martes, 31 de agosto de 2010

columnistas de la provincia

Reflexiones, por María Herminia Grande






Los por qué de Kirchner



En Argentina la tercera parte de los niños menores de dos años tiene anemia. Si bien las diferencias entre niveles sociales no están marcadas, ciertamente dos terceras partes se encuentran en la pobreza, y una tercera parte en niños no pobres, esto tiene que ver con hábitos de alimentación y en la capacidad de absorción del hierro. ¿Qué es lo preocupante de la anemia? La anemia representa no menos de 13 puntos de pérdida irreparable del coeficiente intelectual. Esta es una barrera para la educación, para el progreso del país.

Un 10% de la población argentina sufre de retraso crónico de crecimiento. Cuando un niño vive en la pobreza y un día está enfermo, y otro día no tiene un nutriente crítico como el cinc; u otro día no tiene otro nutriente como proteína de alta calidad: pierde oportunidad de crecer. ¿Cuál es el resultado final? Al terminar su crecimiento ese niño tiene 3 ó 4 cms. menos de altura, de la que debería haber tenido en circunstancias normales. Ese retraso crónico de talla le condiciona su fuerza, su competitividad escolar, tiene menos capacidad deportiva… en definitiva la pérdida de potencialidad de todo aquello que habría podido ser, de criarse en condiciones adecuadas.

Esta descripción aportada por el Dr. Esteban Carmuega, grafica el verdadero problema de la Argentina de hoy en relación con la Argentina de mañana. Si nos demoramos unos minutos y releemos este encabezamiento, nos resultará más fácil entender tantos por qué de este hoy. Así como también dimensionar lo alejado que están los dirigentes políticos de la política que Argentina necesita y merece.

El empobrecimiento y/o mediocridad con la que se visten las expresiones políticas de oficialismo y opositores, obstruye el camino que conduce al optimismo. No obstante y dado que la realidad indica el temario a transitar, es importante tratar de entender por qué el gobierno kirchnerista embiste sistemáticamente contra Clarín. Kirchner entendió que “poner de espaldas” a Clarín significaba lisa y llanamente, reelegirse. Para llegar a esta conclusión, analizó qué tenía a su alrededor. La mirada le devolvió demasiadas debilidades. Varios nombres que dada la destrucción sistemática de los partidos políticos, necesitaban del instrumento mediático. Conocedor de la importancia de los medios, Kirchner, como dice Pino Solanas, “tiene el segundo grupo mediático de la Argentina y va por más”. El espejo de aquel 28 de junio de 2009 también le advirtió sobre sus errores y debilidades. Fiel a su política de redoblar la apuesta y duplicar el negocio, alejado de todo manual de la política seria, imaginó la necesidad de llegar al 2011 con enemigos (todo aquel que no está conmigo) “abollados”. Si Clarín, La Nación, Perfil quedaban expuestos ante la opinión pública heridos de poder, porque Kirchner lograba mellar su credibilidad, ¿quién podría atreverse a disputarle poder? ¿Duhalde? ¿Alfonsín? ¿Reutemann? ¿Macri? ¿Solá? ¿Carrió? ¿Cobos?

En la estrategia fijada hacia el mismo objetivo, como en el juego de la oca, avanzó casilleros con la ley de medios, retrocedió con fibertel… El esquema debía emparentar a su enemigo con las horas negras más terribles de Argentina: muerte, tortura, apropiación de niños. Así fue como la Presidente avanzó como querellante sobre la Sra. de Noble y sus hijos adoptivos. Como los resultados no aparecen de acuerdo a lo que se quiere demostrar, se echó mano a Papel Prensa, que al decir del Canciller Timmerman “fue adquirida en la mesa de tortura”. Al presentar esta semana este tema, la Presidente aludió con naturalidad, familiaridad y hasta con un dejo de admiración, a la palabra testaferro. Por otro lado eludió remitir al origen del interés que para los golpistas del ´76, tuvo Papel Prensa: los U$S 17 millones que un oscuro banquero llamado David Graiver, puso allí. La familia Graiver pasó por lo terrible de la mesa de tortura no por su compromiso ideológico sino por la necesidad que aquel generalato, tenía de encontrar los millones que Born había pagado por su secuestro a Montoneros. Y así, fantasear con solventar un proyecto político que conduzca a alguno de ellos, al sillón de Rivadavia, con algún simulacro de democracia que supieran conseguir.

