viernes, 20 de abril de 2012

LA DENUNCIA DE ANALISIS

El diputado-gremialista sigue invirtiendo: compró un yate y le hizo pagar a su mujer 1.500.000 pesos durante la anterior gestión, por una fundación inexistente
Los negocios del diputado
 
Allende es el caudillo del mundo burocracia.
Es uno de los dirigentes millonarios del oficialismo. Su obsesión no es la política, ni el gremialismo, ni los trabajadores públicos, sino el dinero. El presidente de la Cámara de Diputados, José Angel Allende (PJ), además del cobro de la dieta legislativa, desde la anterior gestión se hace aportar 30.000 pesos por mes (a hoy serían más de 1.500.000 pesos), bajo el rótulo de subsidio permanente para la inexistente fundación que regentea con su mujer. Para él nunca hay crisis, pese a representar a los trabajadores: es una máquina de pedir plata, tiene una casa majestuosa de tres plantas en el Parque Urquiza, cuentas en el exterior, casa quinta con inversión millonaria y recientemente se compró un yate mediano en 200 mil dólares.

J.R.
Qué es el Estado sino una caja fuerte con llave conocida para sacar dinero. Qué es el Estado sino la posibilidad misma de quedar bien con amigos y condenar a enemigos. Qué es el Estado. Para el presidente de la Cámara de Diputados, José Ángel Allende, puede ser eso y más también.
A su mansión suspendida en las barrancas del Parque Urquiza, a su haras, a su coqueto y céntrico edificio del calle 25 de Junio, a su quinta de ensueños –con pileta y su trampolín, con sus muebles antiguos de precios fuera del mercado¬– a sus lujosos autos, el eterno sindicalista-diputado-filántropo suma ahora a su patrimonio un amplio yate dotado de todo el confort, tanto para la navegabilidad por el río Paraná como para su estadía en la nave.
Allende es el caudillo del mundo burocracia. Como un pulpo con largos tentáculos, supo abrazar gran parte de la estructura estatal y poner gente de confianza en puntos clave de la administración pública. No es casual que uno de esos lugares sea el área de Recursos Humanos de la administración pública, que el organismo capaz de acelerar los trámites de bajas gremiales y altas de afiliaciones a los sindicatos. Pero con el cambio de autoridades y ladeada la funcionaria que le respondía, el gremialista perdió nicho de poder interno en la administración pública que le había permitido al gremio que maneja Allende, la Unión de Personal Civil de la Nación (UPCN), mantener los padrones gremiales lo más inflado posible, lo que cobra interés en una instancia de negociación paritaria.
En una paritaria, Allende atiende en los dos lados del escritorio. Gremialista, presidente de la Cámara de Diputados, el hombre sabe sacar tajada de todos sus atributos.
Las cajas
Además, el padrón es una chequera. Por cada afiliado, el gremio recibe dinero de aporte sindical. Y se sabe ya que UPCN no tiene una gran extensión territorial en la provincia, de modo que se evita tener –si acaso fuera la voluntad– que coparticipar con las filiales algo de los 550 mil pesos que recibe en forma mensual.
El gremio que maneja Allende recibe más de 6 millones y medios de peso por año. Una cifra nada despreciable para un gremio con un manejo casi personalista del diputado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario