Reflexiones,
por María Herminia Grande
Nadie
corrige lo que no advierte.
Si
hoy la ciudadanía se expresase a través de un término futbolero diría: ¡“paren
la pelota”!. Mi referencia no es casual, dado que quien fue el dueño de las
mayores alegrías del fútbol argentino, Diego Maradona, expresó lo que la mayoría
de la gente piensa “que se junten en un cuarto y lo arreglen de alguna manera”.
Los dichos de Maradona denotan dos elementos de importancia para el análisis.
Primero, la necesidad de “arreglar” implica la existencia de un problema que
puede llegar hasta la alteración de la paz. (También cambiar el humor social
como han evidenciado las distintas encuestas: 6 de cada 10 argentinos
responsabilizaron a la Casa Rosada por el conflicto); su pedido representa,
insisto, lo que la mayoría de los argentinos quieren: volver a la
previsibilidad, alejar temores y encontrar reglas claras para el trabajo y la
convivencia, dado que hoy la sensación es que no sólo se descontroló el dólar en
Argentina. El segundo elemento a destacar, y no menor, es que si la ciudadanía
a través de Diego “manda” a “los dos chicos” a arreglar sus problemas “a la
esquina”; implica que la sociedad advierte que ambos, la Presidente y el
gobernador de la provincia más importante de Argentina, actúan con conductas
adolescentes. Según una fuente irreprochable a la que consulté luego de la
reunión de la Presidente con el sector del movimiento obrero al cual el gobierno
recibe; Cristina de Kirchner cree en la intimidad que el problema de Argentina
tiene una única razón: la crisis internacional. Consultada a media lengua, dado
que en esa reunión no se desarrolló el temario que inquieta a la dirigencia
gremial –inflación, mínimo no imponible, inseguridad, salario mínimo vital y
móvil, deuda de obras sociales- sobre el primero de los temas: inflación, la
Presidente manifestó que es sólo un tema momentáneo y que lo importante a su
criterio, es que el consumo no se ha detenido. La charla siguió y en algún
momento hizo alusión en privado a Hugo Moyano, diciendo que no le parecía mal
que quiera ser presidente, pero que las cosas hay que hacerlas distintas y que
además el líder camionero tiene que tener muy presente todas las veces que Lula
perdió. Los hombres del movimiento obrero que volvieron después de años a la
Casa Rosada, creen que el camino hacia el 3 de octubre irá de la mano de Gerardo
Martínez y Andrés Rodríguez, quienes tienen muy buena llegada a la Presidente;
llevándole uno por uno los termas antes citados para intentar lograr respuestas.
De Zanini se ocupa Armando Cavallieri, único integrante del grupo a quien
recibe. Los dichos de la Presidente en esta reunión y su convicción de que los
problemas están afuera, torna a la situación mucho más difícil dado que nadie
corrige lo que no advierte.
Esta
semana también, y dado el disparo del valor del dólar, consulté a varios
economistas de distinto arco ideológico. Con matices coinciden en que el
problema, específicamente con el dólar, no es la cantidad que se venda o no del
paralelo, sino que incide en los precios de toda la economía. Los cierto es que
Argentina no tenía un problema económico y hoy la política lo ha generado. La
inflación amerita un plan antiinflacionario. El gasto público en Argentina
asciende a casi un billón de pesos. De los cuales jubilaciones y subsidios
sociales, representan $ 350 mil millones. Llama la atención que economistas
adherentes a la ortodoxia liberal ni siquiera pidan bajar el gasto; solicitan,
con voz que suena a ruego, que no siga creciendo. La UIA cree imprescindible
desdolarizar la economía convocando a todos los sectores involucrados, dado que
entienden “vía decreto no se logrará ningún resultado.” Quiero recordar lo que
me dijo años atrás el economista Marcelo Lascano después de realizar un
pormenorizado diagnóstico de la crisis del momento (2008). “de esto solo se
sale con una estrategia muy inteligente comandada por un señor muy
confiable”. Puso como ejemplo lo sucedido en Francia en 1926 cuando tuvo
que salir de un atolladero similar. Convocaron a un abogado especializado en
economía llamado Poincaré que “sólo con su llegada las variables se
estabilizaron sin tomar aún, ningún tipo de medida’ y agregó, ‘allí se
vio cómo las expectativas son mucho más importantes que las herramientas. Es
necesario orden con una persona confiable” y remató “el problema
histórico de Argentina son los desencuentros y la
estupidez”
Desde
el sector político el análisis inteligente de la diputada Graciela Camaño, pone
tranquilidad y optimismo dado que cree que estamos viviendo un proceso de final
de época no solo del kirchnerismo con sus diez años en el poder; sino de una
clase dirigente en donde incluye al sindicalismo. Su optimismo se basa en el
análisis que hace de los liderazgos en la Argentina reciente, dice Graciela
Camaño “nuestra sociedad no trabaja en la anticipación de la formación de
liderazgos, ¡quién se iba a imaginar que Alfonsín iba a ser el presidente en el
83.! Recordemos cómo se construyó la candidatura de Menem ganándole al candidato
seguro Cafiero... Cómo de repente aparece un De la Rúa que logra una alianza con
el FREPASO, o, Kirchner que habiendo perdido una elección llega a ser
presidente! Hay mucha expectativa en ver lo que todavía no puede aparecer porque
nunca apareció con anticipación en Argentina. Van a aparecer liderazgos,
quédense tranquilos que hay muchos dirigentes políticos que están militando, que
están trabajando… hay mucha movilidad, los que hoy parecen números puestos se
los va a comer el tiempo
No hay comentarios:
Publicar un comentario