Menos familias numerosas; más viviendas unipersonales
En Santa Fe hay cada vez más
hogares de sólo dos personas
La Argentina vive un proceso de transformación que comenzó en los ‘70. Mucho antes lo vivieron Europa y Estados Unidos. En 2001 los hogares de 5 integrantes o más sumaban el 25%, hoy apenas el 18,4%.
Gustavo Peretti (*)
politica@ellitoral.com
A partir de los datos proporcionados por el último censo nacional de población, hogares y viviendas -de 2010- es posible dar cuenta de los cambios en las formas de constitución y características de los hogares argentinos en general y santafesinos en particular.
La familia argentina transita desde los años ‘70 el recorrido que realizaron otras sociedades de mayor desarrollo como la Europea y la de Estados Unidos. A pesar de estos cambios el hogar nuclear, concebido este como el que está constituido por la pareja con o sin hijos, sigue apareciendo como la forma de co-residencia familiar más generalizada. Cabe aclarar que se entiende por hogar a toda persona o grupo de personas con o sin relaciones de parentesco que comparten una vivienda y se asocian para proveer en común sus necesidades vitales.
Los cambios en la constitución de los hogares, como así también las nuevas formas de vivir en familia, deben ser analizados a la luz de: a) los cambios económicos; b) las nuevas tendencias demográficas, como ser el aumento en la esperanza de vida, de la feminización y el descenso en la fecundidad; c) la mayor inserción de la mujer en el mercado de trabajo; d) el aumento de los divorcios.
Resulta interesante analizar los cambios que se dan con el paso del tiempo en la composición de los hogares y en el estado civil y conyugal de las personas, como así también las características diferenciales presentes en estos aspectos según jurisdicciones subnacionales.
Se seleccionaron tres jurisdicciones con sociedades que responden a patrones e historias demográficas diferentes. La provincia de Santa Fe, que podría representar a otras pampeanas, experimentó un fuerte crecimiento demográfico suscitado a fines del siglo XIX y principios del XX debido en mayor medida la migración europea. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) con una herencia migratoria similar a Santa Fe y con un asentamiento de tipo exclusivamente urbano, representaría a los comportamientos familiares de las grandes ciudades pampeanas como Córdoba, Rosario, Mar del Plata, Santa Fe, Bahía Blanca. La provincia de Tierra del Fuego se toma como modelo patagónico, cuyo mayor crecimiento poblacional responde al aporte de las migraciones internas de la segunda mitad del siglo XX. Por otro lado, se elige a Salta como prototipo del resto de noroeste argentino, de escasa incidencia de la migración europea y patrones culturales tradicionales y conservadores.
Feminización
En América Latina en general y en Argentina en particular, se han producido una serie de transformaciones sociales que repercutieron en una mayor heterogeneidad de las trayectorias individuales de las personas: el retraso de los jóvenes en su ingreso a la adultez, la mayor libertad para decidir la unión conyugal o civil, como así también la separación y la manifestación de diversas orientaciones sexuales. Estos cambios se encontraron acompañados en algunos países, como la Argentina, por una adecuación de los marcos normativos, plasmados por ejemplo en la legalización de los divorcios y las uniones civiles de personas de igual género.
Nos encontramos en consecuencia ante un escenario de creciente heterogeneidad en las formas familiares, la cual se debe en parte a la modernización de los vínculos sociales y de creciente autonomía individual. Además, el modelo patriarcal también está en retroceso, plasmado en el incremento de las jefaturas de hogares en mano de mujeres. Para el caso de Santa Fe, en 2001 algo más de la cuarta parte de los hogares tenían jefatura femenina, ascendiendo dicha participación a un tercio solo nueve años después (2010). Estos valores son más elevados en Caba y menores en Salta (CUADRO 1).
Dicho cambio puede encontrar su explicación los modelos económicos aplicados en la región que devinieron en crisis y en mayor desigualdad e iniquidad distribuitiva. El tipo de familia nuclear de pareja con hijos, consagrada socialmente como el modelo normativo no sólo culturalmente sino también a través de las políticas estatales, actualmente se manifiesta solamente como una de las tantas realidades del vivir en familia y representa quizá un lapso dentro de trayectorias más extendidas por el que transitan las personas a través de la vida.
El hogar nuclear completo (una pareja sola o con hijos) continúa siendo, aunque en retroceso, la forma numéricamente más importante de constitución familiar. Representa algo más de un tercio en la Argentina y en Santa Fe”.
Gustavo Peretti,investigador de la UNL.
/// CLAVES
Argentina vive lo que antes ha sucedido en el mundo desarrollado.
Retrocede el modelo patriarcal.
En 2001 sólo un cuarto de los hogares tenían a una mujer como la jefa de hogar; hoy es un tercio.
Hay una creciente preferencia de las parejas por convivir sin casarse legalmente.
La unión consensual constituye la modalidad más frecuente de formación familiar.
Aunque en retroceso la pareja con o sin hijos es la forma más común de los hogares.
Hay más separaciones. Y además de los divorcios que pueden cuantificarse (la ley existe desde 1987) no se miden las uniones consensuales que terminan.
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Sin papeles
Uno de los cambios más notorios se da por la creciente preferencia por parte de las parejas de convivir consensualmente en lugar de casarse legalmente. Hoy la unión consensual constituye la modalidad más frecuente de formación familiar y si bien ha permeado en los distintos sectores sociales, persisten importantes diferencias entre quienes son más proclives a convivir sin papeles en contraposición a quienes optan por casarse legalmente. De hecho la evidencia muestra que las uniones consensuales son más frecuentes en la población de niveles socioeconómicos bajos, con escasa educación formal.
