viernes, 26 de abril de 2013

son unos impresentables violentos

LOS OPOSITORES SE FUERON CUANDO EL OFICIALISMO REAFIRMO SUS VOTOS

La política del escándalo

La oposición aprovechó un error del tablero para desconocer la aprobación del artículo 2 de la reforma del Consejo de la Magistratura, denunció un fraude del oficialismo y se retiró del recinto en medio de un tumulto. Un opositor le tiró con una botella a Agustín Rossi
Por Sebastian Abrevaya
Un botellazo volando por los aires, una diputada manoteándole el micrófono al presidente de la Cámara, legisladores saltando arriba de sus bancas festejando una votación que no había concluido y otros conteniendo al jefe del bloque oficialista para que no terminara a las trompadas con un colega de la oposición. Así concluyó en Diputados el debate de casi 20 horas sobre la modificación del Consejo de la Magistratura. La oposición denunció “fraude” porque en la votación del artículo 2 el tablero mostró 128 votos a favor –uno menos de lo necesario–, 101 en contra y 21 abstenciones. Con la excitación de los opositores por la supuesta derrota del oficialismo la sesión se descontroló al punto de que se intentó acallar a los diputados Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi, que inmediatamente y a los gritos intentaban aclarar que su voto era afirmativo, pero no había sido debidamente computado. “La oposición buscó permanentemente entorpecer el debate, desgastarlo, generar climas de tensión y deslegitimar la sesión”, aseguró Agustín Rossi, quien pidió disculpas por su actitud. Lo mismo que hizo varias horas después el peronista disidente Sergio Pansa, que le revoleó una botella de agua mineral.
Cuando se acercó el momento de votar las modificaciones al Consejo de la Magistratura, el clima se fue poniendo más denso. Antes de empezar los discursos de cierre, el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, se reunió informalmente con los presidentes de los bloques opositores para anticiparles que el oficialismo quería aprobar en particular todos los artículos de la ley en una sola votación. Al concluir, los jefes de bloque de la oposición volvieron al recinto y denunciaron un intento por violar el reglamento por parte del kirchnerismo. Los diputados Federico Pinedo (PRO), Ricardo Gil Lavedra (UCR), Graciela Camaño (Peronismo Disidente) y Elisa Carrió (Coalición Cívica) plantearon cuestiones de privilegio por este tema, aun cuando la propuesta no se había concretado formalmente.
Superado ese episodio, llegó el momento de la votación en general y el resultado fue 130 votos a favor, 123 en contra.
Rossi pidió nuevamente la palabra para proponer la aprobación, durante el debate en particular, de todos los artículos juntos, conforme a una interpretación del reglamento. La oposición montó en cólera y empezó a gritar desde sus bancas que se estaba realizando “fraude” y que se traicionaban las reglas de la Cámara “porque el oficialismo no contaba con los votos necesarios”. “Escuchame una cosa, ¿vos viste cómo salió la votación? Entonces callate la boca, Bazze”, le respondió Rossi al radical Miguel Bazze, que gritaba desde su banca, igual que otros opositores.
Rossi siguió con la explicación y planteó que su propuesta podía llevarse adelante si era votada por la mayoría. “No vamos a votar”, “No hay acuerdo, no se puede votar”, “Tramposos”, gritaron distintos diputados. “No se bancan perder una votación”, retrucó el jefe del bloque oficialista. La peronista disidente Graciela Camaño bajó de su banca y le quiso arrebatar el micrófono a Domínguez, en varias oportunidades.
Finalmente, la sesión pudo continuar cuando el oficialismo dio marcha atrás y aceptó el reclamo opositor de votar individualmente cada artículo.
“A pesar de tener la posibilidad, pido que ahora, inmediatamente, ponga a votación artículo por artículo, sin más discusión, voto a voto, cada uno de los temas, y sin debate”, exclamó Rossi, volviendo a enardecer a la oposición. Pero el conflicto se desató en el artículo 2, que establecía la nueva composición del Consejo, con la ampliación de 13 a 19 miembros.
Pasaron los 15 segundos para que los diputados emitieran su voto y el tablero arrojó 128 votos a favor, 101 en contra, 21 abstenciones y 2 ausentes. La oposición explotó en grito exaltado. El radical Ricardo Buryaile saltaba arriba de su banca mientras Ricardo Alfonsín apuntaba a Rossi con el dedo, acusándolo de haber querido hacer trampa al proponer que se vote en particular todos los artículos. Rossi se acercó a la presidencia de la Cámara mientras el diputado Sergio Pansa, parapetado desde la última fila, lanzaba hacia el centro una botella de agua mineral. En medio del griterío, varios compañeros tuvieron que contener a Rossi, que enfilaba rumbo a las bancas de la oposición con ánimo de pelearse.
Domínguez intentaba poner orden y les pedía a dos diputados que no habían votado, Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi, que expresaran su voto de viva voz. “Se ha alterado la sesión. Yo ya adelanté el sentido de mi voto, pero en el momento de la votación no quedó registrado”, exclamó Comelli, integrante del Movimiento Popular Neuquino, aliado habitual del oficialismo. Comelli, junto con otros diputados, había planteado dudas sobre su posición y había sido blanco de la campaña de presión encabezada por ONG vinculadas con la Justicia. Los opositores seguían gritando, no ya de alegría, sino para impedir que se modifique el resultado visualizado en el tablero electrónico. Forconi también expresó su voto a favor.
Para tranquilizar a la oposición, Domínguez propuso realizar nuevamente la votación de ese artículo, pero los radicales y otros bloques opositores ya estaban de pie, a punto de retirarse del recinto, lo que terminó sucediendo minutos después. Los restantes artículos fueron aprobados por 130 votos a favor, contra 9. Casi una hora tardó la aprobación de todos los artículos. “No hay ninguna polémica. Acá la oposición quiso utilizar de una forma canallesca la discusión del artículo segundo”, señaló el kirchnerista Edgardo Depetri. “Fue absolutamente digna y legal, es incuestionable, no hubo fraude. Se votó con todo el mundo sentado en sus bancas”, coincidió el peronista Jorge Yoma, acérrimo opositor al proyecto oficialista.

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