Seguramente con el correr de las horas, va a dilucidarse también el verdadero interés de los Kirchner en cuanto al tema de los derechos humanos. Todo indica que a ellos tampoco le interesa el compromiso ideológico, sino asegurar el negocio que les permita seguir en el 2011 debilitando la democracia y las instituciones. De esta manera el gran problema de Argentina expuesto por el Dr. Carmuega, con la crudeza que la realidad tiene, no sólo no tendrá vías de resolución sino que se irá agravando. La Argentina del tricentenario nace anémica.

tiene tiempo para hacer libros

Giustiniani presentó su nuevo libro en Santa Fe
Se trata de "Derecho a la juventud. Ley 26.579 de reducción de la mayoría de edad a los 18 años" de Editorial Prometeo.
"Derecho a la Juventud" es el cuarto libro de Rubén Giustiniani y es el fruto de un largo trabajo para conseguir la modificación del Código Civil y lograr la reducción de la mayoría de edad de los 21 a los 18 años.
La normativa, impulsada por el senador Giustiniani y aprobada con una amplia mayoría legislativa, no sólo salda una deuda pendiente del Parlamento con los jóvenes sino también da respuesta a una realidad diferente de este segmento de la población: su inserción laboral, las migraciones internas en busca de mejores horizontes, los hijos, la formación de un hogar propio y el alto porcentaje de desocupación que se registra entre los jóvenes de 18 a 20 años.
La publicación cuenta con los aportes de investigadores, profesores, legisladores y escritores como Isidoro Gilbert, Emilio García Mendez, Laura Rodríguez, Laura Musa, Vilma Ibarra, Ricardo Silberstein, Cecilia Grosman, Marisa Herrera, Carlos Hernández, Noemí Nicolau y Adriana Krasnow.
"Derecho a la Juventud" tiene como objeto brindar herramientas a los jóvenes para que avancen en su propio desarrollo individual. Y genera derechos hasta ahora retaceados: "los derechos no se proclaman, los derechos se afirman y se asumen, y a partir de ahora serán realidad".
Rubén Giustiniani es actualmente senador nacional y presidente del Partido Socialista. Sus anteriores publicaciones son: "Hacia una democracia de nuevas bases"; "Migración: un derecho humano" y "Universidad, Democracia y Reforma

opiniones

Minería y ciencia política
Por Atilio A. Boron *
El Congreso Internacional de Ciencia Política que se reunió esta semana en San Juan deparó una agradable sorpresa: el desbordante fervor de unos tres mil jóvenes que desde casi todos los rincones del país acudieron para participar de sus deliberaciones y que manifestaron su rechazo al estéril y afortunadamente ya agonizante saber convencional de las ciencias sociales y también, para disgusto del gobierno provincial, a la minería a cielo abierto y al creciente intervencionismo norteamericano en América latina y el Caribe. El evento contó con el firme apoyo del gobernador José Luis Gioja, quien según aseguran los locales está tratando de posicionarse para la candidatura vicepresidencial del FpV. La realización de este congreso, así como la Cumbre de Presidentes del Mercosur, a comienzos de este mes y, antes, el de Filosofía, en julio de 2007 –y que fuera clausurado por la presidenta Cristina Fernández– fueron exhibidos como importantes realizaciones del mandatario sanjuanino, demostrativas, según algunos, de una eficacia y de un poder de convocatoria que lo proyectarían, casi sin rivales a la vista, a la anhelada candidatura vicepresidencial.
Pero más allá de este detalle, algo que llamó la atención fue la observación de Juan Carlos Gioja, hermano del gobernador y diputado nacional, quien al efectuar un balance del Congreso de Ciencia Política sintió la necesidad de decir que “éste no es un congreso kirchnerista”, curiosa aclaración motivada tal vez por la imprudente declaración que efectuara al llegar a la provincia uno de los principales invitados, Ernesto Laclau (quien luego recibiría el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de San Juan de manos del ex presidente Néstor Kirchner), al decir que “el peronismo es el mejor símbolo de la democracia”. Y para demostrar la verdad de su afirmación, el diputado Gioja dijo textualmente que la acusación de los opositores carecía de “asidero si se considera la participación en el congreso del politólogo y sociólogo argentino Atilio Boron y de Horacio González”. (Diario Huarpe, San Juan, 27 de agosto 2010: http://www.diariohuarpe.com/nota.asp?id=36200) No sabemos si la intención de los anfitriones fue la de organizar un “congreso kirchnerista”. Lo que sí podemos decir es que si ése fue el objetivo, la presión de los jóvenes para discutir desde una perspectiva crítica y no complaciente los grandes temas nacionales e internacionales, y la predisposición de muchos participantes para abordar los temas de fondo y llamar las cosas por su nombre, pudo más: la minería a cielo abierto fue condenada como un crimen contra la naturaleza y la sociedad, y los siniestros planes del imperialismo sembrando de bases militares (más de una veintena al día de hoy) la dilatada geografía latinoamericana denunciados una y otra vez.
En relación con lo primero, algunos “amigos” de la Barrick Gold replicaban diciendo que era reaccionario dejar tan inmensas riquezas en el subsuelo, y rotulaban a quienes se oponían a su explotación de representantes de la “antiminería”. El mismo argumento utilizado para acusar de “globalifóbicos” a quienes quieren “otra globalización” (que, por ejemplo, globalice la legislación protectiva de los trabajadores que existe en Alemania, o los 18 meses de licencia por maternidad concedidos en Suecia y Noruega) y no la globalización neoliberal que promueve la precariedad laboral, la destrucción del Estado y el desempleo masivo. En relación con la minería, quienes criticaban la voladura de cerros enteros, la destrucción de la flora y fauna locales, y los tremendos costos sociales y los riesgos del emprendimiento (que serán evidentes cuando la Barrick Gold haya extraído toda la riqueza y el cianuro prosiga con su labor) no se oponían a la minería sino que sostenían la necesidad de un abordaje diferente para su explotación. Y esa alternativa existe; no es cierto que el del cianuro sea el único método para separar el oro de los demás metales. Los expertos, en San Juan y fuera de esa provincia, coinciden en que existen otras metodologías, completamente inocuas, pero que las empresas no las adoptan porque reducirían en algo sus exorbitantes ganancias. Si en materia económica la derecha siempre dice que “no hay alternativas”, lo mismo ocurre con las empresas mineras, para las cuales, fieles a la lógica del capitalismo de privilegiar la ganancia sobre cualquier otra cosa, no hay más alternativa que el cianuro, de lejos la más barata y a la vez más letal. Pero los extraordinarios beneficios de la gran minería obedecen, también, a las absurdas concesiones que, en materia tributaria, brindan el Estado nacional y el provincial. La Barrick Gold –la mayor corporación productora de oro del mundo– goza de exenciones impositivas que sonarían como música celestial para millones de argentinos: no pagan Ganancias, Ingresos Brutos y tampoco el impuesto al cheque. A cambio, abona al municipio y a la provincia el 3 por ciento del oro obtenido en boca de mina, según su propia declaración jurada y sin ninguna auditoría fiscal, mientras que el resto de los minerales extraídos –algunos de ellos indispensables para la fabricación de equipos de alta tecnología o aleaciones especiales de la industria militar o aeroespacial– no genera ninguna obligación tributaria. Es a causa de esta insostenible situación que César Gioja, senador nacional, reconoció hace poco la necesidad de “analizar todos los aspectos vinculados con la rentabilidad de la minería”, reconociendo que la irrisoria regalía minera del 3 por ciento se fijó “porque en ese momento se legisló por la inventiva de los legisladores, no teníamos antecedentes”. Gracias al avance del pensamiento crítico, estos temas pudieron discutirse largamente en San Juan. En buena hora, y ojalá que la discusión prosiga.

