3/04/2013
sobre la reforma constitucional
Cristina descartó en su discurso de apertura
que la Democratización de la Justicia requiera de una Reforma Constitucional.
Todo lo demás corre por cuenta de los semiólogos, que abundan.
Con respecto a las condiciones de una reforma
para
la reelección de Cristina Kirchner , leemos:
¿Hay
condiciones para la re re?
Según el consultor de Consultora Equis,
Artemio López, hay condiciones posibles para que en 2013 -luego de las
elecciones a diputados y senadores -se consolide el escenario de la re
reelección de la Presidenta Cristina Fernández. Aquí, los números el
análisis...
3/03/2013
sobre la persistencia "del saber" de la élites
La relación entre poder y conocimiento es
compleja. Escindir hasta autonomizar ambas categorías es pueril, pero no lo es
menos unirlas en cualquier sentido de manera mecánica y suponer en delirio
típico del hombre ilustrado que el "conocimiento es poder" o su contrario en un
derrape sociologista.
Sobre la persistencia de núcleos de
conocimientos más allá de sus aciertos en tanto producen y reproducen el sistema
de realciones de poder dominantes en determinada coyuntura histórico-social, leemos:
El
‘hippy’ Ben Bernanke
Por Paul Krugman
Solo faltan unas semanas para que lleguemos
a una efeméride que sospecho que a la mayoría de la gente de Washington le
gustaría olvidar: el inicio de la guerra de Irak. Lo que recuerdo de esa época
es la total indestructibilidad del consenso entre la élite a favor de la guerra.
Si tratabas de señalar que era evidente que el Gobierno de Bush se estaba
inventando un argumento falso para ir a la guerra, que ni siquiera resistiría un
análisis poco serio, y manifestabas que los riesgos y los posibles costes de una
guerra eran enormes, pues bien, te despachaban como a un ignorante y un
irresponsable.
Parecía dar igual qué pruebas presentaban
los que criticaban la carrera hacia la guerra: todo aquel que se opusiese a la
guerra era, por definición, un hippy estúpido. Sorprendentemente, esa opinión no
cambió ni siquiera después de que todo lo que vaticinaban los detractores de la
guerra se hiciese realidad. Los que aplaudían la desastrosa aventura seguían
siendo considerados “creíbles” en materia de seguridad nacional (¿por qué John
McCain sigue siendo un tertuliano habitual en los programas de debate de los
domingos?), mientras que los que se oponían seguían siendo
sospechosos.
Y lo que resulta aún más sorprendente es que
a lo largo de los tres últimos años se ha desarrollado una historia muy
parecida, esta vez sobre la política económica. Por aquel entonces, toda la
gente importante decidió que una guerra inconexa era una respuesta adecuada a un
ataque terrorista; hace tres años, todos decidieron que la austeridad fiscal era
la respuesta adecuada a una crisis económica provocada por banqueros fugitivos,
con el supuesto peligro inminente de los déficits presupuestarios interpretando
el papel que antes interpretaban las supuestas armas de destrucción masiva de
Sadam.
Ahora, al igual que entonces, este consenso
ha dado la impresión de ser indestructible frente a los argumentos en contra,
con independencia de lo bien fundamentados que estuviesen con pruebas. Y ahora,
al igual que entonces, los líderes del consenso siguen siendo considerados
creíbles aunque se hayan equivocado en todo (¿por qué la gente sigue tratando a
Alan Simpson como un hombre sabio?), mientras que los que critican el consenso
son considerados hippies estúpidos aunque todas sus predicciones —sobre los
tipos de interés, sobre la inflación, sobre los nefastos efectos de la
austeridad— se han hecho realidad.
Por tanto, esta es mi pregunta: ¿cambiará
las cosas el hecho de que Ben Bernanke se haya unido a las filas de los
hippies?
