Rebelión de los legisladores radicales santafesinos contra la reforma tributaria
Cuando la Casa Gris todavía cuenta de a uno los votos de la mayoría justicialista en la Legislatura santafesina, la discusión de la reforma tributaria terminó implosionando puertas adentro del Frente Progresista. Luego de que los senadores provinciales de la UCR pegaran un sonoro faltazo a una cita pautada para el mediodía, el gobernador Antonio Bonfatti intentó ponerle paños fríos a la rebelión radical recibiendo al titular nacional partidario, Mario Barletta, quien desembarcó en la sede del gobierno con un pliego de condiciones resumido en un comunicado firmado por todos los legisladores provinciales de la centenaria agrupación.
Agenciafe/La Capital |
casa de gobierno de santa fe
En dicha minuta, que el ex intendente santafesino analizó con el gobernador en su despacho, se proponen tres modificaciones sustanciales al mensaje de reforma impositiva que impulsa el oficialismo en el Palacio de las Leyes y se solicita una convocatoria a una reunión partidaria con intendentes y presidentes comunales de la UCR "a los fines de evaluar la reforma impositiva propuesta, en particular de los recursos destinados a los gobiernos locales".
Delegación de facultades. Aunque en la declaración dejaron expresamente "ratificada" la "plena predisposición a discutir una reforma tributaria, los diputados y senadores de la UCR exigen recortar la delegación de facultades al Ejecutivo en materia impositiva contemplado en el mensaje impulsado por la Casa Gris, proponen gravar con el impuesto a los ingresos brutos a grandes empresas y sostienen que la actualización del impuesto inmobiliario "no debe afectar la valuación fiscal de los inmuebles".
"Le hemos dicho al gobernador que el radicalismo tiene una posición unánime respecto a que no se sigan transfiriendo recursos a la Nación, cuando ésta rechaza el planteo de Santa Fe para que se termine con la detracción indebida del 15 por ciento de coparticipación para la Ansés", blanqueó Barletta un tramo sustancial de la charla de una hora y media que sostuvo a media tarde de ayer con Bonfatti.
Barletta, que no firmó el documento de los legisladores pero transmitió personalmente la posición de su partido al mandatario, intentó bajarle los decibeles al trascendente encuentro al sostener que "estaba pautada desde hace una semana y también charlamos de otras cuestiones como la oposición del radicalismo a la designación del procurador Reposo".
Previamente, cuando el gobierno ya había confirmado el plantazo de los legisladores radicales que iban a concurrir a la Casa Gris para reunirse con el mandatario, llegaron hasta el edificio de la calle 3 de Febrero los diputados socialistas Eduardo Di Pollina y Raúl Lamberto y el senador por Rosario, Miguel Lifschitz. Sonrientes para las cámaras se retiraron del encuentro reservado con Bonfatti transmitiendo una calma que no se condecía con el hervidero de versiones que pululaban en el soleado y gélido mediodía capitalino: "No hay que dramatizar, el diálogo está vigente y tratamos de mantener los cauces del funcionamiento del Frente Progresista", dijeron los parlamentarios del partido de la rosa.
Lo cierto es que no hubo voceros oficiales al término de la cumbre entre Bonfatti y Barletta, pero mientras el jefe del Ejecutivo y el ex intendente de Santa Fe se encontraban reunidos se recortó en los pasillos de la Gobernación la silueta del ministro de Angel Sciara y hacía él apuntaron todos los micrófonos y grabadores de la guardia periodística: "Tratar de que no se modifiquen las valuaciones fiscales es intentar legalizar la elusión tributaria, algo a lo que no estamos dispuestos, y cada mes que pasa sin la reforma significa menos recaudación" para la provincia, contestó a la plana radical y encendió las luces de alerta el titular de la cartera de Hacienda poniendo el pensamiento oficial en las antípodas de la posición de los socios frentistas.
Contra el revalúo. La oposición a la revaluación de los inmuebles (con un tope del 15 por ciento) contenida en el proyecto remitido a la Legislatura ya había sido explicitada ante los legisladores por los dirigentes de la mesa de enlace ruralista que dos semanas atrás concurrieron al Senado para exponer sus reparos a ese recálculo contemplado en el incremento del impuesto inmobiliario rural. Sucede que dicho revalúo impulsado por la provincia redundará indirectamente en un aumento del impuesto a los bienes personales que recauda la Nación, cuestión de la que ya había tomado nota la oposición justicialista y ahora se suma la postura de la UCR, tornando aún más complejas las negociaciones que deberá enhebrar la Casa Gris para llevar a buen puerto una reforma tributaria que considera imprescindible para "continuar garantizando el pago de sueldos y la marcha de la obra pública", como anoche señaló un preocupado ministro Sciara.
Cuando la Casa Gris todavía cuenta de a uno los votos de la mayoría justicialista en la Legislatura santafesina, la discusión de la reforma tributaria terminó implosionando puertas adentro del Frente Progresista. Luego de que los senadores provinciales de la UCR pegaran un sonoro faltazo a una cita pautada para el mediodía, el gobernador Antonio Bonfatti intentó ponerle paños fríos a la rebelión radical recibiendo al titular nacional partidario, Mario Barletta, quien desembarcó en la sede del gobierno con un pliego de condiciones resumido en un comunicado firmado por todos los legisladores provinciales de la centenaria agrupación.
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En dicha minuta, que el ex intendente santafesino analizó con el gobernador en su despacho, se proponen tres modificaciones sustanciales al mensaje de reforma impositiva que impulsa el oficialismo en el Palacio de las Leyes y se solicita una convocatoria a una reunión partidaria con intendentes y presidentes comunales de la UCR "a los fines de evaluar la reforma impositiva propuesta, en particular de los recursos destinados a los gobiernos locales".
Delegación de facultades. Aunque en la declaración dejaron expresamente "ratificada" la "plena predisposición a discutir una reforma tributaria, los diputados y senadores de la UCR exigen recortar la delegación de facultades al Ejecutivo en materia impositiva contemplado en el mensaje impulsado por la Casa Gris, proponen gravar con el impuesto a los ingresos brutos a grandes empresas y sostienen que la actualización del impuesto inmobiliario "no debe afectar la valuación fiscal de los inmuebles".
"Le hemos dicho al gobernador que el radicalismo tiene una posición unánime respecto a que no se sigan transfiriendo recursos a la Nación, cuando ésta rechaza el planteo de Santa Fe para que se termine con la detracción indebida del 15 por ciento de coparticipación para la Ansés", blanqueó Barletta un tramo sustancial de la charla de una hora y media que sostuvo a media tarde de ayer con Bonfatti.
Barletta, que no firmó el documento de los legisladores pero transmitió personalmente la posición de su partido al mandatario, intentó bajarle los decibeles al trascendente encuentro al sostener que "estaba pautada desde hace una semana y también charlamos de otras cuestiones como la oposición del radicalismo a la designación del procurador Reposo".
Previamente, cuando el gobierno ya había confirmado el plantazo de los legisladores radicales que iban a concurrir a la Casa Gris para reunirse con el mandatario, llegaron hasta el edificio de la calle 3 de Febrero los diputados socialistas Eduardo Di Pollina y Raúl Lamberto y el senador por Rosario, Miguel Lifschitz. Sonrientes para las cámaras se retiraron del encuentro reservado con Bonfatti transmitiendo una calma que no se condecía con el hervidero de versiones que pululaban en el soleado y gélido mediodía capitalino: "No hay que dramatizar, el diálogo está vigente y tratamos de mantener los cauces del funcionamiento del Frente Progresista", dijeron los parlamentarios del partido de la rosa.
Lo cierto es que no hubo voceros oficiales al término de la cumbre entre Bonfatti y Barletta, pero mientras el jefe del Ejecutivo y el ex intendente de Santa Fe se encontraban reunidos se recortó en los pasillos de la Gobernación la silueta del ministro de Angel Sciara y hacía él apuntaron todos los micrófonos y grabadores de la guardia periodística: "Tratar de que no se modifiquen las valuaciones fiscales es intentar legalizar la elusión tributaria, algo a lo que no estamos dispuestos, y cada mes que pasa sin la reforma significa menos recaudación" para la provincia, contestó a la plana radical y encendió las luces de alerta el titular de la cartera de Hacienda poniendo el pensamiento oficial en las antípodas de la posición de los socios frentistas.
Contra el revalúo. La oposición a la revaluación de los inmuebles (con un tope del 15 por ciento) contenida en el proyecto remitido a la Legislatura ya había sido explicitada ante los legisladores por los dirigentes de la mesa de enlace ruralista que dos semanas atrás concurrieron al Senado para exponer sus reparos a ese recálculo contemplado en el incremento del impuesto inmobiliario rural. Sucede que dicho revalúo impulsado por la provincia redundará indirectamente en un aumento del impuesto a los bienes personales que recauda la Nación, cuestión de la que ya había tomado nota la oposición justicialista y ahora se suma la postura de la UCR, tornando aún más complejas las negociaciones que deberá enhebrar la Casa Gris para llevar a buen puerto una reforma tributaria que considera imprescindible para "continuar garantizando el pago de sueldos y la marcha de la obra pública", como anoche señaló un preocupado ministro Sciara.
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