en el año 2015

OPINION
El año 2015
Por Horacio González *
El actual gobierno aspira, como se sabe, a otro mandato surgido de las urnas. Si lo logra, en el año 2015 se habrá cumplido un ciclo histórico extenso. A falta de mejor nombre, se lo conocerá como el ciclo “kirchnerista”, aunque los historiadores podrán ensayar denominaciones más desapegadas del idioma con que se expresa el fragor político. Pero me detengo ahora en un problema que considero importante. Lo llamaré el problema de la autorreflexión sobre el merecimiento. Aguardar favorablemente otro período constitucional del mismo signo político que los dos anteriores (muchos lo esperan, otros quedan demudados ante esa no inverosímil posibilidad: variados pronósticos ya están circulando) no puede ser un pensamiento simple. Quien lo postule debe acceder a una revisión de su propia conciencia cívica respecto de merecimientos, calidades y proyectos. Es evidente que el ciclo entero que así se cumpliría reclamará exigencias mayores en términos de reflexión histórica; no podría ser producto de un mero continuismo ni el resultado de una operación electoral afortunada.
Admitamos que una continuidad, como dije, “del mismo signo”, es un episodio de dimensiones enormes y desafiantes. No puede ser mera continuidad sino disposición a encarar temas, estilos y designaciones nuevas para el conjunto de los actos necesarios para abrir una etapa nueva. En primer lugar, debe estabilizarse nuevamente el juicio sobre el pasado. La disputa sobre Papel Prensa ilustra lo que queremos decir. Proponerlo como de “interés público” lo hace un tema semejante al de la discusión sobre los tributos fiscales sobre la renta agropecuaria, las condiciones de la explotación minera y la cuestión de los medios de comunicación. Pero tiene la propiedad de ser una tribuna de enjuiciamiento sobre el inmediato pasado, que nunca parece cicatrizar. En efecto, en los años ’70 convivían varios despliegues antagónicos de “acumulación” económica y política. Sin embargo, vuelve la discusión sobre esos años –discusión que es la misma y es otra–, porque no habrá sociedad argentina si no se realiza la cura real del pasado.
No es fácil pensar otra época en nuestro país donde existiese un banquero como Graiver, joven, aventurero, definido por un estilo de riesgo que sin duda debía fundarse en una mirada muy descarnada sobre el origen de las fortunas (aunque esto sea la esencia recóndita de todo poder financiero). Tal como en el origen real del capitalismo: “con lodo y sangre en sus poros”. Parecía ser indistinto si la acumulación capitalista provenía del corazón oscuro del régimen o de las operaciones expropiatorias revolucionarias. Estas, si eran presentadas en nombre de la creación de poderes alternativos, también podían verse como réplica rebelde del origen real de las estructuras dominantes, que en su pasado remoto solían guardar la memoria difusa de un audaz golpe de mano.
En esos años de profunda ilegalidad, el poder revolucionario tomaba no pocos elementos del orden económico reinante, así como los militares, en su sueño demencial también fundado en la ilegalidad y en el uso del Estado al mismo tiempo, tomaron elementos del proceder insurgente. No eran moralmente iguales estos dos poderes, como lo demuestra el hecho de que uno de ellos generalizó una matanza en las tinieblas del Estado, tornándolo a éste clandestino. Como ahora viene a demostrarse, de las tantas encrucijadas existentes, Graiver representaba una de ellas, porque podía ser el banquero de todos, mostrando la ilegalidad profunda de la época. Los militares de aquel tiempo de tinieblas juzgaron que la relación entre Montoneros, la banca Graiver y las nuevas hipótesis de “acumulación primitiva” de un renovado capitalismo financiero debía resolverse por la coacción, por el cerrojo de miedo que imponían sobre la sociedad y fraguando la alucinada imagen de las desapariciones como “secreto que todos sabían”.
El secreto del Estado clandestino lo sabía el Estado visible, y el secreto de la sociedad de torturadores lo sabía la sociedad real en las entrelíneas de su facultad de sospechar. Eran conocimientos subterráneos, metáforas ocultas de cualquier conversación trivial. Con esos ingredientes coactivos que permitían caminar por la calle pero que mantenían sus partículas atemorizantes en el interior del habla real, se ejercía la gran trama expropiatoria. Era la confiscación general de bienes en todos los planos de actividad –empresas y personas–, cuya metodología en la mayoría de los casos reposaba en la ley de fuga, en los vuelos de la muerte o en los campos de concentración en cuarteles, comisarías o destartalados predios del Estado. Y en otros, de la prisión anterior o posterior a los hechos, como coreografía de la cesión de bienes y contratos de traspaso de propiedades.
El caso Graiver, como siempre se sospechó y siempre se dijo en sordina, es parte de la cifra entera de la historia nacional contemporánea. Excede y refuta lo que los escuetos tribunos de la oposición, los editorialistas de los diarios involucrados y el propio fiscal Strassera dicen ver en este episodio: un caso de impostura gubernamental, una malversación de los derechos humanos al lanzarlos hacia una nueva torsión confiscatoria, una arbitraria conversión en ilegales de hechos que mostraban su prístina legalidad. Agregan una consabida letanía: control de medios, atentado a la libertad de expresión, inseguridad jurídica. ¿Acaso no era una familia vinculada a las finanzas vendiendo sus propiedades por un comprensible traspié económico? No, era mucho menos y mucho más que eso. Mucho menos: el Estado al que como financista Graiver quería aliarse aunque con otro estilo de acumulación venía en 1976 a cobrar sus libras de carne. Mucho más: el poder militar-empresarial-comunicacional quería construir otro Estado sobre la ruina de pactos anteriores, un nuevo orden estatal y financiero exorcizando con sangre al grupo Montoneros, que también era mucho más que una organización armada, pues interpelaba al conjunto de los estamentos productivos, religiosos y militares de la nación.
