nueva trampa electoral
Planean utilizar boletas de la interna para confundir
Las primarias del 14 de agosto inspiraron a los barones del Conurbano bonaerense para planificar nuevas estrategias con el objetivo de quitarles votos a los competidores en la elección en la que se juegan las intendencias y las mayorías en los Concejos Deliberantes.
El día de las internas, miles de boletas desaparecieron, pero esta vez no las quemaron. El objetivo en todos los distritos es el mismo: guardar las papeletas para acomodarlas en el cuarto oscuro el 23 de octubre, día de la elección general, y así lograr que cuando se cuenten los votos, se anulen los sobres en donde aparecen estas boletas no autorizadas por la Justicia Electoral.
Sucede que las diferencias entre las boletas de la interna y las de la ganeral son mínimas. Una de las pocas diferencias –casi imperceptible para el votante– es que arriba del nombre de los postulantes dice “precandidato”, en vez de “candidato” como dirá en las nóminas oficializadas para competir el 23 de octubre.
Desde distintos sectores de la oposición ya están alertas, debido a que advirtieron que este mecanismo se estaría planificando en varios distritos de la zona oeste del Conurbano, como Merlo, Malvinas Argentinas y San Miguel, pero también son señaladas las localidades de Quilmes, Lanús y Florencio Varela.
Sin embargo, tanto Udeso, la alianza integrada por Ricardo Alfonsín y Francisco de Narváez, como el Frente Popular de Eduardo Duhalde planifican realizar una presentación judicial para evitar el fraude. Por ello, le pedirán al juez federal con competencia electoral en la provincia de Buenos Aires Manuel Humberto Blanco “considerar la voluntad de voto”.
Esta presentación tiene como finalidad que, en caso de que estas boletas aparezcan al momento de abrir los sobres en el conteo de votos, se den por válidas, ya que el votante tendría la voluntad de sufragar por el candidato de esta nómina, pese a no estar oficializada.
Este pedido ya lo había realizado Unión Pro en las elecciones de 2009. Fue cuando antes de los comicios se distribuyeron diferentes boletas falsas de la lista encabezada por Francisco de Narváez como candidato a diputado nacional. En ese entonces, en las boletas también había diferencias mínimas, como la variación de los lugares de los diputados en los puestos 11 y 20, o se imprimió la sigla “Po”, en vez de “Pro”.
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