una historia, muchos chistes
El camionero, la Presidenta y el gran diario
Primer acto: Moyano vestido de guerrillero, mameluco camuflado, fusil al hombro, borceguíes, barba, el pelo largo, con una boina con una estrella, puño izquierdo en alto y gritando: “¡Viva la revolución socialista!”. Segundo acto: Hugo Moyano vestido de Tío Sam, golpeando la puerta de los cuarteles y de la Embajada Norteamericana, y llamado a destituir a la Presidenta para instalar en su lugar a una junta de Gobierno integrada por Darth Vadder, Lord Voldemort y Gatúbela, bajo el lema “todo el poder a los camioneros”. ¿Cómo se llama la obra? “Donde Hugo amor, cenizas quedan”.
No, perdón, es malísimo. Sí, un chiste muy malo. No debería haberlo intentado. ¿Para qué? Si hay ya suficientes humoristas, demasiados contadores de chistes (y de relatos) desopilantes como para que yo venga ahora a hacerme el gracioso. Primer chiste: la página 3 de Clarín de ayer. Se ve a Moyano, mitad de cara tomada desde abajo, los ojos del camionero mirando hacia el horizonte como si se tratara del mismísimo Che Guevara retratado por Korda e inmortalizado en pósters, remeras, banderas y marchandising de todo tipo. Ja, es buenísimo.
Desopilante. Casi tan desopilante como ver la tapa de Tiempo Argentino de ayer, con su desopilante título: “Con un escaso respaldo, Moyano lanzó un paro nacional de Camioneros”. ¿Qué significa “con un escaso respaldo”? Y, que los “gordos” no apoyan la iniciativa de Moyano. También podría decirse que la decisión de Moyano no fue refrendada en asambleas sindicales de base pero, ¿fue consensuada en asambleas sindicales de base el apoyo incondicional de Moyano al gobierno nacional hasta hace no mucho? Ja, re gracioso.
Los chistes siguen. Y no son de ahora. Hay una humorada que es de hace bastante tiempo. El 12 de diciembre de 2010, Clarín publicaba una nota titulada: “Un juez investiga la obra social de Moyano por lavado de dinero”. Una investigación interesante, sin dudas. ¿Habrá continuado la causa? ¿Y por qué Clarín habrá abandonado ese material periodístico tan rico, tan valioso para sus lectores? Ja, qué plato. Pero hay más…
Un mes y pico antes, el 31 de octubre, cuatro días después de la muerte de Néstor Kirchner, Moyano fue invitado al programa de televisión 678. El rumor en ese momento era que el día anterior de su muerte, Kirchner había tenido una fuerte discusión con el líder de la CGT. Y esa discusión habría causado un fuerte disgusto en el ex presidente. Tanto que, se decía, podría haber influido en el ataque que generó su muerte.
Por esos días había llamado mucho la atención la ausencia del camionero en el velorio de Kirchner y se rumoreaba que Moyano no había ido por un pedido de la Presidenta, que acusaba al sindicalista por la muerte de su marido. Esa noche, en 678, la única que le preguntó por el tema fue Nora Veiras, la única periodista que había en la mesa del programa. En realidad, Veiras fue la única que le preguntó algo a Moyano. Los demás se limitaron a ponerle el micrófono y a llamarlo amablemente “Hugo”.
Luego de la pregunta de la periodista, fueron a un informe titulado sutilmente: “Operaciones, mentiras y bajezas de la prensa canalla en un momento de mucho dolor”. Obviamente se desmentían todas esas versiones y se mostraba a Moyano una y otra vez afirmando que “después de Perón y Evita, Néstor y Cristina fueron los que más hicieron por los trabajadores”.
Una vez más, Veiras puso una cuota de cordura y de periodismo en la mesa, cuando le preguntó a Moyano: “Hay versiones que dicen que usted se habría reunido con dirigentes de la Unión Industrial Argentina para no seguir avanzando con la participación de los trabajadores en las ganancias. ¿Usted que opina?”. Luego de que Moyano negara categóricamente la versión, Orlando Barone salió al cruce duramente contra su compañera.
“Me parece que hacernos eco de las versiones es faltarle el respeto a la memoria de Néstor Kirchner”, aseguró Barone. “Es algo que los medios instalaron y me pareció que estaba bien preguntarle a Moyano esto”, se defendió la periodista, con una absoluta coherencia con el buen desempeño de su oficio. “¿Por qué preguntamos las versiones de los medios?”, insistió Barone. Y concluyó: “A mí no me interesan las versiones de los medios”.
La discusión la zanjó el propio Moyano cuando remató con un chiste que hoy resulta absolutamente desopilante: “Si queremos seguir mejorando las condiciones de vida de los trabajadores, apoyemos con todas nuestras fuerzas a Cristina. Es cierto, faltan cosas, pero vamos en camino de que se dignifique a toda nuestra sociedad”, lo que provocó una estruendosa ovación en el estudio de la televisión pública. Ja, ja, ja, ja, ja.
Por esos días, Rosendo Fraga y Joaquín Morales Solá firmaban editoriales donde invitaban a la Presidenta a un llamado al diálogo que, más bien, sonaba a un apriete, a imponer condiciones si quería evitar la destitución. Y entre las condiciones estaba la cabeza del Moyano. Sí, Moyano. El mismo negro que hoy parece ser la gran esperanza blanca del antikirchnerismo sediento de sangre. Ja.
Meses después, Clarín lanzaba la ofensiva mencionada antes. Y Moyano contestaba con bloqueos al diario, con sus camiones transformados en trincheras y el “Clarín miente” como bandera. Si hasta se veía a los camioneros movilizados con remeras de “TN Todo Negativo”. Hoy en cambio TN es para Moyano “Todo Negociable”, tanto que lanzó su paro y movilización del miércoles en el estudio de “A dos voces”, dándole la exclusiva a… ¡Marcelo Bonelli! Ja, qué gracioso.
Demasiados chistes para un solo día. Pero bueno, ya que estoy pasándola tan bien, ya que me estoy divirtiendo tanto, les voy a contar uno más. El último, y no jodo más. ¿En qué se diferencian Barrionuevo, Pedraza, Daer, Lescano, Cavallieri y Pedraza, de Moyano? Que los primeros se hicieron millonarios durante la década neoliberal de los 90. En cambio Moyano se hizo millonario con el gobierno nacional y popular de los 00. Ja, ja.
No, che, era joda. Nada que ver. Decir hoy que Moyano es malo es hacerle el juego al kirchnerismo. Como decir que Moyano era malo hace dos años era hacerle el juego a la derecha. En cambio, decir hoy que Gerardo Martínez era un agente del batallón 601 durante la dictadura, es hacerle el juego a la derecha. Pero decir hace un par de años que Gerardo Martínez fue un agente del batallón 601 durante la dictadura, era hacerle un favor al gobierno nacional y popular.
Uy, cierto, entre tanto chiste me olvidaba de un detalle: el reclamo de Moyano sobre la injusticia que significa que los trabajadores que ganan más de 5.000 pesos paguen impuesto a las ganancias es absolutamente justo. De verdad. Aunque todo parezca una grandísima joda.
*Periodista. Ex director de la revista Barcelona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario