Laura Alonso, Carrió y el grupo Clarín, cuando elogiaban al que hoy impugnan
Señorita Laura Alonso… todavía", le aclara entre mohines la actual diputada PRO al locutor, que acaba de presentarla como "señora" delante del auditorio. Fue en mayo de 2006, cuando la entonces directora de Poder Ciudadano, en una de sus visitas a Morón, participó de la presentación de Cuentas Claras, publicación que desde ese momento informa todo lo referido al origen y el destino de los recursos públicos de la comuna.
AFSCA: las insólitas impugnaciones contra Martín Sabbatella
La diputada PRO resaltaba la transparencia del ex intendente. En 2003 Carrió lo invitaba a su casa para convencerlo de ir como candidato del ARI. Y Clarín lo premió hace apenas cuatro años por su honestidad.
Olvidándose del archivo, Alonso, que en otras épocas disertaba sobre transparencia y hoy tiene como principal referente político a un jefe de gobierno procesado por la justicia, fue la autora de la primera impugnación al nombramiento de Martín Sabbatella al frente de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), por entender que el propuesto no tendría "alta calificación profesional en materia de comunicación social", ni "reconocida trayectoria democrática y republicana, pluralista y abierta al debate y al intercambio de ideas diferentes".
Fue Poder Ciudadano (PC) la entidad que reconoció como un primer gran logro de Sabbatella haber desmantelado las redes de corrupción enquistadas en Morón alrededor del negocio de las cloacas. Un montaje, cuya pata empresaria fue el Grupo Socma, liderado por Mauricio Macri. El que hoy le da letra a la señorita.
"Estoy muy contenta de estar acá –decía Alonso cuando no era amarilla–, rodeada de muchos amigos y compañeros de un largo camino que se inició con una carta que envió PC a principios del año 2000 a todos los intendentes de la provincia. Les preguntábamos si tenían ganas de trabajar con nosotros codo a codo para pensar herramientas y formas de desarrollar una gestión transparente." Y agregaba: "Recibimos una sola respuesta. La de Martín Sabbatella."
La diputada coqueta elogiaba y promovía distintas iniciativas impulsadas por el distrito, como la creación de la Oficina de Acceso a la Información Pública. Y le hablaba a la platea, con Sabbatella a su lado: "El de ustedes es un caso importante, cambió el contenido de la discusión política."
El resto de las impugnaciones ingresadas hasta ahora parecen calcadas. Ayer, el Grupo Clarín, Cablevisión SA, Arte Radiotelevisivo Argentino SA y Radio Mitre se equivocaron en el escrito y cuestionaron a un Sabbattella con doble "t". Denunciaron "un 'plan' orquestado y direccionado por el Poder Ejecutivo contra Grupo Clarín y la prensa libre". Y para ahorrar tinta aconsejaron remitirse a los argumentos de Alonso "en honor a la brevedad". Héctor Magnetto también ordenó pegarle al ex intendente por no contar con "una reconocida trayectoria democrática y republicana".
Sin embargo, fue su diario el que premió en 2008 a Sabbatella justamente por tener eso. Resaltó la mención que The Wall Street Journal hizo al dedicarle al actual diputado un informe en portada titulado "Una lucha en solitario contra la corrupción en Argentina". Ocupó columnas editoriales que hablaban de "contrataciones transparentes" como algo inédito en la comuna y el país. Auspició un estudio de la Universidad de San Andrés y el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) que destacó a Morón por su "transparencia en la oferta de información pública". Y dedicó notas a la política de Derechos Humanos que el distrito desarrolló a partir de 2000, cuando el tema no estaba en la agenda nacional.
Patricia Bullrich es otra de las impugnadoras, subida al mismo caballo. Fue de la Tendencia. Fanática de Antonio Cafiero. Menemista, y después antimenemista. Ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa. Armadora del Recrear de Ricardo López Murphy. Y parte de la Coalición Cívica, hasta que se fue. Sobre el cierre de esta nota pertenecía a Unión por Todos.
