ESTRATEGIAS
Boleta única y collar de melones
La suerte de la oposición en la elección de octubre está sellada, según la mayoría de sus integrantes. La estrategia alternativa de una parte sustantiva de la oposición y los medios que la editorializan consiste ahora en evitar el impacto parlamentario que implicaría si la mayoría electoral que acompañó al oficialismo en las primarias se reiterara o, aún peor, se ampliara en las próximas elecciones presidenciales.
Toda la discusión sobre la boleta única –más allá de los beneficios o perjuicios de la misma, que son muchos en ambos sentidos– busca favorecer la incorporación de legisladores opositores, desvinculando su elección de las opacas fórmulas presidenciales.
Se intenta evitar con esta módica maniobra el corte mecánico necesario en el actual sistema de sábana, para facilitar, eludir, driblear o gambetear el “arrastre hacia abajo” que promueven las fórmulas presidenciales opositoras, en particular, las encabezadas por Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Elisa Carrió, tres especies en extinción, a juicio de sus propios compañeros de ruta.
En el sistema de boleta única se selecciona la opción elegida sin necesidad de corte mecánico alguno, desapareciendo el vínculo material entre las diversas categorías de voto que propone la lista sábana.
Así como a Martín Sabbatella, por citar un caso de arrastre positivo, la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou le aportó votos en las primarias, las de Eduardo Duhalde-Mario Das Neves, Ricardo Alfonsín-González Fraga y Elisa Carrió-Adrián Pérez, se supone que quitaron electores potenciales –y probablemente lo harán aún más en octubre– a sus fórmulas distritales y las candidaturas inferiores enganchadas en sábana con ellas.
En muchos distritos, la situación es desesperante. El caso de la UCR mendocina es, tal vez, el paradigma de la imaginería electoralera puesta al servicio de evitar el arrastre negativo. La UCR menduca parece ahora entonar recargado el viejo hit de mediado de los años ochenta “ y siga, siga, siga el baile al compás del tamboril, nos hundimos sin remedio, de la mano de Alfonsín”.
Desde que Cristina arrasara en las primarias, el Gobernador y en particular los Intendentes radicales han intentado desdoblar las elecciones separándola de las nacionales. Fallaron.
Arremetieron luego con “troquelar” la boleta hasta casi entregarla virtualmente separada del cuerpo presidencial al grito de “¡que se troquele, pero que no se rompa!”, no lo lograron.
Hasta hoy, en que el mismísimo Gobernador Roberto Iglesias propone explícitamente el corte de boleta y hasta han compuesto, para convencer a la ciudadanía de las bondades de la poda, el muy pegadizo jingle que se escucha acá: http://www.md.zol.com/mdz/nota/322469-corta-boleta-escucha-el-nuevo-jingle-de-la-ucr-para-ganar-en-octubre/.
El grito más desgarrador por incluir la boleta única en el sistema electoral nacional es el que propala con sagrada furia Francisco de Narváez, candidato a Gobernador de Buenos Aires por la Udeso.
Sabe el multifacético candidato escarlata que su cabeza de lista sábana lo lleva a disminuir aún más su performance electoral ya magra de las primarias, en la certeza de que la fórmula Ricardo Alfonsín-González Fraga no repita en octubre el hoy, al parecer muy lejano, 12% de agosto.
Teme el inefable Colo el tremendo efecto –muy estudiado en su Fundación de Estudios Políticos y Sociales– “collar de melones o adoquines”, que atribuye sin dudar a la fórmula Ricardo Alfonsín-González Fraga y para evitarlo, propone nada más ni nada menos que una bonita reforma urbi et orbi del sistema electoral nacional en tiempos de fórmula uno, demostrando a todos los que lo quieran ver que lo de De Narváez es gran autoestima y mucha osadía.
Quien quiera oír que oiga, parece advertirnos el gran Francisco, pensando seguramente en su admirada Evita.
Finalmente, y más allá de chascarrillos y personajes, tras el resultado contundente de las elecciones primarias a favor de Cristina, se trata ahora de impulsar una reforma electoral a medida de la debilidad opositora, como estrategia defensiva de cara a las elecciones presidenciales de octubre, estrategia que, obviamente, como las anteriores desde el Grupo A en adelante, no prosperará.
*Director Consultora Equis.
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