PRESENCIA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN LAS ZONAS AFECTADAS POR LA INUNDACION
“Yo sé que las líneas de Defensa Civil están colapsadas, pero me da bronca que no se hayan acercado”, agrega después de un tirón. “Ahora estamos juntando nosotros lo que se necesita: ropa, colchones... agua es lo fundamental, y leche.”
Di Marzio viene de recorrer las afueras de la ciudad. “Ayer cuando vimos que la tormenta empezaba a ser fuerte, empezamos por las redes sociales a autoconvocarnos y pedir ropa seca, pañales, frazadas. Nosotros tenemos más de 40 locales en el Gran La Plata, que es donde más se sintió el problema en términos del desastre de los que lo perdieron todo. Llevamos todo lo que juntamos al local central y desde la madrugada estuvimos repartiendo.” Por la tarde, y viendo que la electricidad seguía cortada, en La Cámpora y el Evita decidieron repartirse por los barrios para tener presencia en cada lugar durante toda la noche. Di Marzio salía para Los Hornos. “Estamos trabajando en coordinación con el municipio, la provincia y la Nación. El objetivo es sobre todo plantear a los vecinos que se organicen solidariamente, porque al no haber luz aparecen situaciones difíciles. La única garantía es que la gente esté organizada y tranquila, en la medida en que se puede estar tranquilo frente a esto.”
Daniela Ramos es otra de las militantes que ayer estuvieron de recorrida llevando a los inundados lo que necesitaran. “Sobre todo agua en bidones”, coincide. “Los lugares que están peor son Tolosa, Ringuelet y Altos de San Lorenzo. Vi a la gente muy movilizada, haciendo colectas y tratando de ayudarse con los vecinos, y una preocupante ausencia de la muncipalidad. Ni la Gendarmería ni el Ejército están llegando.” Integrante del Frente Darío Santillán Corriente Nacional, Ramos agregó que las organizaciones de izquierda de La Plata están coordinando su trabajo a través de la multisectorial local.
Otro sector movilizado fue el de los docentes, porque muchos de los centros de evacuación fueron instalados en colegios. En la escuela 87, de Tolosa, ubicada a pocas cuadras de una de las zonas más castigadas de la periferia platense, los maestros recibieron a los evacuados con bebidas calientes y ropa seca. La directora, Marcela Lascano, contó que cuando llegaron la escuela estaba inundada. La limpiaron entre los docentes y desde el mediodía comenzaron a recibir gente.
“Nunca vimos algo igual. Yo viví toda mi vida en La Plata y esta es la primera vez que vemos un caudal que arrasa todo. No estamos hablando de falta de obras, no hay obra que soporte este caudal. Lo que vimos ayer fue inédito”, relató allí Germán, vecino de Tolosa.
Durante todo el día a la puerta del lugar llegaron personas desesperadas a preguntar por familiares perdidos. En los centros se están tomando los datos de los que están refugiados así como de los buscados por sus parientes porque la policía y la municipalidad necesitan saber quiénes son los evacuados y quiénes están desaparecidos.
Militancia solidaria en los barrios
Las zonas más afectadas fueron Tolosa, Ringuelet y Altos de San Lorenzo. Militantes del Evita, La Cámpora, del Frente Darío Santillán y docentes se organizaron para colaborar con los vecinos afectados por el desastre.
Después de la inundación, el problema acuciante en La Plata y el Gran La Plata es la falta de agua potable. La lluvia dejó fuera de servicio a la red eléctrica, que colapsó o que en otras zonas fue cortada por el peligro de electrocución. Sin energía, el agua potable no llega a los tanques ni puede ser sacada de los pozos. La falta de agua es un problema especialmente crítico en los barrios más pobres. “Estamos yendo a todos los lugares donde tenemos trabajo territorial para plantearle a los vecinos que se organicen solidariamente. La gente trata de mantenerse tranquila en la medida de lo posible, pero hubo algunos intentos desesperados para hacerse de agua”, contó en el barrio El Futuro, de Melchor Romero, Gustavo Di Marzio, responsable del Movimiento Evita de La Plata. El Evita y La Cámpora decidieron distribuir a su militancia en los asentamientos donde tienen trabajo territorial para pasar la noche acompañando a los vecinos, como una forma de contener la situación.
En el barrio la mayoría de la gente está sin dormir. “En casa nos entró el agua a la cocina y las habitaciones. Apenas paró un poco salimos para ayudar a los que estaban peor, porque Defensa Civil no apareció”, apunta Claudia Rodríguez, 33 años, integrante de una cooperativa de trabajo del movimiento. “A la una de la mañana el agua llegaba hasta la mitad de las casillas. Los que podían levantaban a los techos la cama, las sillas, subían a los nenes. Pudimos sacar de la casa a una compañera que había quedado encerrada sola con tres hermanos chiquitos, porque el papá y la mamá estaban en Altos de San Lorenzo y la tormenta no los dejó volver. Nos vinimos al centro popular nuestro, donde funciona una escuela de adultos. Cuando llegamos ya estaba mi cuñada y sus cuatro nenes, pero la mayoría de la gente se quedó en la casa a pesar del agua, levantando como podían sus cosas. No se quieren ir por miedo a perder lo que tienen.”“Yo sé que las líneas de Defensa Civil están colapsadas, pero me da bronca que no se hayan acercado”, agrega después de un tirón. “Ahora estamos juntando nosotros lo que se necesita: ropa, colchones... agua es lo fundamental, y leche.”
Di Marzio viene de recorrer las afueras de la ciudad. “Ayer cuando vimos que la tormenta empezaba a ser fuerte, empezamos por las redes sociales a autoconvocarnos y pedir ropa seca, pañales, frazadas. Nosotros tenemos más de 40 locales en el Gran La Plata, que es donde más se sintió el problema en términos del desastre de los que lo perdieron todo. Llevamos todo lo que juntamos al local central y desde la madrugada estuvimos repartiendo.” Por la tarde, y viendo que la electricidad seguía cortada, en La Cámpora y el Evita decidieron repartirse por los barrios para tener presencia en cada lugar durante toda la noche. Di Marzio salía para Los Hornos. “Estamos trabajando en coordinación con el municipio, la provincia y la Nación. El objetivo es sobre todo plantear a los vecinos que se organicen solidariamente, porque al no haber luz aparecen situaciones difíciles. La única garantía es que la gente esté organizada y tranquila, en la medida en que se puede estar tranquilo frente a esto.”
Daniela Ramos es otra de las militantes que ayer estuvieron de recorrida llevando a los inundados lo que necesitaran. “Sobre todo agua en bidones”, coincide. “Los lugares que están peor son Tolosa, Ringuelet y Altos de San Lorenzo. Vi a la gente muy movilizada, haciendo colectas y tratando de ayudarse con los vecinos, y una preocupante ausencia de la muncipalidad. Ni la Gendarmería ni el Ejército están llegando.” Integrante del Frente Darío Santillán Corriente Nacional, Ramos agregó que las organizaciones de izquierda de La Plata están coordinando su trabajo a través de la multisectorial local.
Otro sector movilizado fue el de los docentes, porque muchos de los centros de evacuación fueron instalados en colegios. En la escuela 87, de Tolosa, ubicada a pocas cuadras de una de las zonas más castigadas de la periferia platense, los maestros recibieron a los evacuados con bebidas calientes y ropa seca. La directora, Marcela Lascano, contó que cuando llegaron la escuela estaba inundada. La limpiaron entre los docentes y desde el mediodía comenzaron a recibir gente.
“Nunca vimos algo igual. Yo viví toda mi vida en La Plata y esta es la primera vez que vemos un caudal que arrasa todo. No estamos hablando de falta de obras, no hay obra que soporte este caudal. Lo que vimos ayer fue inédito”, relató allí Germán, vecino de Tolosa.
Durante todo el día a la puerta del lugar llegaron personas desesperadas a preguntar por familiares perdidos. En los centros se están tomando los datos de los que están refugiados así como de los buscados por sus parientes porque la policía y la municipalidad necesitan saber quiénes son los evacuados y quiénes están desaparecidos.
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