A la par de los cambios señalados también está teniendo lugar un incremento en la inestabilidad de las uniones conyugales. Si a ello se pudiera incluir las tasas de disolución de las uniones consensuales que nunca fueron legalizadas, los niveles de ruptura a duraciones cortas serían significativamente mayores. Muchos autores concuerdan en que las uniones consensuales son más frágiles que los matrimonios, y que se separan con mayor frecuencia.
Familias
En cuanto a la constitución de los hogares, el hogar nuclear completo de pareja sola o con hijos continua siendo, aunque en retroceso, la forma numéricamente más importante de constitución familiar representando algo más de la tercera parte de los hogares argentinos en general y santafesinos en particular. Estos porcentajes disminuyen notablemente en Caba. De todas formas hay que tener en cuenta que los datos censales no permiten visibilizar algunas situaciones como las “familias ensambladas” que quedan ocultas tras la aparente modalidad de “hogar nuclear completo”, es decir, hogares constituidos por parejas donde ambos cónyuges son “reincidentes” o también uniones en las que sólo lo es el varón o la mujer. Los hijos pueden ser de uniones anteriores o de la nueva pareja, e incluso combinar ambas situaciones denominadas popularmente: “los hijos míos, los tuyos y los nuestros”. El segundo tipo de hogar más numeroso en argentina es el “extendido”, ocupando dicho lugar en Santa Fe los hogares “unipersonales”, siendo éstos los principales en la Caba, quedando relegado en la cuarta ubicación en Salta (CUADRO 2).
Personas por hogar
En cuanto a la cantidad de personas habitando los hogares, el más numeroso es el que se encuentra integrado por dos personas (22,6% en Argentina y 24,1% en Santa Fe). En 2010 en Caba los hogares integrados sólo por una y por dos integrantes representan algo más del 60%, cuando los “hogares numerosos” (de 5 y más personas) totalizan el 8,3%. Situación contraria manifiesta Salta, donde para estos últimos tipos de hogares los valores se elevan al 42%, siendo justamente los “unipersonales” y “bipersonales” los menos importantes (CUADRO 3).
Estos datos inciden directamente en la cantidad de personas habitando en “hogares numerosos”. En Argentina el 41,4% de los habitantes residen en hogares de 5 y más integrantes, cifra que se reduce al 37,4% para Santa Fe y al 25,7% para Caba. Lo contrario se da en Salta (60%). Tierra del Fuego experimenta valores similares a la media nacional. La comparación de estos datos con los de 2001 permiten observar que se da una tendencia: cada vez menos personas habiten hogares numerosos, hecho que estaría evidenciando una mejora habitacional.
Focalizando la atención en la cantidad de personas que habitan hogares unipersonales, se puede concluir que existen importantes diferencias regionales, aunque con una tendencia en aumento. Es decir, el “vivir solo” es una modalidad creciente (CUADRO 4).
A solas
En Santa Fe, con el paso de los años, es cada vez mayor la participación de los hogares unipersonales: del 16,1% en 2001 y 19,1% en 2010. Un punto de incremento se produce en los “hogares nucleares compuestos de pareja sola” y un punto y medio en los “hogares nucleares incompleto”. Por otra parte, se produce una caída, en el lapso de nueve años analizados, de cuatro puntos porcentuales de los “hogares nucleares completos de pareja e hijos” y de casi dos puntos de los “hogares extendidos”.
Esta situación trajo aparejado que los hogares integrados por 5 o más personas deje de ser el tipo más importante como lo era en el 2001 (25%) para ocupar el último lugar en el 2010 junto a los hogares integrados por cuatro personas. Los hogares más importantes son los constituidos en primer orden por dos personas.
En los “hogares incompletos” ocupan un lugar predominante las mujeres. Está claro que los hijos luego de la disolución de la pareja quedan mayoritariamente con la madre.
Estado civil
El análisis de la situación civil -los datos suministrados por el último censo no permiten visualizar directamente la situación conyugal por lo cual no se puede dar cuenta cabalmente de las uniones consensuales- permiten observar que para la población santafesina de 14 años y más, la “situación de casado con pareja” es la más importante (37%) aunque en franco retroceso.
Situación contraria se da en los “solteros con pareja”, que incrementan seis puntos porcentuales su participación. Estos datos permitirían afirmar que se dio un incremento de las “uniones de hecho” sin pasar por el Registro Civil. Un rápido análisis de género, podría denotar que son los varones los que eligen mayormente esta opción y que la viudez es un fenómeno mayoritariamente femenino. Esta situación se explicaría por un comportamiento netamente demográfico dado por la mayor expectativa de vida de las mujeres en comparación con los varones (CUADRO 5).
(*) Gustavo Peretti es director del proyecto de investigación y desarrollo “Proceso de envejecimiento y feminización de la población santafesina desde la segunda mitad del siglo XX a la actualidad”, de la Facultad de Humanidades y Ciencias Universidad Nacional del Litoral.
Una década
En 2001 el Censo demostró que los hogares compuestos por 5 personas o más eran el modelo más común de convivencia, con el 25%. El Censo de 2010 mostró que hoy son apenas el 18,4%.
En el caso de los hogares de 4 integrantes (donde cabe imaginar un buen número de familias “tipo”, matrimonio con dos hijos) el descenso es menor: eran el 18,9% en 2001 y retrocedieron al 18,4% en 2010.
En cambio, hay más hogares de tres personas. Del 18,4% de 2001 crecieron al 20% en 2010. También hay más hogares unipersonales: del 16,% al 19,1% desde principios a fines de la década.
El dato más relevante es que 24,1% de los hogares tiene dos integrantes,según los últimos datos censales disponibles. En 2001 eran el 21,6%.