identificacion ideologica
Las relaciones carnales PRO-Partido Popular
Macri fue el único que se desmarcó del resto de los partidos al mostrarse en contra de la expropiación de YPF. Talló su estrategia política pero también sus históricos vínculos con el partido gobernante de España.
Coincidencias. También en el look de sus referentes políticos.
Las relaciones entre el Partido Popular (PP) de España y el PRO siempre fueron estrechas. Las críticas de Mauricio Macri a la expropiación de Repsol YPF no sólo hicieron confluir a ambos espacios políticos. Desde su creación en 2002, el partido del jefe de Gobierno vio al partido de la derecha española como un modelo a seguir y entabló buenos lazos con el presidente Mariano Rajoy y con el ex mandatario José María Aznar.
Las políticas vinculadas al libre mercado y la atracción de inversiones extranjeras, las gestiones que pregonan el achicamiento del Estado, el énfasis en la seguridad jurídica y los conceptos de “eficiencia” y “racionalidad” son algunas de las ideas que acercaron a ambos espacios en lo ideológico.
Los vínculos entre el macrismo y el PP llevaron a una visita oficial de Macri, en septiembre de 2011 (a dos meses de las elecciones presidenciales ibéricas), a la capital española donde se reunió con Mariano Rajoy, quien aún era candidato. En ese mismo viaje Macri afianzó su relación con otro de los hombres fuertes del PP que, al igual que él, fue reelecto: el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Además de frecuentarse y de haber generado una amistad (el español también lo visitó en Buenos Aires un par de veces), aprovechó esta visita para hacer negocios: le compró 24 vagones para la línea B de subtes por 4,2 millones de euros. El inconveniente es que ya tienen 32 años en los subtes madrileños y, si bien cuentan con ventilación, carecen de aire acondicionado.
Paralelamente, cuando se concibió el PRO, y en especial a partir de 2009, se tomó como modelo de construcción política al PP. Para ello nació la Fundación Pensar, un think tank que emula a FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), la ONG que preparó cuadros técnicos para el primer mandato de Aznar. La relación es tal que todos los años Aznar suele disertar en la Argentina en encuentros junto con los dirigentes de PRO y, a la inversa, los macristas suelen viajar a España.
Justamente en marzo de este año Aznar presentó, junto a Macri y la vicejefa María Eugenia Vidal, la tercera edición del Campus FAES, una serie de charlas y análisis político-económicos en el que confluyen las dos ONG.
De todas formas, España, a pesar de atravesar una inédita crisis económica, siempre es uno de los países que destaca el líder de PRO como modelo de desarrollo a seguir por la Argentina.
De hecho, firmó varios convenios culturales no sólo con Madrid, sino con otros hombres del PP como el titular de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
Las relaciones carnales PRO-Partido Popular
Macri fue el único que se desmarcó del resto de los partidos al mostrarse en contra de la expropiación de YPF. Talló su estrategia política pero también sus históricos vínculos con el partido gobernante de España.
Por Ezequiel Spillman
Coincidencias. También en el look de sus referentes políticos.
Las relaciones entre el Partido Popular (PP) de España y el PRO siempre fueron estrechas. Las críticas de Mauricio Macri a la expropiación de Repsol YPF no sólo hicieron confluir a ambos espacios políticos. Desde su creación en 2002, el partido del jefe de Gobierno vio al partido de la derecha española como un modelo a seguir y entabló buenos lazos con el presidente Mariano Rajoy y con el ex mandatario José María Aznar.
Las políticas vinculadas al libre mercado y la atracción de inversiones extranjeras, las gestiones que pregonan el achicamiento del Estado, el énfasis en la seguridad jurídica y los conceptos de “eficiencia” y “racionalidad” son algunas de las ideas que acercaron a ambos espacios en lo ideológico.
Los vínculos entre el macrismo y el PP llevaron a una visita oficial de Macri, en septiembre de 2011 (a dos meses de las elecciones presidenciales ibéricas), a la capital española donde se reunió con Mariano Rajoy, quien aún era candidato. En ese mismo viaje Macri afianzó su relación con otro de los hombres fuertes del PP que, al igual que él, fue reelecto: el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Además de frecuentarse y de haber generado una amistad (el español también lo visitó en Buenos Aires un par de veces), aprovechó esta visita para hacer negocios: le compró 24 vagones para la línea B de subtes por 4,2 millones de euros. El inconveniente es que ya tienen 32 años en los subtes madrileños y, si bien cuentan con ventilación, carecen de aire acondicionado.
Paralelamente, cuando se concibió el PRO, y en especial a partir de 2009, se tomó como modelo de construcción política al PP. Para ello nació la Fundación Pensar, un think tank que emula a FAES (Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales), la ONG que preparó cuadros técnicos para el primer mandato de Aznar. La relación es tal que todos los años Aznar suele disertar en la Argentina en encuentros junto con los dirigentes de PRO y, a la inversa, los macristas suelen viajar a España.
Justamente en marzo de este año Aznar presentó, junto a Macri y la vicejefa María Eugenia Vidal, la tercera edición del Campus FAES, una serie de charlas y análisis político-económicos en el que confluyen las dos ONG.
De todas formas, España, a pesar de atravesar una inédita crisis económica, siempre es uno de los países que destaca el líder de PRO como modelo de desarrollo a seguir por la Argentina.
De hecho, firmó varios convenios culturales no sólo con Madrid, sino con otros hombres del PP como el titular de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
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