Por lo tanto, los actos reales del actual gobierno exceden cualquier astucia que pudiera haber en torno de la invocación de los temas de derechos humanos para finalidades no intrínsecas a ellos. Son actos de historiografía aplicada. Son una entrada efectiva al reino de la libertad de expresión, que es la que indaga el interior de los lenguajes sociales sin pretender encontrarlos prefabricados. Por supuesto, ahora pudiera haberse preferido silenciar este tema específico de la empresa de papel, porque incluso la sociedad argentina estaba preparada para ello. Nadie lo reclamaba, luego de largos años donde la Justicia avanzó no poco y de manera muchas veces excepcional. ¿Para qué más? Pero ya no se trata tanto de la justicia sino de la historia, cuyo conocimiento profundo es finalmente la forma superior de la justicia. No en todos los casos, pero sí en casos extremos como éste, una familia es una forma equivalente al drama histórico en su conjunto. Por eso se escinden en escribanías y por medio de papeleríos tribunalicios.
Como los Labdácidas de Sófocles, los Graiver son una estructura familiar que fue acosada por el Estado, que perteneció a la conciencia implícita de una época turbada y llega a este momento actual en busca de su verdad, como tantas otras familias, habiendo atravesado estos años con distintas readaptaciones y diversos grados de aceptación de los nombres políticos más sombríos que diera la política nacional. El Estado, si busca reconstruirse como parte de la sociedad y de la memoria pública (que no necesariamente sanciona pero busca instituir sus verdades), debe dar el paso fundamental del esclarecimiento de la historia. Alemania, en los años ’80, aún discutía las responsabilidades y conceptos profundos que habían llevado al nazismo.
Ocurre lo mismo entre nosotros, con las diferencias que quieran establecerse, principalmente una: la conducción central del régimen militar argentino instaló la maquinaria de terror pero la combinó con un discurso público de restauración del orden hablado con palabras solicitadas del diccionario de la república y las libertades. A muchos grupos empresarios y a muchos argentinos con responsabilidades culturales y sociales se les hizo fácil aceptar este acertijo insensato, primero, porque conocían esas palabras tranquilizadoras y, segundo, porque los ayudaban a no mirar demasiado hacia una realidad de pesadilla, de la que podían sacar partido sin tanta mala conciencia, pues se vivía un régimen doble y entrelazado. En un segmento se mantenía la ley, y en otro, débiles tabiques amortiguaban la voz del torturado, aunque la situación incluía que algunos gritos se filtraran para decir sin decir. ¿Qué sugerían? Que las leyes del tráfico económico y la identidad de las personas eran nominales. No eran leyes ni identidades, eran la traducción normativa de aquellos gritos provenientes de la mazmorra.
Ahora está ante la Justicia y el Parlamento este núcleo trágico de la historia nacional. Pero principalmente está frente a la conciencia pública. Entonces: por parte del gobierno que desató el nudo de esta discusión, aspirar a completar ante la consideración popular y constitucional cuatro años más de mandato, supone acrecentadas responsabilidades en cuanto a este tema y a tantos más. Es preciso asumirlas y darles el contenido de ideas que amplíen la frontera del compromiso genuino con los grandes cambios.
El Frente que se propone debe obtener más especificaciones conceptuales: se dice “trabajadores, clase media, empresarios”. Deben refinarse estos conceptos e incluso personalizarse, mencionar cómo las instituciones de cada sector se cortan o se constituyen. Deben insinuarse valoraciones de tales instituciones y de su historia, y debe mencionarse la región cultural habitada por distintas corrientes intelectuales y morales, que deben también especificarse. Deben darse respuestas más comprensivas y originales a las discusiones en ciernes, poniéndose en discusión pública los grandes esquemas bajo los cuales se realiza hoy la minería, tanto como se discutió y sigue discutiendo la naturaleza y distribución de la renta agraria. El equilibrio de transferencias remunerativas entre el capital y el trabajo, desde luego, no debe ser una categoría de equilibrio suficiente sino el paso necesario hacia un nuevo dinamismo social, que lleve directamente a discutir el reino de las tecnologías y la ciencia, su responsabilidad en la creación de riqueza y conocimiento al margen de corporaciones y tecnocracias. La idea tradicional de “cultura del trabajo” debe dar paso a la potenciación de todas las formas nuevas y modalidades emancipadas del trabajo: material, simbólico, manual e intelectual.
Un gobierno con una realidad de minoría o empate parlamentario no debe ser minoritario en el acto de tomar las fuerzas de la historia en sus manos. Estas son las fuerzas de la libertad colectiva, de la pedagogía de masas y del esclarecimiento de su propio pensamiento, en términos de renunciar al uso de la coacción estatal, de dejar que reinen las pulsiones del argumento persuasivo, dirigido en especial a quienes lo atacan o consideran que no posee legitimidad para hablar de historia, memoria y derechos humanos. Pero en estos casos hablan los actos. Es cierto que en cuerda simultánea debe hablar el habla, deben hablar las palabras. Muchas ya se han dicho. Lo que quiero decir es que hay un tramo exigente que aún deberá recorrerse. El de mostrar, en un gran ejercicio de reflexión y autocrítica, que el período advenidero, elecciones mediante, deberá ser fruto del merecimiento, esto es, de mayores autoexigencias y compromisos crecientemente sutiles. Por un lado, merece quién interpreta mejor el pasado y lo transborda a otras dimensiones en las que juzga situaciones ya vividas, cancela los atavismos y renueva la esperanza. Por otro lado, merecer es algo a ser creado, es el único sector de la vida en que en el momento de la cosecha no actúa el pasado ni somos fruto de meros legados.
Sociólogo, director de la Biblioteca Nacional

lunes, 30 de agosto de 2010

Los grandes columnistas de la opinion publica santafesina:dario schueri

Los candidatos salen a la cancha
Con la firme sospecha de que el socialismo convocará a elecciones generales para Julio del año que viene, con primarias en Mayo y cierre de listas en pleno verano, los principales aspirantes del peronismo a competir por la sucesión de Hermes Binner ya comenzaron sus campañas, mientras orgánicamente endurecen sus posiciones legislativas.
El peronismo ya comenzó su campaña en pos de la recuperación del poder provincial. Dos de sus principales referentes, el intendente Rafaelino Omar Perotti y el Presidente del Partido y titular del bloque se Senadores Ricardo Spinozzi ya comenzaron a "patear la cañada" para, en primera instancia "mostrarse" y llegar al tan anisado Diciembre con una ponderación de conocimiento entre el electorado que les permita pasar a la fase siguiente, o regresar al llano y apoyar al candidato mejor posicionado.

Junto a los mencionados, y el sempiterno contendiente Agustín Rossi por el FPV, surge el diputado duhaldista Norberto Nicotra, quien insiste en que es el único candidato de Duhalde en Santa Fe, y que sería poco menos que suicida para el peronismo ir a primarias, para luego mezclar candidatos entre fuerzas internas que pocos menos se desprecian entre sí, como el Peronismo Federal y el kirchnerismo.

Aún resta conocer qué hará el dos veces Gobernador Jorge Obeid, quien sigue manteniendo a su tropa en estado de expectación, pero aún esperando que Carlos Reutemann dé el sí - o el no - para tomar la decisión de avanzar en su postulación. Obeid, políticamente pícaro, sabe que sobre fines de año su nivel de conocimiento será superior a cualquier otro futuro contendiente peronista; pero, precisamente el mayor peligro lo constituye la actual performance, (poco mas del 20% de opción con altísimo nivel de conocimiento) que de no subir ostensiblemente, necesitará de manera inexorable al peronismo unido (incluyendo el FPV) tras su candidatura. De no ser así, sus chances de reconquistar la gobernación serían poco menos que inciertas.

De Carlos Reutemann se habla mucho por estas horas; algunos creen que, a la luz del creciente deterioro de imagen del matrimonio gobernante, sus posibilidades de ganar en primera vuelta se agrandan, y por ello dicen verlo muy activo, investigando, consultando como en sus mejores épocas, y revisando cada encuesta que le llega a sus manos, inclusive y sobremanera las que involucran a los candidatos provinciales, a los que sigue muy de cerca. Los más ansiosos ya descuentan su postulación a Presidente.

En el "mientras tanto", el peronismo arriesga mas de la cuenta su imagen opositora ante la ciudadanía (no olvidemos que según M&F el 45% de la ciudadanía consultada no aprueba los métodos de la oposición) acorralando de tal manera al socialismo gobernante (con cierta complicidad silente del radicalismo) que lo llevará inexorablemente a la victimización, que tan bien explota el elenco gobernante.

Por ejemplo, la idea de los senadores peronistas - encabezados por Juan C. Mercier - de comerle la billetera al Ejecutivo obligándolo parlamentariamente a pagar en efectivo el 30% de los 125 millones de pesos de deuda con policías y bancarios transferidos que el gobierno quiere saldar íntegramente con bonos, es cuanto menos temeraria, pues esa deuda no fue generada por la actual administración, que al menos tomó la decisión de cancelarla.

Binner anda con plata y eso es peligroso.

Lo mismo sucede con la autopista Santa Fe - Rosario: el peronismo, enancado en dictámenes del Tribunal de Cuentas ("que quiere cogobernar", se atajan desde el gobierno) pidió que no se cobre peaje, obligando al Ejecutivo a hacerse cargo del sueldo de los 200 empleados y el mínimo mantenimiento que exige el corredor.

Seguramente el peronismo debería revisar sus estrategias y, más allá de ejercer el genuino rol opositor marcando con vehemencia si se quiere, los errores del gobierno, debería hacerle notar a la sociedad cómo harían ellos en caso de ganar para superar el "desgobierno" en que Binner y sus aliados radicales sumieron a la "Invencible".

Spinozzi, Perotti, Nicotra por caso, son aspirantes casi sin nivel de conocimiento provincial, genotipos de la incógnita política, pero que precisamente pueden utilizar esa aparente debilidad en fortalezas, apelando al factor sorpresa con propuestas originales y superadoras que seduzcan a la población, quizás ávida de otro cambio de rumbo en la Provincia, tal como propugnan estos aspirantes.

Lo mismo sucede en el arco gobernante con los socialistas Lifschitz, Giustiniani, Bonfatti y el radical Barletta, cuyos apellidos pueden aparecer más o menos familiar en el subconsciente de la población, pero no dejan de ser una rareza en materia de gobernabilidad (no olvidar que los últimos dieciséis años de gestiones peronistas fueron alternadas por Reutemann y Obeid).

Los socialistas deberán dirimir de aquí a Diciembre si el mejor candidato para continuar con el proceso iniciado en el 2007 es el Jefe de Gabinete de Binner, Antonio Bonfatti; o si el ahora recuperado institucionalmente intendente de Rosario Miguel Lifschitz vuelca a su favor el bagaje de gobernante de la ciudad adonde viven tres cuartos de la población santafesina. O si el envión de perder por un punto y medio con Reutemann el año pasado le sirve de promoción al senador nacional Rubén "Pechito" Giustiniani.

