CHISPAZOS ENTRE RADICALES Y
SOCIALISTAS.
Por: Darío H. Schueri –
Desde Santa Fe
Hacía tiempo, - desde las
últimas elecciones primarias diríamos – que entre radicales y socialistas no
había tantos destellos y conatos agresivos como los de estos últimos días.
Pareciera que aquella compulsa interna en el FPCyS dejó heridas que aún no
restañaron; y que los halagos comparativos hacia Bonfatti con respecto de la
personalidad de Binner mutaron en amargos
reproches.
La bronca se venía rumiando
desde hace tiempo en los claustros radicales del Grupo Escarapela y daría la
impresión que ahora llegó hasta el M.A.R. (Movimiento Afirmación Radical) cuyos
legisladores – incluido el propio Mascheroni, inspirador del sector – decidieron
aunar criterios con sus correligionarios de Escarapela para dejar plantado al
Gobernador Bonfatti que los esperaba para desandar un espinoso camino de
encontronazos mediáticos en torno de la reforma tributaria.
Los ocho diputados y siete
senadores radicales reemplazaron el faltazo con el Gobernador por un genérico,
conciliador pero condicionante comunicado relacionado con la reforma tributaria,
esperanzados en que “el diálogo y el intercambio de pareceres dentro de la
coalición frentista, enriquecerá la propuesta legislativa y fortalecerá nuestra
acción de gobierno”. Quieren cobrarle Ingresos Brutos a la industria (a partir
de una cierta facturación), no tocar los avalúos fiscales y no cederle la
potestad al Poder Ejecutivo de aumentar por decreto las valuaciones hasta el
2018.
Momentos después de emitido
el consensuado documento radical, en declaraciones periodísticas el senador
Felipe Michlig se encargó de ponerle nombre y apellido a la bronca contenida:
“hemos sido muy duramente maltratados”, sinceró el pasional senador por San
Cristóbal, quien sorprendió al defenderse del maltrato que le dispensaron (a él
y al senador por San Justo Rodrigo Borla) “medios de comunicación afines al
gobierno”. “No puede ser que los legisladores radicales seamos tratados por los
medios de comunicación afines al gobierno como enemigos, se nos coloca en una
posición que no tenemos. Sólo pretendemos debatir y modificar una parte de
la Reforma
Impositiva , no hicimos nunca un cuestionamiento a todo el
mensaje”, dijo Michlig.
De paso, Michlig no se
privó de atender al Vicegobenador Jorge Henn de quien dijo que “se tiene que
dedicar exclusivamente a sus tareas institucionales, no sé con qué
representatividad se arroga el hablar por la UCR ; no tiene ningún legislador que le responda,
no hay ningún diputado provincial ni ningún senador provincial del radicalismo
que opine como el vicegobernador”. Henn había encabezado la semana pasada una
reunión en San Carlos Sud con intendentes y presidentes comunales radicales que
apoyan la reforma tributaria.
En la tarde del lunes,
luego del plantón a Bonfatti de los senadores y diputados radicales, el titular
del Comité Nacional de la
UCR
Mario Barletta (que había participado de los conciabulos
de sus correligionarios legisladores durante la mañana del lunes) visitó al
Gobernador en su despacho para después en diálogo con la prensa poner paños
fríos a la situación, aludiendo permanentemente a las calamidades financieras
que el gobierno nacional derrama sobre la Provincia de Santa Fe retaceando fondos de
coparticipación y negando el pago de cuantiosas deudas que, al decir del ex
Gobernador Hermes Binner llegan a la friolera de 8 mil millones de
pesos.
Barletta no se privó en
todo momento de fustigar al gobierno kirchnerista.
En resumidas cuentas, el
radicalismo siente (como hace mas de un lustro atrás) que en la sociedad
construida con el socialismo ellos aportan el mismo capital pero reciben mucho
menos dividendos. Cuando Michlig sincera el “maltrato” recibido por parte del
socialismo, se refiere a que unilateralmente el Poder Ejecutivo envió al
Parlamento la reforma tributaria sin terminar de cocinarla con el radicalismo; y
de alguna manera encierra también larvados celos por negociaciones entre el
socialismo necesitado de votos con el peronismo que, opinan los radicales, no se
blanquean con ellos.
Seguramente, como señaló el
presidente (de los radicales) Mario Barletta “el ejercicio del diálogo en un
sistema republicano entre ejecutivo y legislativo enriquecerá el debate”. Y la
sangre no llegará al Río; sino la ganancia será de los pescadores
peronistas.
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