Reflexiones: droga en la calle, rock & roll en la política
Luis Novaresio / Especial para La Capital. La política santafesina no ha avanzado en nada en la lucha en serio contra el narcotráfico rosarino.
Un experto relevó 132 lugares de producción y expendio de estupefacientes en Rosario.
Reflexiones, por Luis Novaresio / Especial para La Capital
La semana pasada, un verdadero experto en el comercio de drogas que reside en la Capital Federal terminó de radiografiar 132 lugares de producción y expendio de estupefacientes en Rosario. Hay muchos más. Por tomar sólo un ejemplo de la precisión del trabajo, en un “puesto” ubicado en una de las avenidas que recuerda a un discutido presidente argentino se detectó una actividad que produce, diariamente, una ganancia de 25.000 pesos diarios. El kilo de cocaína en Rosario se comercializa a 6500 pesos y éste es “estirado” o “cortado” en cuatro veces más. “Se lo estira con lo que te imagines. De lo mejorcito hasta lo peorcito”, asegura en estricto off el especialista. “Cada «kiosco» de venta tiene una planta de personal variable que necesariamente contiene chicos entre 13 y 16 años que se denominan «soldaditos». Un soldadito armado cobra 300 pesos diarios. Desarmado, 150. Para cuidar el lugar, 200 pesos y para que una mujer sólo custodie la «carga» por una noche, 400. Ama de casa común y corriente de condición humilde que obtiene una diferencia económica por ser depositaria de la droga”. El que habla es este experto que, entre otras cosas, supo hacer el mismo relevamiento en la mejicana Ciudad Juárez
El sistema que está instalado en Rosario replica la metodología el ¨Comando Vermelho¨ diseñado en la favela Rocinha, contemplada por algunos veraneantes de nuestra ciudad que se alojaron en el Sheraton de Rio de Janeiro. “Bastaría que alguien con ganas de investigar mirara los frecuentes viajes a la ciudad del carnaval de algunos personajes muy conocidos en la ciudad”, confirma el mismo especialista. La columna vertebral de este modus operandi supone poner en la calle una droga muy barata que, en los jóvenes que van a consumirla y están en situación de exclusión, implique necesariamente entrar en el comercio y distribución como modo de obtener el recurso económico. Así se “viraliza” el consumo y se destruye el futuro de los que ingresan. La droga es la mal llamada “paco” ya que la que circula hoy es una variedad de pasta base de hoja de coca que se activa con un solvente barato.
¿Hay cálculo de negocio total que representa en nuestra ciudad? Lo hay. “Dos mil millones al año”, dice el mismo hombre sin inmutarse. Está todo escrito. Al alcance de quien quiera leerlo.
¿Se quiere leer? ¿Quién investiga?
Esta semana que pasó tuvo como hecho saliente el comunicado del Juez Federal de Buenos Aires Sergio Torres que aseguró que “no tramitan actualmente ni han tramitado en las Secretarías números 23 y 24 de este Juzgado Nacional investigaciones en las que haya sido involucrada persona alguna con la identidad de Marcos Enrique Escajadillo”. Nadie puede dudar de la honestidad profesional del periodista Carlos Del Frade que fue el que hizo pública la investigación que instruye, de manera colateral respecto de Rosario por razones de competencia, el magistrado porteño. No será este cronista el que analice la conveniencia u oportunidad del ex candidato de Proyecto Sur a la hora de dar nombres en medio de la investigación o de revelar fuentes para defenderse ya que no corresponde por razones de afecto y respeto hacia él. Si convendría que la política no se llenara la boca exigiendo disculpas, rectificaciones o golpeándose el pecho por un pretendido y hasta ahora supuesto error ya que este tema, en términos de futuro (y sin hacer mella del derecho de Escajadillo de defender lo que él cree en su honor) es hojarasca. No hay imputaciones, dijo el juez. El comunicado no habla, porque sería improcedente, del plexo probatorio que incluye informes, muchas pero muchas grabaciones de voz y de video, testimoniales que, a hoy, no implican acto delictivo. Sin alusiones personales, conviene recordar que un testigo, por ejemplo, en una causa penal puede dejar de serlo y pasar a ser imputado y procesado si el juez encuentra mérito.
La cantidad de muertes cercana hoy a los 40 por la actividad de narcotraficantes, la inseguridad cotidiana en las calles, el no destino de adolescentes involucrados en el comercio supone decidirse desde la política a admitir o no convivir con este negocio que reparte inimaginables ganancias para evitar controles policiales y, sin dudas, de la política.
Hay modo de combatir la droga en Rosario. Un alto dirigente del socialismo santafesino lo tiene en sus manos. Es un plan preciso que le fuera entregado hace pocos días por funcionarios nacionales que no se emparentan con sus mezquinos colegas que prefieren ver la decadencia de la provincia. El encuentro fue en el microcentro porteño. Este proyecto replica lo ya hecho en una gran ciudad del norte argentino. En ese mismo dossier hay una estrategia judicial que incluye tres denuncias precisas ante jueces que prefieran no ser cómplices o superar sus miedos, una veintena de allanamientos indicados y un esquema de acción posterior con un número igual de detenciones de personas comunes y con responsabilidad pública.
El gobernador Bonfatti tiene la chance de actuar con sus honestas convicciones y demostrar que puede reaccionar con pantalones largos sobre el tema. Si así lo hace, lograría desarticular, por un lado, la política mediocre que admite cualquier motivo para la victimización por ser discriminados desde un poder central con rasgos efectivamente autoritarios a la hora de considerar económica y políticamente a Santa Fe. Y, por el otro, neutralizar el miserable aprovechamiento en un año electoral que juega a erosionar un par de votos al oficialismo local.
La charla de Olivos. Mientras la pasta base corre por las calles de la ciudad, el discurso político santafecino más saliente de la semana finalizada circuló por la quinta presidencial de Olivos. María Eugenia Bielsa tuvo una larga hora y media de conversación con Cristina Kirchner en donde la primera mandataria, con afecto y calidez, trató de morigerar algunos términos de la renuncia. El enojo del kirchnerismo vernáculo con ella es inmenso. Habrá que ver si para animarse a dejar de lado a una lúcida y coherente dirigente que, parada sobre sus principios, sigue siendo la dueña personal de muchos votos. Dicen, valga como anécdota final, que el que se sonrió cuando supo de la noticia de la renuncia y logró entender lo que le explicaban sus asesores, fue Miguel Del Sel.
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