A principios de esta semana, Bernanke
realizó unas declaraciones que deberían haber hecho que toda la gente de
Washington se pusiera en guardia y tomase nota. Es verdad que no suponía una
verdadera ruptura con lo que ha dicho en el pasado o, de hecho, con lo que otros
directivos de la Reserva Federal han estado diciendo, pero el presidente de la
Reserva habló más clara y enérgicamente que nunca sobre política fiscal, y lo
que dijo, traducido del idioma de la Reserva al castellano, era que la obsesión
de la clase dirigente con los déficits era un terrible error.
En primer lugar, señaló que la situación
presupuestaria simplemente no era tan preocupante, incluso a medio plazo: “Está
previsto que la deuda federal del sector público (incluida la de la Reserva
Federal) se mantenga aproximadamente en el 75% del PIB a lo largo de gran parte
de la década actual”.
Acto seguido sostuvo que, dada la situación
de la economía, actualmente estamos gastando demasiado poco, no demasiado: “Una
parte sustancial de los recientes progresos a la hora de reducir el déficit se
ha concentrado en los cambios presupuestarios a corto plazo, que, si se
consideran en su conjunto, podrían suponer un obstáculo importante para la
recuperación económica”.
Finalmente, insinuó que la austeridad en una
economía deprimida bien podría ser contraproducente incluso en términos
puramente fiscales: “Además de tener efectos adversos para la creación de empleo
y las rentas, una recuperación más lenta conduciría, en la práctica, a una menor
reducción del déficit a corto plazo para cualquier serie dada de acciones
fiscales”.
De modo que, el déficit no es un peligro
evidente y actual, los recortes en el gasto en una economía deprimida son una
idea terrible y la austeridad prematura no tiene sentido ni siquiera en lo que
se refiere a presupuesto. Puede que a los lectores habituales estas propuestas
les resulten familiares, ya que son más o menos lo mismo que lo que otros
economistas progresistas y yo hemos estado diciendo todo el tiempo. Pero somos
hippies irresponsables. ¿Lo es Bernanke? (Bueno, tiene barba).
Lo importante no es que Bernanke sea una
fuente de sabiduría fidedigna; uno espera que el hundimiento de la reputación de
Alan Greenspan haya puesto fin a la práctica de deificar a los presidentes de la
Reserva. Bernanke es un excelente economista, pero no más que, pongamos por
caso, Joseph Stiglitz, de la Universidad de Columbia, ganador del Premio Nobel y
un legendario economista teórico cuya crítica feroz a nuestra obsesión por el
déficit ha sido no obstante ignorada. No, lo importante es que la apostasía de
Bernanke puede ayudar a minar el argumento de la autoridad —¡nadie importante
difiere!— que ha hecho que sea tan difícil acabar con la obsesión de la élite
por los déficits.
Y el fin de la obsesión por el déficit no
puede ser en ningún caso prematuro. En estos momentos, Washington está centrado
en la estupidez del embargo, pero este no es más que el último episodio de una
serie sin precedentes de reducciones del empleo público y de las adquisiciones
del Gobierno que han lastrado la recuperación de nuestra economía. El consenso
errado de la élite nos ha metido en un atolladero económico, y es hora de que
salgamos de él.
Paul Krugman es profesor de Economía de
Princeton y premio Nobel de 2008.
© New York Times Service
2013.
Traducción de News Clips.
los súper chinos ya no son escépticos ni se hacen más los boludos!!
Bueno, bueno, bueno, la marcha de los acuerdos de precios resulta adecuada contra toda la mala onda arrojada por el sistema de medios opositores y los sabios que advirtieron sobre su inutilidad ab initio.
Si bien habían recibido la noticia con
cierto escepticismo, la Federación de Supermercados y Asociaciones Chinas en la
República Argentina consideró un "éxito" el congelamiento de precios dispuesto
por el Gobierno por dos meses y pidió extenderlo "al menos 90 días
más".
El vocero de la entidad, Miguel Calvete, se
mostró conforme con la medida porque, aseguran, significó un aumento de ventas
para los locales de la Federación.
