domingo, 29 de julio de 2012

los vendedores de ilusiones son como algunos senadores santafesinos

liberacion de energias

Las "terapias crash" son un nuevo fenómeno para eliminar la ira y el estrés

Proponen otras técnicas para disminuir las presiones de la vida moderna. Algunas apuntan al componente lúdico, otras funcionan como tratamiento psicológico.

Por Gisela Nicosia
28/07/12 - 09:35
Las "terapias crash" son un nuevo fenómeno para eliminar la ira y el estrésAlmohadas. En el barrio de Palermo se puede acceder a un taller en el que mediante ejercicios corporales y con la guía de una psicóloga se busca conocer "el interior y liberar energías negativas". Se dan golpes a las almohadas y se hacen estiramientos. Predomina el contacto físico.

Vidrios que alguna vez fueron una botella, monitores partidos al medio, mesas rotas, teclados destruidos, revistas desgarradas. Con esos elementos quedó decorada la habitación en la que se elimina la ira. Se trata de una nueva propuesta para disminuir tensiones y hacer catarsis a la que se denomina “terapia crash”: es romper todo lo que se encuentre dentro de una habitación con un bate de béisbol.
“La idea es que acá rompan, entre otras cosas, con la rutina, que se liberen y saquen toda la ira, estrés o tensiones y bronca para luego seguir con la vida liberados”, explica Guido Dondero, el encargado de The Break Club (El Club de la Destrucción) donde todo puede romperse. “Quise tener mi propio emprendimiento y no hay nada similar en el país. Desde la inauguración en mayo vinieron alrededor de cuarenta personas de las cuales más del 70% eran mujeres”, dice convencido de que al género femenino le faltan lugares para expresar su furia.
Método. Al llegar al espacio se entrega al destructor/a un mameluco, un casco y una protección visual. Se le brinda un cuaderno para anotar los motivos que generaron la necesidad de liberarse de la ira y luego pasan al cuarto de destrucción.
“Llegué cargado de muchas cosas, presión laboral, tensiones y enojos y salí como nuevo. Quería probar y me sorprendí con el resultado”, dejó escrito en el cuaderno de visitas Gabriel, el último cliente que pasó por el club de la destrucción. También se encuentran comentarios más íntimos como el que escribió una joven: “Vine por la mala relación que tengo con mi padre” o “quiero sacarme de encima toda las malas personas que me crucé”.
El valor del servicio depende de lo que se quiera romper: una habitación con objetos en general (jarrones, trofeos y demás) más 30 botellas de vidrio y botellones de agua vale $ 100. Si se le suma un monitor de computadora $ 180 y si se desea una computadora completa con teclado, mouse y CPU $ 250. Lo interesante es que todo lo que se rompe son artefactos que no ya funcionan y son levantados de la calle o comprados a cartoneros. Las botellas son brindadas por la cooperativa El Ceibo; luego el vidrio molido vuelve a la cooperativa para ser reutilizado.
Con la misma premisa de “disminuir los niveles de adrenalina” en España es la empresa Crash Therapy la que impulsa la terapia. Ofrece romper 35 objetos por 30 euros. Cuenta con varias sucursales y los clientes pueden llevarse un DVD con la filmación de su destrucción. En el caso argentino, puede ingresar otra persona que acompañe al que rompe para tomar fotos. Al finalizar se ofrece pasar a una habitación con un clima de relax, con un sillón y luz tenue, para nivelar los niveles de adrenalina.
“No soy psicólogo y lo propongo desde lo lúdico, pero creo que a mucha gente le puede hacer bien”, asegura Dondero.
Otro. No es la única opción en el rubro. Otra forma-tratamiento es recurrir a la Terapia Corporal Bioenergética, que es un modo de entender la personalidad humana en términos del cuerpo y sus procesos con la combinación de ejercicios corporales de liberación.
La psicóloga Norma Litvin trajo a la Argentina la terapia en 1995 y fundó la BioEscuela. “Todos tenemos bloqueos personales y debemos abrirnos para conocernos más y liberar todo lo que es negativo”, explica Litvin. Es una forma revolucionaria de psicoterapia diseñada para reactivar al cuerpo a través de ejercicios específicos.
Algunos de ellos son sacudir una almohada en el piso con un movimiento pendular constante de adelante hacia atrás, como también ejercer fuerza tirando de una toalla o haciendo contacto con otra persona espalda con espalda para moverse juntos. “Estimula mucho a la persona porque desde lo corporal se introduce en sí mismo. Por lo general en este tipo de técnicas sobresalen las mujeres, pero tenemos muchos estudiantes masculinos que quieren bajar tensiones”, suma Litvin.
El origen de esta práctica se debe a Alexander Lowen, médico y psicoterapeuta estadounidense que en los años 50 fundó oficialmente el Instituto de Análisis Bioenergético en Nueva York orientado a liberar al paciente de su “acorazamiento caracterológico”.
“La idea es ayudar al paciente a tener más energía, a sentir más placer y disponer de una capacidad mayor para funcionar bien. La clave es tener más placer y alegría en la vida y ampliar el sentido de sí como persona en el mundo”, finaliza.

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