Política
Macri apuesta a la vida sana, el yoga y al budismo para combatir el estrés
El jefe de gobierno practica yoga una vez por semana y se acercó a la filosofía oriental para "vivir con menos conflictos". Qué lectura le recomendaron. Fotos.
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25.09.2011 | 19:30
Macri y su nueva vida sana. En esta imagen, tomando un jugo de naranja natural. | Foto: Cedocc
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Quienes frecuentan a Mauricio Macri dicen que hace varios meses que está cambiado. Que está de mejor humor, que está más relajado, que se enoja menos por los problemas diarios, que intenta ser positivo en sus ideas. Además de la llegada a su vida de Juliana Awada, y su embarazo de Antonia, el jefe de Gobierno se entusiasmó con la cultura budista y empezó a hacer yoga y meditación.
El puntapié inicial lo dio hace ocho meses cuando Joaquín Molla, publicista y uno de los creativos que armó los spots de campaña del PRO, le recomendó un maestro de yoga para que lo atendiera personalmente. Así, una vez por semana Macri empezó a asistir solo a las clases que, según cuentan en su entorno, lo ayuda a vivir “con menos conflictos”. Además, también se interesó en la meditación y en la vida más armoniosa que supone la cultura oriental.
“Le aconsejaron que se acercara al budismo con la idea de que puede ayudarlo a soportar con menos sufrimiento y ansiedad las hostilidades del día a día. Tuvo momentos de crisis, con ganas de largar todo, y siente que se serena con esta filosofía, y que tiene que enamorarse más del proceso que del resultado”, cuenta a PERFIL una fuente que frecuenta al jefe de Gobierno. “Empezó con algunas lecturas y le siguieron el yoga y la meditación”, agrega la misma fuente.
Al líder del PRO siempre le gustaron los temas espirituales. Por caso, en 2009 les recomendaba a quienes lo visitaban el libro El combustible espiritual de Ari Paluch (ver recuadro), e intentó durante toda su campaña hablar de “concordia” y “paz” como ejes de su discurso.
“Quiere hacer todos los días una acción que le permita dormir tranquilo. Poder llegar a su casa y haber terminado el día haciendo algo orientado a la armonía, a la concordia, a la paz, al reencuentro”, describe un legislador que dialoga con él semanalmente.
Otro funcionario PRO acota: “Se calienta menos y, aunque no es de putear, está más positivo, le joden menos las agresiones”.
El puntapié inicial lo dio hace ocho meses cuando Joaquín Molla, publicista y uno de los creativos que armó los spots de campaña del PRO, le recomendó un maestro de yoga para que lo atendiera personalmente. Así, una vez por semana Macri empezó a asistir solo a las clases que, según cuentan en su entorno, lo ayuda a vivir “con menos conflictos”. Además, también se interesó en la meditación y en la vida más armoniosa que supone la cultura oriental.
“Le aconsejaron que se acercara al budismo con la idea de que puede ayudarlo a soportar con menos sufrimiento y ansiedad las hostilidades del día a día. Tuvo momentos de crisis, con ganas de largar todo, y siente que se serena con esta filosofía, y que tiene que enamorarse más del proceso que del resultado”, cuenta a PERFIL una fuente que frecuenta al jefe de Gobierno. “Empezó con algunas lecturas y le siguieron el yoga y la meditación”, agrega la misma fuente.
Al líder del PRO siempre le gustaron los temas espirituales. Por caso, en 2009 les recomendaba a quienes lo visitaban el libro El combustible espiritual de Ari Paluch (ver recuadro), e intentó durante toda su campaña hablar de “concordia” y “paz” como ejes de su discurso.
“Quiere hacer todos los días una acción que le permita dormir tranquilo. Poder llegar a su casa y haber terminado el día haciendo algo orientado a la armonía, a la concordia, a la paz, al reencuentro”, describe un legislador que dialoga con él semanalmente.
Otro funcionario PRO acota: “Se calienta menos y, aunque no es de putear, está más positivo, le joden menos las agresiones”.
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