CRISTINA KIRCHNER ENCABEZO UN ACTO MULTITUDINARIO EN JOSE C. PAZ POR EL ANIVERSARIO DE EVITA
Desde temprano comenzaron a llegar los micros cargados de militantes que se acercaron hasta las inmediaciones del mercado para participar del acto. “Venimos para que (Jesús) Cariglino sepa que en Malvinas Argentinas somos más kirchneristas de los que él cree”, dijo a Página/12 Carlos, un joven de 23 años acompañado por su esposa y su hijo. “Se llama Néstor, no tengo que aclararte por qué, ¿no?”, agregó con una sonrisa. Las bandas de jóvenes llegaban a borbotones enfundados en las banderas de sus organizaciones: JP Bonaerense Mercedes, Corriente Martín Fierro y las flameadoras naranjas de Segundo Centenario. La columna de La Cámpora engrosó el caudal de gente con los estandartes con la imagen del “Nestornauta” y los bombos que sonaban sin parar junto a los militantes de la Corriente Peronista Descamisados. El Kolina de Alicia Kirchner se mezclaba con el Peronismo Militante y las banderas blancas de la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Con la remera amarilla de su agrupación, la Juventud Peronismo Kirchnerista, Maru, 19 años, explicó que “un montón de nosotros tiene familia que fue desocupada durante mucho tiempo, y ahora casi todos tienen laburo. ¿Cómo no vamos a venir?”, se preguntó. Sus compañeros asentían. A un lado, Karen comentaba que era “vecina de la zona” y se había acercado con su hija de un año “porque quería que conozca a Cristina”. Entre la gente suelta andaba también Carlos, un tucumano que vive en Malvinas Argentinas “hace ya un tiempo –explica–. Me llamó mi vieja para decirme que la abuela quería que venga porque ella todavía tiene la máquina de coser que le mandó Evita”.
Las políticas neoliberales que se implementaron en los años ’90 fueron el blanco de la Presidenta en su discurso cuando volvió a enfrentarlas con el modelo kirchnerista. “Evita predijo: vamos a dejar de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”, señaló CFK y luego bramó: “Evita ha vuelto en la dignidad de una patria que dejó de ser colonia”, y los bombos, las banderas y la gente se levantaron con mayor fuerza. “Pero déjenme decirles que si hay un lugar donde hoy la veo a ella –apuntó la Presidenta– donde la veo más que nada es en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la llevan en su corazón, que la llevan en sus bandera, que la llevan estampadas en sus remeras, en los movimientos sociales juveniles, en las universidades, en los sindicatos”, enumeró y la muchachada se lanzó a cantar “Eva, Eva de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón. Vos sos, sos el sentimiento de este movimiento de liberación”.
Los sectores concentrados de la economía y sus aliados que atacan las políticas del Gobierno se llevaron su parte. La Presidenta recordó un pasaje del último libro de Evita, Mi Mensaje. “Por ahí puedo entender que la oligarquía no nos quiera o nos desprecie, pero lo que más me cuesta entender es cuando alguno de nosotros, venido de abajo, se junta frente y junto a los que siempre nos atacaron para, precisamente, socavar la unidad de este movimiento”, enviando un dardo envenenado a Moyano, hasta fines del año pasado aliado incondicional y hoy acercándose a las entidades rurales. Antes de que hablara la Presidenta, el caudillo de la zona, Mario Ishii, ex intendente y titular del PJ distrital, apuntó para el mismo lado. “Les diría a los que conducen la CGT que se vayan. Que realmente son una vergüenza para el movimiento obrero. Tenemos una CGT que no responde al pueblo sino que está respondiendo a intereses personales”, destacó Ishii. Dijo que se trataba de “cuatro atorrantes”.
“El camino que hemos elegido es el de lograr que en la Argentina haya cada vez menos pobres, y esto significa enfrentar intereses”, reflexionó en voz alta la Presidenta casi al final de su mensaje, cuando la tarde ya empezaba a ponerse fría por el viento. “Unidos y organizados solidariamente en unión y libertad sentiremos que ella ha cumplido su legado histórico y es más eterna que nunca 60 años después de haber pasado a la inmortalidad”, dijo al terminar el homenaje e iniciar el saludo con los militantes y los vecinos que se habían acercado a verla.
“Eva volvió en millones de puestos de trabajo”
La Presidenta hizo un repaso de los logros del kirchnerismo. Criticó, sin mencionarlo, a Moyano. Hubo mayoría de jóvenes.
“Eva Perón ha vuelto hoy en la dignidad de una patria que ha dejado de ser colonia”, sostuvo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ante miles de personas –cien mil según los organizadores– en el acto en conmemoración del 60° aniversario del fallecimiento de Eva Duarte. Una multitud integrada mayoritariamente por jóvenes no cesó de cantar y de apoyar a la Presidenta en José C. Paz, donde encabezó un acto de entrega de viviendas sociales y, principalmente, de homenaje a Evita. “Lo que más me cuesta entender es cómo algunos de nosotros venidos de abajo se juntan con los que siempre nos atacaron para socavar la unidad de este movimiento”, sostuvo parafraseando a Eva Perón y enviando un tiro por elevación al camionero Hugo Moyano, quien por estos días aparece cercano a las entidades ruralistas.