Del radicalismo, dice el colega Maronna de Rosario que "los militantes radicales tuvieron el viernes sus primeros 15 minutos de gloria desde mucho tiempo a esta parte. El fuerte espaldarazo que el presidente del comité nacional ucerreísta, Ernesto Sanz, le dio a Mario Barletta para que abandone cierto miedo escénico a la hora de confrontar con el socialismo por la cabeza de una fórmula a gobernador encendió los corazones del nutrido grupo que se congregó en la vetusta casona que funciona como comité departamental en Rosario".

La interna entre los "alfonsinistas" que quieren al esquivo Binner de coequiper de "Ricardito", y los "cobistas" que entonan al ascendente intendente santafesino para que toree al socialismo en primarias, podría terminar dándole la razón a Hermes Binner, quien imagina una gran cumbre del FPCyS (previa definición puertas adentro en el PS) que culmine con el binomio a competir con los candidatos peronistas, y los mejores candidatos para obtener la mayoría de bancas en Senadores ("con ganar la gobernación si no tenemos el Senado no sirve", especulan en la Casa Gris) tarea que le será encomendada al radicalismo. En el Frente no vislumbran un peronismo unido tras un único candidato; salvo que éste sea Carlos Reutemann como competidor directo en la Provincia.
De todos modos, para aspirar a gobernar el próximo turno, todos los mencionados - salvo Obeid - deberán contarle a la ciudadanía que, además de ser políticamente "lo nuevo", tienen propuestas serias para potenciar el desarrollo productivo innato que tiene Santa Fe, acosar a los delincuentes que asolan las grandes urbes y diseñar estrategias coherentes y realizables de inclusión social asentadas básicamente en la educación, capacitación, salida laboral, y hasta recreación artística y deportiva, no solo para los niños y adolescentes, sino entre los mayores que, alejados de toda posibilidad de trascendencia social, personal y espiritual abandonan a su suerte no solo su vida, sino la de su descendencia, por cierto estadísticamente cada vez mas numerosa.

Con emotiva dialéctica no alcanzará. La ciudadanía reclama soluciones prácticas y realizables para ayer. El mañana discursivo está muy lejano.

