rumbo al conclave
Bergoglio puede ser el "gran elector" para lograr un Papa latinoamericano
La especialistas vaticanos señalan al cardenal argentino como la figura más importante en la futura elección. No podrá ser Pontífice pero su influencia será decisiva. El rol de Brasil.
En los días previos al cónclave para elegir a un nuevo Papa, las miradas del mundo entero se concentran en los cardenales “papables”. Pero en la carrera hacia el trono de San Pedro hay purpurados que cumplen un papel silencioso aunque tal vez más crucial que el de los propios candidatos. Se trata de los “kingmakers”, aquellos cardenales que por su experiencia e influencia son capaces de orientar el voto de sus colegas. Según los vaticanistas italianos, el argentino Jorge Bergoglio se perfila como “gran elector” en el proceso para elegir al sucesor de Benedicto XVI.
“Se trata de un papel particularmente significativo, sobre todo cuando la elección de un nuevo Papa se da en situaciones tan complejas como la que abrió la renuncia de Ratzinger –explicó en un reciente artículo el sitio especializado Vatican Insider–. Al contrario de lo que sucede con la lista de candidatos, suelen ser figuras que por su edad no aparecen entre los posibles nuevos Pontífices”.
Es un hecho reconocido que, en el cónclave de 1978, el entonces arzobispo de Viena, Franz König, propuso el nombre de Karol Wojtyla cuando las deliberaciones se habían empantanado. Del mismo modo, al cardenal colombiano Alfonso López Trujillo se lo menciona como artífice de la candidatura de Joseph Ratzinger en 2005. Y ahora, cuando la elección de un Papa latinoamericano es cada vez más una posibilidad real, Bergoglio se posiciona como una figura clave en el cónclave.
“A causa de sus 76 años, el nombre de Bergoglio no entra en la lista de papables, pero sin duda será una figura crucial que pesará en las congregaciones generales y en el cónclave –publicó ayer el reconocido vaticanista Andrea Tornielli en el diario italiano La Stampa, un medio de consulta obligada para asuntos vaticanos–. En los últimos años, su fama ha crecido en la Iglesia de América latina e incluso en el Colegio Cardenalicio”.
Giorgio Bernardelli, colega de Tornielli, también escribió sobre el arzobispo de Buenos Aires: “Personalidad ascética, muy esquivo (son rarísimas sus entrevistas), es un cardenal alejado años luz de las batallas curiales del VatiLeaks. Ahora tiene 76 años, por lo que no figura en la lista de los papables, pero podría convertirse en una ayuda importante en la elección del sucesor de Benedicto”.
Según reveló la prensa italiana, un influyente grupo de cardenales habría llegado a un acuerdo para impulsar al primer Papa latinoamericano de la historia. En este sector aparecen el decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, y el cardenal italiano Giovanni Battista Re, ambos mencionados entre los “grandes electores”. Su candidato de consenso sería el brasileño Odilo Pedro Scherer, arzobispo de San Pablo, de 63 años.
A este grupo adscribe otro cardenal argentino, Leonardo Sandri, quien incluso suena para secretario de Estado del Vaticano. Sandri está enfrentado con Bergoglio, lo que seguramente sería un punto a resolver si Sodano y Re quisieran sumar el apoyo clave del arzobispo de Buenos Aires para Scherer.
En el cónclave de 2005, Bergoglio fue el segundo candidato más votado luego de Ratzinger. Ayer, La Stampa reveló que el duelo entre ambos se resolvió “cuando el purpurado argentino pidió, casi con los ojos llenos de lágrimas, que no lo votaran”. Una escena digna del cineasta Nanni Moretti. Ahora, Bergoglio podría tener su silenciosa segunda oportunidad para influir en el destino de la Iglesia.
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