Santa Fe
Viernes, 24 de diciembre de 2010Virginia Tola, la voz que detuvo el tiempo
Anoche la destacada soprano santafesina ofreció un magnífico concierto ante un colmado Molino Marconetti. Fue una gala lírica teñida de fiesta popular; una noche excepcional e inolvidable en la que hasta el clima pareció detener su inexorable devenir para disfrutar de la belleza del arte.
Concierto Virginia Tola en el Molino Marconetti.
Fuente: Gobierno de la ciudad.Miles de santafesinos se dieron cita anoche en el Molino Marconetti para ser protagonistas de una velada antológica. Virginia Tola ofreció una gala lírica con tintes de fiesta popular en este ambiente especial a beneficio de Casa Cuna. Sobre la escena, la soprano estuvo acompañada por los 67 músicos que completaron las filas de la Orquesta Sinfónica Municipal que, dirigida por el Mtro. Juan Rodríguez, se formó especialmente para esta ocasión.
La ansiedad por ver a Virginia generó que la fila de ingreso empiece a nutrirse a las 20.30, una hora antes del comienzo anunciado de “Emociones Únicas”. Abanicos y paraguas denotaban el húmedo calor del momento y el riesgo de lluvia que revoloteaba el ambiente. Pasadas las 21, se ‘dio sala’ a la audiencia: desde bebés hasta ancianos, desde corbatas hasta chancletas, el variopinto público procedió a ocupar su lugar.
La simbiosis entre la simple perfección de Tola y la imponencia del recuperado espacio del Dique II del Puerto convirtieron la noche en un momento mágico, excepcional e histórico para la ciudad.
La culminación, como no podía ser de otra manera, fue con el público ovacionando a Virginia de pie, plasmando en decididos aplausos la devoción que los santafesinos tienen por ella, una de sus hijas artísticas predilectas, que alza la bandera de la región y la provincia en todo el mundo.
'Embajadora' santafesina
“Voy ofrecer a Santa Fe lo mejor de mí”, había prometido Tola y cumplió. Carismática e inagotable fuente de una voz magnífica, gracia, sensualidad y dominio escénico, la soprano santotomesina cautivó a lo largo de casi dos horas al extasiado público. En estas “Emociones Únicas”, Virginia ofreció un repertorio en el que privilegió la ligereza y liviandad de su canto, otorgando protagoismo a los detalles, tesitura y coloratura de su voz.
Los precisos cambios de vestuario, siempre acordes al momento del concierto, potenciaron la capacidad histriónica de esta artista mundial. En cada obra, Tola no sólo canta, sino que cuenta una historia, se zambulle en los personajes, se hace otra y, en un viaje de idas y vueltas, transporta al hipnotizado espectador a esa nueva vida. Su voz lo llena todo, entra por los cinco sentidos y se instala a vivir en cada cuerpo. Sacia el alma, la completa para siempre, o al menos por el tiempo que dura su presentación, con la belleza de la perfección musical.
Si, incluso, fue ella, sin más, la voz que detuvo al tiempo; a pesar de las escasas gotas que cayeron con intermitencia, Tola fue quien terminó por convertir en anécdota cualquier amenaza climática. Ni las cruces de sal, ni los huevos a Santa Clara, ni rezos inventados, ni plegarias a un cielo pagano; quien sabe leer a la ‘natura’ sabrá también que si el viento sur sopló con fuerzas para que las añiles nubes aceleren su inexorable viaje hasta nuestra capital fue, simplemente, para poder deleitarse al menos un instante con la magnificencia de la voz de Tola. “Van a ver, al final nos van a dejar terminar el espectáculo”, Virginia confió con gesto cómplice. Ella lo sabía.
