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Tras un desalojo, los Mainero usurpan otra casa en Madrid
Llegaron tras la crisis argentina de 2001. Sufren en España. El padre fue detenido y liberado. Esta es la segunda propiedad que ocuparon.
“Apenas ingresamos a la casa se acercó un vecino y nos dijo que avisaría a la policía. En menos de diez minutos nos rodearon quince guardias civiles, dos policías locales y cinco patrulleros”, relató a PERFIL Andrea Garrone, la mamá de la familia de ocupas argentinos. Desde hace un año, este diario sigue el caso de esta familia que emigró hacia España expulsada de la Argentina en 2001, y que hoy es golpeada por la crisis ibérica.
A punto de ser desalojados de la casa que ocuparon en agosto de 2011 en la localidad de Collado Villalba, Andrea y Raúl salieron a buscar otro inmueble. Encontraron una vivienda en Torrelodones, en Madrid. En el momento en que estaban entrando en la vivienda, llegaron dos guardias civiles. “Uno me gritó que abriera el portón y saliera a la calle, le dije que no. Saltó la verja y me corrió por el lateral de la casa, mientras yo gritaba a mis hijos más pequeños ‘métanse adentro’. En medio de la corrida me caí y me lastimé el brazo. Cuando pude entrar intenté cerrar la ventana, el oficial la pateó con fuerza y entró. Los niños aún están aterrados”, relató Garrone. Según Agustín, de 14 años, la guardia civil amenazó a su madre: “Le gritaba que si no salía por las buenas la iba a sacar de los pelos”, contó el niño.
“Otro de los agentes me dio un golpe en el brazo porque creyó que los estaba grabando con el celular”, agregó Nahuel, otro de los hijos de la familia. “Mi padre le dijo ‘no lo golpees que es menor’. Allí lo agarron, le dieron en la nuca con la mano y le dijeron tú te vienes con nosotros”, describió el menor. En medio de toda la tensión se escuchaban los llantos de Belén, de tan sólo 8 años: “Mamá, mamá, vámonos de aquí, vamos a dormir en la calle. No quiero que te hagan daño”.
El consulado argentino en Madrid, a cargo de Julián Tettamanti, que ya venía realizando un seguimiento del caso, intervino junto a su cónsul adjunto, Ezequiel Andrés, en la sede de la guardia civil en Torrelodones. PERFIL consultó a los diplomáticos argentinos en Madrid acerca de las posibilidades de retorno asistido de la familia Mainero, pero al cierre de esta nota no obtuvo respuesta, aunque Garrone confirmó que una persona del consulado le dijo que “para el consulado su familia es una prioridad”.
El caso de la familia Mainero representa la punta de un iceberg que pone en evidencia la delicada situación que sufre gran parte de los argentinos en la crisis de España.
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