desde el estado con propósitos
sectoriales es tan perversa como la política invasiva desde las multinacionales
y otros grupos de poder a través de las distintas vías de la
propaganda.
Algunos
quieren que nosotros creamos que en la misma caja del Estado hay millones de
pesos diarios para el entretenimiento banal repartidos en Buenos Aires, y ni
monedas para nuestros encuentros culturales. Y sostienen, sin sonrojarse, el
incumplimiento flagrante de las leyes que mandan promover los emprendimientos
artísticos en los medios del pueblo.
Hay
actitudes (preferimos no detallarlas) propias
de regímenes que tratan de silenciar el genio rebelde de los pueblos. No
advierten que un luchador reprimido será convertido en
bandera.
En
esta declaración, en desagravio a Mario Alarcón Muñiz, extendemos nuestro
repudio a los límites impuestos a comunicadores de la región desde el poder
económico y político, y saludamos a los que no se resignan. Su dignidad nos
alimenta.
Los
responsables de los atropellos deben calcular que las arbitrariedades son
inversamente proporcionales a su credibilidad y a su
legitimidad.
Nuestros
pueblos saben de resistencias por siglos contra las invasiones, una condición
que aflora en momentos clave de la vida de nuestra América como se constata en
los levantamientos contra la guerra al Paraguay (los periodistas hicieron allí
esfuerzos sobrehumanos para sobreponerse a las presiones); o antes, en las
guerras por la independencia y la república junto a José Artigas. Esas luchas
nos exigen a todos un examen sereno de las circunstancias actuales para que
estemos a la altura de nuestra historia.
Confiamos
en que aquellas luces nos alumbrarán los caminos a
todos.
En
el mes del bicentenario de la Batalla del Espinillo, Artigas vuelve. Vuelve a
reclamar la libertad “en toda su extensión imaginable” y a estimularnos para que
seamos “tan ilustrados como valientes”.
Paraná,
3/2/2014. Día
de la rebeldía contra los atropellos a la cultura.
Junta
Americana por los Pueblos Libres –JAPL-
Observatorio
Comunicacional - Progr. Ext. Por una nueva economía, de la Facultad de Ciencias
de la Educación
Central
de Trabajadores Argentinos –CTA- Paraná
Asociación
Gremial del Magisterio de Entre Ríos –Agmer- Seccional
Paraná
Corriente
Clasista Combativa –CCC- Entre Ríos
Foro
Artiguista Entrerriano
Partido
Socialista del Departamento Uruguay
Biblioteca
Alfredo Bravo – Concepción del Uruguay
Programa
de extensión "Por una nueva economía, humana y sustentable", de la Facultad de
Ciencias de la Educación –UNER-.
Adhieren
periodistas: Alberto
Dorati, Américo Schvartzman, Antonio Tardelli, Claudio Puntel, Daniel Enz,
Daniel Tirso Fiorotto, Fortunato Calderón Correa, Ignacio González Lowy, Julio
Majul, Mario Daniel Villagra, Martín Barral, Mauricio Castaldo, Renzo Righelato,
Ricardo Bazán, Santiago García. Otras adhesiones: Víctor Hugo Sartori
–abogado, dirigente gremial-, Silvina Suárez –docente-, Sergio Elizalde
–cooperativista-, Sergio Daniel Verzeñassi –bioquímico, ecologista-, Santiago
Fiorotto –estudiante-, Ricardo Sánchez –dirigente gremial-, Pedro Aguer
–docente, cooperativista-, Oscar Milocco -dirigente gremial-, Mercedes Fiorotto
–estudiante-, María Lucrecia Brasseur –docente-, Marcos Tonina –ingeniero-, Luis
Lafferriere –docente de UNER, economista-, Juan Antonio Vilar –docente
universitario, historiador-, Jorge Villanova -profesor de historia, dirigente
social y político-, Hugo Luis Rivas -dirigente social y político-, César Baudino
–docente, dirigente sindical-, Carlos Weber -ingeniero agrónomo-, Carlos Natalio
Ceruti –antropólogo, investigador-, Andrés Petric –asambleísta, ecologista-,
Alejandra Gervasoni –docente, dirigente gremial-, y SIGUEN LAS FIRMAS
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