sábado, 21 de julio de 2012

Reflexiones, por María Herminia Grande
Nadie corrige lo que no advierte.

Si hoy la ciudadanía se expresase a través de un término futbolero diría: ¡“paren la pelota”!. Mi referencia no es casual, dado que quien fue el dueño de las mayores alegrías del fútbol argentino, Diego Maradona, expresó lo que la mayoría de la gente piensa “que se junten en un cuarto y lo arreglen de alguna manera”. Los dichos de Maradona denotan dos elementos de importancia para el análisis. Primero, la necesidad de “arreglar” implica la existencia de un problema que puede llegar hasta la alteración de la paz. (También cambiar el humor social como han evidenciado las distintas encuestas: 6 de cada 10 argentinos responsabilizaron a la Casa Rosada por el conflicto); su pedido representa, insisto, lo que la mayoría de los argentinos quieren: volver a la previsibilidad, alejar temores y encontrar reglas claras para el trabajo y la convivencia, dado que hoy la sensación es que no sólo se descontroló el dólar en Argentina. El segundo elemento a destacar, y no menor, es que si la ciudadanía a través de Diego “manda” a “los dos chicos” a arreglar sus problemas “a la esquina”; implica que la sociedad advierte que ambos, la Presidente y el gobernador de la provincia más importante de Argentina, actúan con conductas adolescentes. Según una fuente irreprochable a la que consulté luego de la reunión de la Presidente con el sector del movimiento obrero al cual el gobierno recibe; Cristina de Kirchner cree en la intimidad que el problema de Argentina tiene una única razón: la crisis internacional. Consultada a media lengua, dado que en esa reunión no se desarrolló el temario que inquieta a la dirigencia gremial –inflación, mínimo no imponible, inseguridad, salario mínimo vital y móvil, deuda de obras sociales- sobre el primero de los temas: inflación, la Presidente manifestó que es sólo un tema momentáneo y que lo importante a su criterio, es que el consumo no se ha detenido. La charla siguió y en algún momento hizo alusión en privado a Hugo Moyano, diciendo que no le parecía mal que quiera ser presidente, pero que las cosas hay que hacerlas distintas y que además el líder camionero tiene que tener muy presente todas las veces que Lula perdió. Los hombres del movimiento obrero que volvieron después de años a la Casa Rosada, creen que el camino hacia el 3 de octubre irá de la mano de Gerardo Martínez y Andrés Rodríguez, quienes tienen muy buena llegada a la Presidente; llevándole uno por uno los termas antes citados para intentar lograr respuestas. De Zanini se ocupa Armando Cavallieri, único integrante del grupo a quien recibe. Los dichos de la Presidente en esta reunión y su convicción de que los problemas están afuera, torna a la situación mucho más difícil dado que nadie corrige lo que no advierte.

Esta semana también, y dado el disparo del valor del dólar, consulté a varios economistas de distinto arco ideológico. Con matices coinciden en que el problema, específicamente con el dólar, no es la cantidad que se venda o no del paralelo, sino que incide en los precios de toda la economía. Los cierto es que Argentina no tenía un problema económico y hoy la política lo ha generado. La inflación amerita un plan antiinflacionario. El gasto público en Argentina asciende a casi un billón de pesos. De los cuales jubilaciones y subsidios sociales, representan $ 350 mil millones. Llama la atención que economistas adherentes a la ortodoxia liberal ni siquiera pidan bajar el gasto; solicitan, con voz que suena a ruego, que no siga creciendo. La UIA cree imprescindible desdolarizar la economía convocando a todos los sectores involucrados, dado que entienden “vía decreto no se logrará ningún resultado.” Quiero recordar lo que me dijo años atrás el economista Marcelo Lascano después de realizar un pormenorizado diagnóstico de la crisis del momento (2008). “de esto solo se sale con una estrategia muy inteligente comandada por un señor muy confiable”. Puso como ejemplo lo sucedido en Francia en 1926 cuando tuvo que salir de un atolladero similar. Convocaron a un abogado especializado en economía llamado Poincaré que “sólo con su llegada las variables se estabilizaron sin tomar aún, ningún tipo de medida’ y agregó, ‘allí se vio cómo las expectativas son mucho más importantes que las herramientas. Es necesario orden con una persona confiable” y remató “el problema histórico de Argentina son los desencuentros y la estupidez”

Desde el sector político el análisis inteligente de la diputada Graciela Camaño, pone tranquilidad y optimismo dado que cree que estamos viviendo un proceso de final de época no solo del kirchnerismo con sus diez años en el poder; sino de una clase dirigente en donde incluye al sindicalismo. Su optimismo se basa en el análisis que hace de los liderazgos en la Argentina reciente, dice Graciela Camaño “nuestra sociedad no trabaja en la anticipación de la formación de liderazgos, ¡quién se iba a imaginar que Alfonsín iba a ser el presidente en el 83.! Recordemos cómo se construyó la candidatura de Menem ganándole al candidato seguro Cafiero... Cómo de repente aparece un De la Rúa que logra una alianza con el FREPASO, o, Kirchner que habiendo perdido una elección llega a ser presidente! Hay mucha expectativa en ver lo que todavía no puede aparecer porque nunca apareció con anticipación en Argentina. Van a aparecer liderazgos, quédense tranquilos que hay muchos dirigentes políticos que están militando, que están trabajando… hay mucha movilidad, los que hoy parecen números puestos se los va a comer el tiempo

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