"El primer mes [del acuerdo] fue positivo,
dado que tras el congelamiento de precios se produjo un incremento en las ventas
de los autoservicios de proximidad atribuible tanto al masivo retorno turístico
como a la reducción de publicidad que debieron instrumentar las grandes
cadenas", expresó Calvete.
buitres y corte de ny: nuevos delirios de la opo
OPOSICION E INTERESES
NACIONALES
EN SENTIDO CONTRARIO A LOS ARGUMENTOS
ARGENTINOS LA UCR DUDA QUE EL FALLO DE GRIESA SEA INADMISIBLE
Por Eduardo Román Di Cola*
Si nos ceñimos a la honestidad intelectual
todas las ideologías contribuyen desde el pluralismo al ordenamiento social y a
la construcción de la nación. A lo que me voy a referir no debe interpretarse
como una descalificación a una pertenencia partidaria.
Nadie puede dudar del importante rol que a
la oposición le toca desempeñar dentro de una república. Lo trascendente que
significa escuchar voces y propuestas diferentes a la del oficialismo.
Lo incomprensible de algunos opositores es
la persistente actitud de pararse en la vereda contraria a los intereses del
país.
La Diputada Nacional del PRO Laura Alonso
está íntimamente vinculada, situación que ocultó, a una fundación que a nivel
internacional recibe aportes del mismo fondo buitre al que su propio bloque
(PRO) propuso pagarle para rescatar la Fragata Libertad. Pago que por otra parte
se demostró no era necesario para defender nuestros intereses. Posiblemente si
para su fundación.
Aunque indignante, lo cierto es que desde el
campo nacional y popular no podemos sentirnos defraudados por el lugar en el que
se encuentran parados muchos de los dirigentes y adherentes del PRO.
Lo sorprendente es que en esta trampa caigan
dirigentes de la UCR. Es Incomprensible que para oponerse al gobierno terminen
oponiéndose a la nación.
Argentina se encontraba en medio del
conflicto por la Fragata Libertad y la Dip. Nac. (UCR-Santa Cruz) Elsa Alvarez
con gran despliegue periodístico denunció que no estaba inscripta como nave de
guerra. Una representante del pueblo que jura defender los intereses nacionales
brindaba argumentos en favor del fondo buitre, para darle “legalidad” al embargo
ordenado por la justicia de Ghana, con el bochornoso final que resultó falso lo
que denunciaba. Por si esto resultara poco, la página web oficial del Bloque de
Diputados Nacionales de la UCR aún hoy lo publica como labor importante digna de
destacar.
Por estos días, en Nueva York estamos en
plena disputa judicial con los fondos buitre. La misma página oficial de los
diputados radicales destaca la posición del Diputado Nacional Julio Martínez
(UCR-La Rioja) quien critica al gobierno con los mismos argumentos con que los
fondos buitre están defendiendo su actitud usurera en contra de los argentinos.
Pone en duda incluso la absoluta inadmisibilidad del fallo de Griesa, utilizando
la expresión “casi inadmisible”, remitiéndose a la nota del Diario Clarín del
pasado 11 de enero titulada “Fondos buitre: la propuesta llega a destiempo”
.
Una vergüenza.
Aunque resulte sobreabundante recuerdo que
no es la actual gestión la que nos endeudó, ni quien agravó las condiciones con
el recordado megacanje, por citar un ejemplo.
Con la diversidad de cuestiones que surgen
de la compleja trama de relaciones que conviven en una sociedad, es
incomprensible que para diferenciarse del gobierno se sustenten en los mismos
argumentos con que los intereses extranacionales buscan su beneficio a costa de
nuestro perjuicio.
La verdad que en el marco de la buena fe esa
actitud es incomprensible, y mucho más cuando proviene de dirigentes surgidos de
un partido centenario con raigambre nacional y popular.
*Diputado Nacional (MC)
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