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domingo, 13 de noviembre de 2011

El final de una pesadilla

Por Umberto Eco
13/11/11 - 12:13

La renuncia obligada de Silvio Berlusconi es el final de una pesadilla. Italia hubiera sufrido esta crisis económica aún sin Berlusconi, pero el problema habría sido más leve. El primer ministro no es respetado en el extranjero, y por lo tanto no puede representar al país.
Si Berlusconi desaparece mañana, los problemas no terminarán, pero al menos en el foro internacional Italia será tratada con respeto. Y eso es algo que será bienvenido.
¿Berlusconi ya es un cadáver político? Entre el cadáver y el que está vivo, está el vampiro o el muerto viviente. Silvio Berlusconi es un zombi muy peligroso. Ahora bien, la oposición está tan enferma como él. Pelean uno contra el otro y son incapaces de ofrecer una alternativa atractiva. Esa es la segunda tragedia de esta historia.
El primer ministro se resistió a dimitir para no quedar en manos de los jueces, y tuvo diputados dispuestos a todo. Por eso salimos a manifestarnos: para defender el honor de Italia. Para recordar al mundo que no somos un país de proxenetas, que no todos haríamos lo mismo si tuviéramos dinero.
Quizás somos una minoría, pero no importa. Durante el fascismo, sólo once profesores de universidad no juraron fidelidad al Duce. Pero ellos salvaron el honor de Italia. La historia vuelve a repetirse.
*Escritor italiano. Autor de El nombre de la rosa.

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