Emociones
Apenas pasadas las 21.45, el ritmo contagioso de la “Cavallería Ligera” interpretada con contundencia por la Orquesta Sinfónica Municipal fue una precisa ‘Obertura’ para el concierto y sació la ansiedad que se respiraba en el ambiente. De allí en más, todo fue arte. Aquella primera composición anticipaba el carácter del repertorio delineado para la velada: fue evidente que Tola y Rodríguez extremaron detalles para ofrecer un concierto popular con el que los santafesinos se sintiesen identificados. Se privilegió también la comprensión de las letras (incluso interpretaron piezas en castellano compuestas originalmente en otro idioma), una herramienta más que potenció un repertorio destinado a conmover con delicadeza, con matices, con ligereza y exquisitez técnica antes que con estridencia. Tola, quien en algunos pasajes estuvo acompañada por el Coro Municipal, ofreció un bello abanico a través del cual mostró sus características interpretativas que la llevan a ser un referente entre las sopranos lírico-ligeras que también pueden brindar matices dramáticos.
En definitiva, el programa se dividió en dos grandes partes, la primera con fuerte impronta de arias de ópera italiana y la segunda con zarzuelas españolas, y un final con tres joyas. Así, el primer bloque se completó con obras de Puccini, Mascagni, Cilea, Verdi, Lescaut y Catalani. En tanto, la segunda con composiciones de Giménez, Barbieri, Chapí, Caballero y Luna.
Las sorpresas llegaron sobre el final. Tres fueron las veces que la soprano regresó al escenario para saciar la avidez del público. El primer ‘bis’ fue “Cantique de Noël” (“Santa la Noche”), una preciosa canción de navidad. Luego fue el turno de “Noche de Paz”, momento en el que Virginia instó al público: “a ver si nos ayudan y cantamos todos juntos”; la comunión vocal fue total y sublime. El cierre fue, sorpresivamente, con un bolero. “Contigo en la distancia” fue el elegido para el ‘hasta luego’ del final. La sentida interpretación permite el llano análisis: Tola se sirvió de estos dulces versos para contar cuánto ama a su tierra santafesina.
Santa Fe de pie
En el intervalo entre las dos partes centrales del repertorio, el Intendente Mario Barletta subió a escena para destacar públicamente a Virginia Tola “por ofrecer todo su talento a través de este impecable espectáculo en nuestra ciudad”. A su vez, el mandatario reconoció la labor del Mtro. Juan Rodríguez a quien le entregó una batuta con la que el Director de la, por esta noche, Orquesta Sinfónica encabezó el resto de gala.
Instantes previos al comienzo del espectáculo, Barletta confesó que “contar con Virginia es una enorme dicha, tanto por su calidad artística, por las pasiones que despierta y, además, porque es nuestra”. Luego comentó que siente “un poco de satisfacción personal” ya que, recordó, “en 2001, cuando era Rector de la Universidad Nacional del Litoral, llevé a Virginia a cantar al Paraninfo. Por aquel entonces, si bien era reconocida, aún no era la figura internacional que es desde hace años. Al igual que esta noche en el Molino, aquella vez colmó la capacidad de la sala y cuado estábamos en los camarines ella sugirió que, por la cantidad de gente que quedó afuera, repitiésemos el concierto una semana más tarde. Así lo hicimos y, nuevamente, agotó taquilla. Fue la primera y única vez en su vida que ella repitió una función por la demanda de la gente”.
Además, el Intendente indicó: “estamos muy satisfechos y extremadamente felices por todo lo que estamos viviendo. Es un orgullo contar con ella en una velada como esta. La exclusividad que significa para la ciudad y la región el hecho de tener la oportunidad de disfrutar de un concierto de estas características se potencia con el marco sin igual que brinda el Molino Marconetti”. Finalmente, presagió que la noche sería “para disfrutarla y recordarla para siempre” e instó a los santafesinos a que “disfruten de estas fiestas con amigos y en familia y que reciban con grandes expectativas el nuevo año. Definitivamente Santa Fe se está poniendo de pie y este es un hecho significativo que lo demuestra a las claras”.
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