“Treinta años más tarde de los ‘70 en que luchamos por el retorno de Perón, ese presidente (en referencia a Néstor Kirchner) y esta presidenta ya no luchamos por el retorno de Perón sino por el retorno eterno de Eva, que volvió en millones de puestos de trabajo, en las nuevas universidades, en el presupuesto educativo y en la recuperación de los fondos de los trabajadores que habían sido privatizados en los ‘90”, enfatizó la Presidenta tomando la figura y las propuestas de Eva Duarte para proyectarlas al modelo iniciado en 2003. Con parte del gabinete y gran cantidad de intendentes y dirigentes de organizaciones sociales y políticas, el Mercado Concentrador de José C. Paz fue el escenario elegido para homenajear a la figura emblemática del peronismo y realizar un balance de los nueve años de gestión kirchnerista.Desde temprano comenzaron a llegar los micros cargados de militantes que se acercaron hasta las inmediaciones del mercado para participar del acto. “Venimos para que (Jesús) Cariglino sepa que en Malvinas Argentinas somos más kirchneristas de los que él cree”, dijo a Página/12 Carlos, un joven de 23 años acompañado por su esposa y su hijo. “Se llama Néstor, no tengo que aclararte por qué, ¿no?”, agregó con una sonrisa. Las bandas de jóvenes llegaban a borbotones enfundados en las banderas de sus organizaciones: JP Bonaerense Mercedes, Corriente Martín Fierro y las flameadoras naranjas de Segundo Centenario. La columna de La Cámpora engrosó el caudal de gente con los estandartes con la imagen del “Nestornauta” y los bombos que sonaban sin parar junto a los militantes de la Corriente Peronista Descamisados. El Kolina de Alicia Kirchner se mezclaba con el Peronismo Militante y las banderas blancas de la Tupac Amaru de Milagro Sala.
Con la remera amarilla de su agrupación, la Juventud Peronismo Kirchnerista, Maru, 19 años, explicó que “un montón de nosotros tiene familia que fue desocupada durante mucho tiempo, y ahora casi todos tienen laburo. ¿Cómo no vamos a venir?”, se preguntó. Sus compañeros asentían. A un lado, Karen comentaba que era “vecina de la zona” y se había acercado con su hija de un año “porque quería que conozca a Cristina”. Entre la gente suelta andaba también Carlos, un tucumano que vive en Malvinas Argentinas “hace ya un tiempo –explica–. Me llamó mi vieja para decirme que la abuela quería que venga porque ella todavía tiene la máquina de coser que le mandó Evita”.
Las políticas neoliberales que se implementaron en los años ’90 fueron el blanco de la Presidenta en su discurso cuando volvió a enfrentarlas con el modelo kirchnerista. “Evita predijo: vamos a dejar de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”, señaló CFK y luego bramó: “Evita ha vuelto en la dignidad de una patria que dejó de ser colonia”, y los bombos, las banderas y la gente se levantaron con mayor fuerza. “Pero déjenme decirles que si hay un lugar donde hoy la veo a ella –apuntó la Presidenta– donde la veo más que nada es en los cientos de miles de jóvenes argentinos que se han incorporado a la política y que la llevan en su corazón, que la llevan en sus bandera, que la llevan estampadas en sus remeras, en los movimientos sociales juveniles, en las universidades, en los sindicatos”, enumeró y la muchachada se lanzó a cantar “Eva, Eva de mi vida, vos sos la alegría de mi corazón. Vos sos, sos el sentimiento de este movimiento de liberación”.
Los sectores concentrados de la economía y sus aliados que atacan las políticas del Gobierno se llevaron su parte. La Presidenta recordó un pasaje del último libro de Evita, Mi Mensaje. “Por ahí puedo entender que la oligarquía no nos quiera o nos desprecie, pero lo que más me cuesta entender es cuando alguno de nosotros, venido de abajo, se junta frente y junto a los que siempre nos atacaron para, precisamente, socavar la unidad de este movimiento”, enviando un dardo envenenado a Moyano, hasta fines del año pasado aliado incondicional y hoy acercándose a las entidades rurales. Antes de que hablara la Presidenta, el caudillo de la zona, Mario Ishii, ex intendente y titular del PJ distrital, apuntó para el mismo lado. “Les diría a los que conducen la CGT que se vayan. Que realmente son una vergüenza para el movimiento obrero. Tenemos una CGT que no responde al pueblo sino que está respondiendo a intereses personales”, destacó Ishii. Dijo que se trataba de “cuatro atorrantes”.
“El camino que hemos elegido es el de lograr que en la Argentina haya cada vez menos pobres, y esto significa enfrentar intereses”, reflexionó en voz alta la Presidenta casi al final de su mensaje, cuando la tarde ya empezaba a ponerse fría por el viento. “Unidos y organizados solidariamente en unión y libertad sentiremos que ella ha cumplido su legado histórico y es más eterna que nunca 60 años después de haber pasado a la inmortalidad”, dijo al terminar el homenaje e iniciar el saludo con los militantes y los vecinos que se habían acercado a verla.
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