Presentan a "Bicentenaria", un dinosaurio de unos 100 millones de años
Tenía patas gráciles y vivía en la provincia de Río Negro; se reconstruyeron 130 huesos que fueron presentados en el Museo Argentino de Ciencias Naturales
Se trata de la reconstrucción con 130 huesos fósiles originales -que llamaron "Bicentenaria" en homenaje a los bicentenarios del primer gobierno patrio y de la creación del Museo de Parque Centenario- de dos ejemplares que, a través de estrictos estudios anatómicos, fueron recreados por paleo-artistas.
"Es un descubrimiento interesante que viene a completar parte de la evolución de los dinosaurios que darían origen al tiranosaurio, al velociraptor y a las aves mismas", dijo Novas, tras una presentación de los esqueletos realizada durante unas jornadas paleontológicas, donde enfatizó la importancia de otro hallazgo que revela la riqueza de nuestro país para poder reconstruir la prehistoria.
"Este fósil fue descubierto en 1997 por Raúl Spedale en una de sus visitas al Lago Ezequiel Ramos Mejía, en las costas rionegrina. Este ejemplar que vivió unos cien millones de años atrás, en el Cretácico, era un depredador de patas gráciles que corría velozmente y capturaba a sus presas con el uso de sus dientes curvados con bordes aserrados, y sus garras", contó Novas, quien tuvo conocimiento del hallazgo diez años después.
Según el especialista, la estructura del tobillo es característica de los huesos que formaban la articulación de la pata con el pie, que justamente los hace semejantes a los tiranosaurios, los velociraptores y las aves.
"Como podemos saber cuáles son sus relaciones de parentesco con otros dinosaurios del mundo, dado que hay formas descubiertas en China con esqueletos preservados con piel y tegumento que dan cuenta de la existencia de plumas, sabemos que muy probablemente era emplumado", precisó.
Los alrededores del Lago están tapizados de huellas de diferentes animales prehistóricos: "Las huellas que se descubrieron revelan que hay dinosaurios chicos, que apoyan los dedos dos, tres y cuatro, pero no sabemos si esas huellas fueron producidas por el `Bicentenaria`, aunque sería coherente y está siendo estudiado", aclaró Novas.
"Es lo mismo que si hoy vamos a la llanura pampeana y vemos caballos, vacas, el chajá, un carpincho, caminando por la Laguna de Chascomús, dejando sus huellas", comparó.
Una práctica voluntaria
Acerca de la actividad de voluntarios como Spedale, que en una bajante extraordinaria del Lago vio la afloración de huesos, los extrajo con un cuchillo de pesca, y los preservó, Novas celebró que "es obvio que a mucha gente le encanta colectar fósiles".
"Esto tiene una faceta complicada, porque quizá lo ideal es que avisen a cualquier equipo científico para no perder la información, y otra positiva, que evidencia que hay gente entusiasmada y, en el caso de Spedale, logró detectar los fósiles", opinó. "Veamos medio vaso lleno, que es que Raúl colectó los materiales, que los tenemos, pudimos estudiarlos y presentarlos a la ciencia", balanceó.
Respecto a si están a la espera de una nueva bajante extrema del nivel del Lago, Novas comentó que "son ciclos históricos que duran años, pero es la noticia que menos va a entusiasmar a los neuquinos y a los rionegrinos, porque es gente que vive en la zona y cuando se producen estas bajantes provoca serios trastornos al ganado".
"Cuando estuvimos en 2007, hubo otra bajante excepcional que no solamente puso en riesgo el buen funcionamiento de las turbinas de generación eléctrica de El Chocón, sino que nos encontramos con cadáveres de vacas que pertenecían a la gente del lugar y representan su fortuna", lamentó.
"Los paleontólogos nos ponemos felicísimos cuando podemos descubrir una nueva criatura y, además de clasificarla, poder devolverle a la sociedad lo que nosotros hemos hecho en estos años en el colegio y la universidad, y mantener a la Argentina en un pedestal en lo que respecta a la ciencia paleontológica", dijo.
Exultantes, presentaban las piezas al público el director del Museo, Pablo Tubaro; el presidente del CONICET, Roberto Salvarezza; el rionegrino Raúl Ortiz; y los paleo-artistas Jorge Blanco y Marcelo Isassi, del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), quienes copiaron huesos en poliuretano expandible y montaron los restos fósiles en una estructura metálica dándole vida a una escena que disfrutarán los miles de chicos que visitan el museo..
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