Manuel Garrido, Juan Pedro Tunessi, Mario Barbieri y Patricia De Ferrari son diputados radicales. Para los cuatro, la propuesta de designar a Sabbatella "es un atropello", porque el ex jefe comunal "votó la creación del ente que ahora presidirá, infringiendo la Ley de Medios", dijo De Ferrari. Que alguien le sople que el candidato a la AFSCA no estuvo cuando ella dice, simplemente porque aún no había asumido como diputado.
Sabbatella ocupó por primera vez la intendencia de Morón en diciembre de 1999. En septiembre del año 2000, antes del año de gobierno, creó la Oficina Anticorrupción, encargada de recibir denuncias de vecinos por irregularidades de funcionarios. La gestión empezó a clasificar las declaraciones juradas para su consulta pública, y fue una de las primeras en firmar con la Sindicatura General de la Nación un convenio de capacitación en auditoría interna.
En 2004, cuando el distrito creó la Subsecretaría de Modernización y Transparencia del Estado, Morón firmó con Poder Ciudadano el convenio Discrecionalidad Cero, de donde surgió el proyecto de Elaboración Participativa de Normas, la publicidad de las Audiencias de Gestión de Intereses, el área de Libre Acceso a la Información Pública, la rendición pública del Presupuesto, la implementación de la figura del Defensor del Pueblo (cargo que hoy ocupa el economista del Plan Fénix Abraham Gak), y la reglamentación de Audiencias Públicas para lo referido a grandes licitaciones.
Sabbatella, que para el Grupo Clarín no es ni republicano ni democrático, impulsó a mediados de la década pasada la Oficina de Acceso a la Información Pública. Con asesoramiento, además de Poder Ciudadano y el CIPPEC, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asociación por los Derechos Civiles, Colegios de Abogados y entidades sociales de distinto tipo. El distrito puso en vigencia el programa de Auditoría Ciudadana de la Calidad de Prácticas Democráticas. Y el proyecto Demostrar, que buscó garantizar la transparencia en los programas sociales, evitando el clientelismo y el abuso de poder. Esas políticas de gestión significaron que el ex intendente fuera nombrado en el 2008 como uno de los cinco administradores públicos más destacados de la década por la Fundación Konex.
En realidad, las audiencias públicas habían arrancado ya en el año 2000, cuando la idea debutó con la redacción final del Pliego de Bases y Condiciones que regló la licitación del servicio de recolección de residuos. Morón ahorró 19 millones de dólares de ese momento, en comparación con el anterior contrato cerrado por el ex intendente y vocero de la Triple A Juan Carlos Rousselot.
La mujer mística fue la que más arremetió en las últimas horas contra el nombramiento, aterrada porque no garantizaba la "independencia política que el cargo requiere". Pero olvidándose que la AFSCA no fue creada como organismo de control de medios, sino para la aplicación de una ley aprobada democráticamente por el Congreso que ella misma integra. La dueña de la Coalición Cívica supo quererlo a Sabbatella. En 2003 asistió al acto de reasunción en la intendencia, y hasta lo invitó a comer a su casa para convencerlo de ir como candidato a gobernador por el ARI. Resultó despechada. «
"Un nombramiento excelente"
Ayer, la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, sostuvo que la designación de Martín Sabbatella al frente de la AFSCA "nos parece un nombramiento excelente. Es un gran gestionador, lo conocemos, sabemos quién es, y por eso hay que apoyarlo, darle una mano".
Bonafini habló en el programa radial Día por Día (Radio Racional Rock), conducido por Javier Romero, Fernando Torrillate y Guillermo Marcello.
"A la presidenta y a Sabbatella hay que cuidarlos –agregó–, y el mejor cuidado es acompañarlos en todo momento y darle con todo para lo que ellos nos propongan. El proyecto tenemos que hacerlo nuestro, esa es la mejor manera de defenderlos", señaló la titular de Madres.
El jueves pasado, la entidad lanzó la campaña "Un corazón para Sabbatella", en la que invitan a dejar mensajes escritos de apoyo a la postulación sobre grandes corazones de papel que permanecen colocados en la puerta de la Universidad Popular de las Madres, ubicada en Hipólito Yrigoyen 1584.
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