domingo, 1 de julio de 2012

Brasil / La presidenta, en su pico de popularidad

La personalidad de Dilma, fuente inagotable de humor

Su severidad es objeto de parodias, pero también de fascinación
Por Alberto Armendariz | LA NACION
RIO DE JANEIRO.- Decidida y eficiente, pero también dura y despiadada con sus colaboradores. La reservada personalidad de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, genera fascinación entre los brasileños y se ha convertido en una fuente inagotable de humor para varios imitadores en programas de televisión, que, pese a resaltar sus características más negativas, ayudaron a consolidar la buena imagen de la mandataria.
Las parodias de la presidenta que realizan en tres de los programas humorísticos más vistos de la televisión brasileña, Zorra total y Casseta & Planeta, Vai Fundo, de Globo, y Pânico, de Band, se han vuelto muy populares. Entre gritos e insultos a sus ministros, la presentan como una persona intransigente con la corrupción e implacable con la inflación, con nombres, como "Dilmandona Roskoff", "Dilmaquininha" y "Dilma do Chefe" ("Dilma del Jefe", en referencia a su padrino político, Luiz Inacio Lula da Silva).
"Es la primera vez que Brasil tiene una presidenta mujer y la firmeza que demuestra en el gobierno atrae mucho a la gente. Los programas humorísticos alimentaron la idea de que Dilma es una buena gerenta, que está haciendo una gran limpieza para volver menos corrupto y más eficiente el aparato estatal", señaló a LA NACION Gaudencio Torquato, vicepresidente de la Asociación Brasileña de Consultores Políticos.
La última encuesta de Ibope, divulgada en la semana que pasó, confirmó que Rousseff sigue gozando de una enorme popularidad, con el 77% de aprobación personal, que mantiene desde principios de año. Encima, su administración está cada vez mejor considerada: el 59% de los entrevistados cree que el gobierno está haciendo un trabajo muy bueno o bueno. Se trata de una marca récord desde que comenzó su mandato, el 1º de enero de 2010.
"La desaceleración de la economía afecta al sector industrial, preocupa al gobierno y a los analistas, pero todavía no llegó a la gente común. Tal vez cuando empiece a haber aumentos en el combustible, los números cambiarán, pero, por ahora, está en la cresta de la ola, y los programas humorísticos fortalecen su popularidad", destacó Torquato.
Otro reciente sondeo, de Datafolha, apuntó que el 56% de los brasileños opina que los sketches televisivos en los que se imita a la presidenta son buenos o neutros para Rousseff.
"Al contrario de Lula, que hablaba de cualquier cosa, Dilma es una persona muy reservada. Cuando comencé a imitarla, ella era todavía jefa de gabinete de Lula, y había muy poco material público sobre ella para crear el personaje. Me basé mucho en lo que decían quienes trabajaban con ella. Cuando se convirtió en candidata y empezó a aparecer más, me di cuenta de que ella realmente era como me la habían pintado: dura, mandona, brava", comentó a LA NACION el cómico Gustavo Mendes, quien hace la interpretación más popular de la presidenta en el programa Casseta & Planeta, Vai Fundo.
Para Mendes, las caricaturas de la presidenta han ayudado a crear una imagen casi maternal de Rousseff, que es vista como una buena administradora del hogar, dura cuando tiene que serlo, pero también con muestras de cariño.
"A la gente le gusta eso porque se la imagina como cualquier madre que puertas adentro también hace exigencias a sus hijos. El pueblo tiene en la cabeza que es una mujer con una personalidad muy fuerte, que fue guerrillera en su juventud, pero que en el fondo es una persona buena, sensible. Yo la muestro con esa bipolaridad", explicó el humorista.

Sin Cristina

El ex marido de Rousseff, Carlos de Araújo, suele decir que Mendes capta muy bien la manera de ser de ella. Aunque la propia presidenta no se ha expresado públicamente sobre el tema, funcionarios del gobierno revelaron que disfruta mucho de la parodia.
En el futuro, a Mendes le gustaría invitar al programa a algún cómico argentino para hacer un sketch con las imitaciones de Rousseff y su par argentina, Cristina Kirchner. Pero todavía no se atrevió porque le comentaron que a la mandataria argentina no le gusta que tomen su figura en broma.
"Es una pena porque creo que el humor sobre uno mismo es una gran señal de inteligencia. Hay que desconfiar de los políticos que no tienen sentido del humor", indicó el actor..

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