laclau es laclau

“Si prevalecen los monopolios,la guerra está perdida”
De visita en Argentina, Laclau se refirió al asunto de Papel Prensa. También elogió el rumbo del Gobierno y analizó el escenario que se plantea para las próximas elecciones presidenciales. Además, habló de la situación actual de América latina.
Por Federico Poore
Ernesto Laclau está cansado. Su última semana en San Juan estuvo repartida entre conferencias, reconocimientos y cenas en su honor bien lejos de Londres, donde vive. Por eso, antes de comenzar la entrevista, el autor de La razón populista se desploma en uno de los sillones del lobby del Hotel Provincial. Luego, sí, elogia el rumbo del gobierno de Cristina Fernández, compara el armado del kirchnerismo con el PT de Lula y dice que el modelo argentino es superior al de las “socialdemocracias” de Uruguay y Chile. Se anima, incluso, a hablar de Papel Prensa. “Si prevalecen situaciones monopólicas o conservadoras, la guerra está perdida”, asegura.
–Usted sostuvo que el modelo económico argentino “rompía con el neoliberalismo de los noventa”. ¿Dónde observa estas rupturas?
–En primer lugar, si no hubiese estado este gobierno, con su capacidad de resistencia a los dictados del FMI, estaríamos en pleno ajuste. Gracias a que no lo hubo, el país se ha recuperado rápidamente y la crisis internacional no ha llegado a golpear demasiado. La semana pasada apareció en The Economist un artículo sobre la estrategia económica de Cristina (Kirchner). Ellos reconocen que los índices económicos van muy bien, pero dicen que no es debido a la política económica del Gobierno, sino que sostienen que lo que han tenido los Kirchner es mucha suerte. Esto me hizo acordar a una historia de Napoleón contra los generales austríacos. Los austríacos llevaban a cabo una guerra con ejércitos aristocráticos, con todas las reglas científicas de la forma de combate del siglo XVIII. Luego llegaba Napoleón con sus ejércitos populares, destrozaba las líneas austríacas y ganaba la batalla. Y los generales austríacos decían: “Gana, pero no es científico” (risas).
–¿Cómo describiría el escenario político para las próximas elecciones?
–Hace un año había predicho que si la oposición tuviera un mínimo de sentido común, iría por una fórmula Alfonsín-Binner. Ahora parece que están avanzando en esa dirección. El problema de la oposición es no poder presentar un frente unificado en primera vuelta. Los radicales van a seguir con su alianza con el socialismo, pero el Peronismo Federal no se va a quedar atrás. Va a tener que elegir un candidato y ahí es una bolsa de gatos total. Además, Pino Solanas se va a presentar sí o sí. Entonces con por lo menos tres fuerzas opositoras, la posibilidad de que Kirchner obtenga el 40,1 por ciento de los votos en la primera vuelta y que tenga una distancia de más de diez puntos del candidato que lo siga son bastantes altas. En resumen, tal como va la cosa hasta ahora creo que las chances del kirchnerismo son considerablemente mejores que hace un año.
–Hay quienes sostienen que la postulación presidencial de Solanas podría restarle votos a Néstor Kirchner. ¿Esto es así?
–No, definitivamente no es el mismo electorado. Además, la suya es una política tan zigzagueante y tan oportunista, que la misma gente que lo votó ha tenido un gran desencanto con Pino Solanas.
–¿Hay lugar para algo que esté a la izquierda del kirchnerismo?
–Sí: Martín Sabbatella. Hoy puede ser un polo de construcción para fuerzas de centroizquierda que entren en una alianza para la presidencia, y ser una transversalidad más real que la del pasado.
–¿A qué se refiere al plantear que el kirchnerismo es un significante abierto?
