temor a la inseguridad
Una de cada doce familias tiene un arma en su domicilio
Aunque las estadísticas marcan que hay más muertes por mal uso de ellas que por asaltos y robos, quienes las poseen sostienen que se sienten mejor con su posesión.
Armados. Juan Manuel tiene 38 años y es militar retirado; Adolfo, jubilado de Lomas de Zamora, la usa como complemento de la alarma, y su esposa también tira.
“La gente les tiene miedo a las armas pero esta pistola no se va a disparar sola. No hay que tenerle miedo al arma, hay que tenerle miedo al inexperto detrás del arma, al que se pone a jugar.” Quien habla es Marcelo (55), profesor e instructor de tiro. En su casa de Tigre, Marcelo muestra una pistola Beretta calibre 40 que adquirió para sentirse seguro: “La elegí por una cuestión de tamaño, practicidad, seguridad. Es un arma relativamente liviana, la puedo empuñar bien y si la tengo encima nadie se da cuenta”, explicó.La “falta de códigos” de los delincuentes justifica para él que las personas adquieran armas para defenderse: “¿Cuál es el derecho de la persona que te viene a robar de estar armada y vos no?”, argumentó. Para él, “el arma tiene que ser una extensión de tu brazo, y vos estar capacitado mentalmente para decidir en una milésima de segundo si sacar un arma o no”. Por eso asegura que todos los usuarios deben practicar. El asiste al polígono cada quince días, siempre con algún amigo.
Según el Renar, en el país hay más de un millón de armas registradas y más de 700 mil usuarios. Entre ellos, además de miembros de fuerzas armadas y de seguridad, se encuentran personas comunes. Para acceder a la tenencia, el solicitante debe someterse a pruebas que demuestren idoneidad de tiro, inexistencia de antecedentes penales, aptitudes físicas y psíquicas.
El caso de Baby Etchecopar volvió a abrir el debate sobre tenencia de armas. Mientras algunos promueven el desarme, los “legítimos usuarios” defienden su derecho a tenerlas. Y no dudan de que en caso de que sus vidas o las de sus familiares corrieran peligro accionarían el gatillo.
Adolfo (78), un jubilado que vive junto a su mujer en Lomas de Zamora, coincide en la importancia de practicar. Ambos saben tirar y para ellos el arma representa seguridad. Es un anexo a otras medidas que tomaron, como instalar alarmas o prestar atención antes de entrar a la casa. “Llegado el caso de tener que defender mi vida o la de mi familia, la usaría, porque mi vida es lo que más vale”, sostuvo Adolfo, pero reflexionó que “tener que dispararle a alguien es lo más extremo”. Tiene un revolver calibre 38 que le regaló su padre y que guarda en una caja de madera. Es un arma de más de ochenta años. Pero más allá de su rasgo de coleccionista, cree en la seguridad que le dan las armas: “También tengo una calibre 22. Con esa podés dirigir los tiros a una pierna o un brazo, y si el que te viene a robar está armado, queda inhibido de jorobarte”, manifestó.
Peligros. Entre los argumentos que utilizan quienes defienden el desarme se plantea que existen casos de menores que encuentran armas y se disparan o que hay gente que en medio de una reacción por emoción violenta tira y mata. Son hechos sin relación con la delincuencia. Quienes tienen armas en sus casas no coinciden en el desarme, pero aceptan que tenerla puede llegar a jugar en contra si el ladrón que entra a robar la ve. En ese caso, afirman, no hay que pensarlo dos veces. “Hay una premisa que decimos los que tenemos armas que es: si vos vas a sacar un arma es para usarla, y antes de usarla tenés que estar bien seguro, no te pueden primerear”, sostuvo Juan Manuel (38), un militar retirado que también tiene un arma en su casa.
Desde Alutara, una asociación que reúne a “legítimos usuarios”, aseguran que “el problema con las armas son las no registradas, las que tienen los delincuentes”. Américo García, presidente de la entidad, dijo que su preocupación son quienes adquieren armas por defensa y no practican. “Son personas inseguras que no se hubieran comprado un arma si no hubiera un contexto de inseguridad”, explicó.
Juan Manuel vive con su familia en Hurlingham. Sus hijos saben que tiene un arma y que no la tienen que tocar. Para él es mejor que tengan claro de qué se trata. Cuando dejó el Ejército se quedó con su pistola 9 mm, la misma que usa la policía. Y si bien vivió hechos de inseguridad, no la usó. “El arma es un activo de la casa. No la voy a tener a mano para matar a alguien, pero si estoy entrando el auto a las tres de la mañana y se me llega a meter una persona en mi casa la voy a usar”.
Colaboraron: Nadia Galán / Cecilia Di Lodovico
“La finalidad siempre es eliminar vidas”
Los expertos en seguridad consultados por PERFIL coinciden en que el desarme civil es necesario para evitar consecuencias mayores de las que se intenta combatir al poseerlas. “Sin importar quién las utilice ni con qué fin, diariamente en el país las armas de fuego cumplen con la única finalidad de su fabricación: eliminar vidas. Sean de fuerzas de seguridad, de personas que intenten delinquir, de quien las use para intimidar o acuda a ellas para tranquilidad, todas las armas de fuego presentes en situaciones conflictivas aceleran el tránsito hacia desenlaces fatales”, advierte Darío Kosovsky, cofundador de la Red Argentina para el Desarme. Y agrega que “frente a este complejo escenario, es necesario el desarme civil y el plan de participación comunitaria promovidos por el Estado, que se sincronizan en el desafío de los discursos del miedo y en construir una política de seguridad eficiente”, aseguró.
En el último estudio realizado sobre el tema por Diego Fleitas, director de la Asociación para Políticas Públicas, se revela que más del 50% de los poseedores de armas la tienen por razones de protección personal. Sin embargo, los usuarios no siempre son conscientes o están dispuestos a reconocer los riesgos. “Hay estudios que señalan que las armas en los hogares pueden hacer que los criminales piensen dos veces antes de robar, pero por otro lado, de ocurrir el atraco, las armas hacen que los criminales se comporten en forma más violenta”, puntualizó
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