lunes, 3 de septiembre de 2012

Puerto Madero tiene dos caras

Durante la semana, el barrio más joven y más caro de la ciudad parece deshabitado; los fines de semana, la escena cambia completamente; radiografía de una zona exclusiva
Por Natalia Pecoraro | LA NACION
Puerto Madero es el barrio más nuevo de la ciudad de Buenos Aires, el más caro y uno de los de mejor calidad de vida. También es uno de los más peculiares: tiene dos caras.
Durante la semana reina la tranquilidad. Por las calles transitan unos pocos oficinistas, paseadores de perros, obreros de la construcción, estudiantes, personal de limpieza y mantenimiento de los espacios públicos, prefectos y turistas.
Los edificios de viviendas de lujo -por decenas- parecen convivir fríamente con oficinas, restaurantes, bancos, drugstores, locales comerciales, una universidad y un pujante circuito de arte. No se siente en el barrio el calor que transmiten otras calles de la ciudad.
Los sábados y los domingos, en cambio, miles de personas disfrutan de los espacios públicos: el paseo junto al río, los parques y sus calles prolijas cambian de color. Es como si el barrio entrara en ebullición. El escenario es el mismo, pero la escena cambia completamente.
Según datos del censo de 2010 , viven en Puerto Madero 4720 personas. En 2001, eran 296 los habitantes permanentes contabilizados. Aunque desde un "piso" muy bajo, es el barrio de mayor crecimiento demográfico de la última década: más de 1000%.
Dos caras de Puerto Madero: una de lunes a viernes; otra los sábados y domingos. Foto: LA NACION / Guadalupe Aizaga
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LA NACIÓN recorrió la zona en distintas oportunidades: de día y de noche, durante la semana y los fines de semana, y entrevistó a varios vecinos. Algunos con muchos años en el barrio, otros que son nuevos residentes, de zonas cercanas o personas que trabajan o están de paso por Puerto Madero.

seguridad

"Mi viejo vive acá hace más de 10 años, siempre me gustó, pero yo llegué hace dos, antes vivía en Liniers. Lo que más me gusta es el orden, la limpieza, la tranquilidad, el verde que hay, la poca gente y, por sobre todas las cosas, la seguridad", relató Lucas Marín, de 28 años.
Como Lucas, casi todos los vecinos consultados -excepto dos mujeres- dijeron que lo mejor de vivir en el barrio es la seguridad. Martín Bochkezanian , integrante de la Junta Comunal de la comuna 1 -la que corresponde a Puerto Madero-, electo por el Pro, destacó que la zona cuenta con dos variables únicas: Prefectura en lugar de Policía Federal, "que tiene importantes recursos y un centro de monitoreo de última generación", y accesos limitados, "que configuran una especie de «isla»".
Puerto Madero tiene sólo cuatro accesos y un avanzado Sistema Integral de Seguridad (SIS) manejado por la Prefectura Naval Argentina , con poder de policía en el barrio.
La sede del SIS está en Macacha Güemes y Juana M. Gorriti, en el dique 3. Desde allí se hace un seguimiento de todo lo que pasa en Puerto Madero: las cámaras están en calles, veredas, espacios públicos y áreas perimetrales. Un promedio de 30 efectivos por día, divididos en tres turnos, se encargan del monitoreo, la supervisión y el análisis de las imágenes.
Puerto Madero es uno de los barrios elegidos por el poder político. Tienen propiedades o viven allí, entre otros, Cristina Kirchner, Amado Boudou, Héctor Icazuriaga (jefe de la SIDE), Florencio Randazzo, Alberto Fernández, Julio De Vido, Débora Giorgi y Diego Santilli. También se dejaron ver por ese barrio selecto Ricardo Jaime, Claudio Uberti y el sindicalista José Pedraza, quienes afrontan diversos conflictos con la ley.
"Estoy seguro de que es una gran razón para quienes eligen vivir allí, en los inicios y hoy, con el aumento de los delitos violentos, más aún", sostuvo el comunero macrista.
Una mujer de 35 años, ama de casa y madre de un niño de dos, contó que llegó al barrio por la seguridad y por su ubicación estratégica. "Llegué con dudas, pero ahora decidí quedarme. De hecho, antes alquilaba y ahora compré, estoy muy contenta", dijo.
Una joven de 20 años, estudiante de Periodismo de la Universidad Católica Argentina (UCA) -con sede en el dique 2-, contó a LA NACIÓN que sus padres decidieron mudarse de Caballito a Puerto Madero por la seguridad. "Hace dos años que vivo acá y estoy muy cómoda. Lo que más me gusta es la tranquilidad. Cuando visito otros barrios y vuelvo, me doy cuenta de que el aire es distinto", sostuvo.
Un promedio de 30 efectivos por día, divididos en tres turnos, se encargan del monitoreo, la supervisión y el análisis de las imágenes
Una jubilada que vive en una torre frente al parque Mujeres Argentinas desde hace cinco años relató: "Decidí mudarme porque era el único lugar de la ciudad donde podías levantar la persiana de tu cuarto y no tener de vista un edificio". Dijo, también, que se podía caminar en paz.
Dos mujeres de alrededor de 60 años (que volvían a sus casas después de la clase de pilates), no dudaron en criticar enfáticamente al barrio. Sus dardos apuntaron a los funcionarios que se mudaron a Puerto Madero. "Era tranquilo, pero no lo es más: se contaminó. Todo empezó cuando Néstor Kirchner tuvo su oficina por acá. Quiero que se vayan los funcionarios, la suciedad", lanzó una de ellas.
La otra dijo que "lo peor" que le puede pasar es tener que ir al centro. O sea, cruzar el agua y adentrarse unas cuadras al barrio de San Nicolás, más conocido como microcentro o City porteña.

Fines de semana

El comunero Bochkezanian explicó que, en comparación con los otros barrios de la Comuna 1 (Retiro, San Nicolás, San Telmo, Montserrat y Constitución), en Puerto Madero hay "pocos reclamos en seguridad". Hay quejas por limpieza, iluminación, veredas, calles y por el tránsito: los vecinos dicen que los autos circulan muy rápido y que no respetan los semáforos.
"Hay mucha queja porque el barrio funciona como estacionamiento gratuito a cielo abierto para muchos oficinistas que van en auto al centro en la semana", agregó.
Todos los consultados coincidieron en que las "bondades" de la zona pueden disfrutarse durante la semana y criticaron los fines de semana, cuando vecinos de otros barrios se acercan a las calles con nombres de mujeres.
Lucas Marín admitió que lo que menos le gusta de vivir en Puerto Madero son los sábados y domingos. "Se llena de gente, ensucian las plazas, se afanan tachos [de basura], no cuidan las cosas, tiran papeles por cualquier lado, se llena de autos", sintetizó.
Mientras jugaba con su hija en la plaza María Eva Duarte de Perón, un joven empresario que vive frente al dique 4 dijo que "la tranquilidad y la seguridad se pierden los fines de semana" porque "la gente brota de cada rincón".
"El principal problema [del barrio] deriva del uso que hacen miles de otros porteños y vecinos que se acercan para disfrutar del espacio público, lo mismo que la gastronomía y otras actividades -legales o ilegales- que generan un poco de inseguridad, suciedad y otros conflictos menores derivados de las mismas", explicó.
Nicolás tiene 19 años, vive en Recoleta y va a andar en skate a Puerto Madero porque las escaleras "están buenísimas". Eduardo y Graciela son de Caballito y llevan reposeras, mate, termo y lectura hasta el parque Micaela Bástidas por "el verde, el aire y la tranquilidad". Denise, Sol y Tamara, de Almagro, patinan por la peatonal porque "el piso es lisito y la vista está bárbara".
A pesar de las críticas y en línea directa con los "halagos", el boom inmobiliario parece no tener fin en Puerto Madero. El metro cuadrado cuesta entre cinco y siete mil dólares. Los alquileres de viviendas arrancan en 1300 dólares. Hay obras en construcción permanentemente.

Más emprendimientos

Cada vez hay más emprendimientos: restaurantes, bares, locales comerciales, lugares de recreación. El arte empieza a copar espacios. Los proyectos faraónicos del universo Faena no cesan: hotel, viviendas, Arts District . El museo de la colección de arte de Amalia Lacroze de Fortabat se revitalizó: nueva etapa con muestras temporarias. El flamante Polo Audiovisual , anunciado hace muy poco, tendrá su sede en la isla Demarchi, a metros de Puerto Madero.
Diques antigüos frente al agua, peatonales, plazas abiertas a la línea del malecón, el Puente de la Mujer, viejas grúas portuarias, mega torres de lujo. Al oeste, alejado, el resto de la ciudad. Hacia el este, bien cerquita, la Costanera Sur, la reserva ecológica, la villa "Rodrigo Bueno" y el Río de La Plata. Contrastes, toda una postal de Buenos Aires..

Política . Los vecinos de Puerto Madero con domicilio en el barrio votan en la UCA. En las últimas elecciones, en las que la presidenta Cristina Kirchner resultó reelecta con el 54 por ciento de los votos, en Puerto Madero se emitieron 1541 sufragios. ¿Los resultados? La lista del Frente Amplio Progresista, encabezada por el santafecino Hermes Binner, ganó con el 30,43 por ciento de los votos. Segunda se ubicó la lista del Frente Popular de Eduardo Duhalde, con el 19,66 por ciento. El Frente para la Victoria, que alcanzó cifras altísimas en otras zonas, sumó sólo el 17,46 por ciento de los sufragios. El Frente de la Izquierda y de los Trabajadores, con Jorge Altamira a la cabeza, sacó 13 votos.

Breve historia A fines del siglo XIX, en pleno auge del modelo agroexportador, el ingeniero Eduardo Madero desarrolló los característicos diques de ladrillos rojizos. El puerto se construyó entre 1900 y 1905.
En 1911, el puerto resultó insuficiente y ampliaron la zona portuaria, una obra del ingeniero Luis Augusto Huergo.
La creación de Madero estuvo abandonada durante décadas. En 1989 nació la Corporación Antiguo Puerto Madero, una sociedad anónima integrada en partes iguales por el Estado Nacional y la Municipalidad de la ciudad de Buenos Aires, creada para urbanizar las 170 hectáreas del área del antiguo puerto.
En 1996, el plan de urbanización comenzó con la etapa de venta de lotes. Ese año, Puerto Madero quedó incorporado como el barrio número 47 de la ciudad de Buenos Aires.

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