–Es un significante abierto en el sentido de que todo lo que empezó a surgir en el 2003 recién comienza a tomar una cierta imagen. En el 2003 era poca cosa: Kirchner salió elegido candidato por uno de esos movimientos internos casi incomprensibles del peronismo y empezó a fijarse en el imaginario colectivo con una cierta idea de unidad o de acuerdo, dado que tiene que representar un arco bastante amplio de fuerzas. Afortunadamente, su núcleo político es lo suficientemente razonado como para no hacer la ingenuidad de lanzarse a conducir un partido exclusivamente ideológico. La incorporación de las distintas fuerzas que se unieron bajo la denominación de “kirchnerismo” es la misma política que ha hecho Lula en Brasil. El Partido de los Trabajadores es ideológicamente muy limitado, pero cuando llegó al Gobierno tuvo que generar una política basada en la transversalidad con grupos de centroizquierda. Las alianzas son otras, y no necesariamente tienen que competir entre ellas. Además, tienen una excelente presidenta del Banco Central, que esperemos que pueda seguir, y un papel político perfectamente claro.
–¿Por qué dice que la división entre Estado y sociedad civil se está borrando?
–Porque hubo una politización de una cantidad de sectores de la sociedad civil. Hace cuarenta años, si uno pensaba cuáles sectores de la sociedad estaban politizados, tenía que decir: los sindicatos. Pero hoy, junto con los sindicatos hay otro tipo de organizaciones. Después de 2001 empezaron las fábricas recuperadas, los piqueteros, movilizaciones en la sociedad que necesariamente conducen a la ampliación del espectro democrático. Estas organizaciones son cuasiestatales: participan activamente de la esfera política, varían en el tiempo y empujan cada vez más límites. El kirchnerismo se ha favorecido por el desarrollo de esos movimientos.
–Chantal Mouffe sostiene que todo Gobierno construye un “nosotros” y un “ellos”. Usted sostuvo que, en un principio, el kirchnerismo construyó el “ellos” en el menemismo. ¿Cuál sería el actual?
–El poder financiero de las corporaciones, claramente.
–¿Y el caso de los medios de comunicación?
–Los medios están organizados monopólicamente, de forma muy poco democrática. El asunto de Papel Prensa es claro en ese sentido, es un monopolio que a partir de ahora no va a existir. El Congreso podrá imponer algunos obstáculos pero el tema ya quedó planteado. Es un momento de apertura. Me parece que la batalla política tiene que darse en base a una relación distinta respecto a los medios, y si prevalecen situaciones monopólicas o conservadoras, la guerra está perdida. Necesitamos que haya más Canal 7 y más Página/12.
–Hace un tiempo planteó que el kirchnerismo había encarado una reforma del Estado a partir del avance sobre ciertos aspectos de poder, como el reemplazo de la cúpula militar y la reforma de la Corte Suprema. ¿Cuáles serían los próximos pasos?
–Los pasos ya están dados. El Gobierno ha sancionado la ley de medios y avanzado con la reforma del sistema jubilatorio, eliminando una de las peores formas que prevalecían de los ’90. También ha implementado la asignación universal por hijo, que todavía es poco pero que es un paso importante. El nivel de pobreza del país claramente está bajando

papel prensa

RADICALIZA LA MADRE DE TODAS LAS BATALLAS
Piedra, papel y tijera
La confrontación del Grupo Clarín con el gobierno nacional se agudiza y ordena el panorama político. La reafirmación del poder presidencial frente a las corporaciones y la apertura institucional a los otros poderes pone a la oposición en una disyuntiva: con el interés público pero cediendo la iniciativa al gobierno, u oponiéndole su propia agenda subordinada al interés de los privados más poderosos.
Por Horacio Verbitsky
El carácter de batalla decisiva que todos los involucrados le asignan no estimula el pensamiento crítico sobre cada aspecto de un caso que corta en forma transversal la historia argentina del último medio siglo, tan despoblada de ángeles y vírgenes. Las controversias entre miembros de la familia Graiver son apenas ruido de fondo que distrae del tema central. Por eso conviene ceñirse a lo que cada uno dijo antes de que comenzara esta pelea entre el Grupo Clarín y el gobierno, cuando el apellido Kirchner refería al arte alemán y no a la política argentina.
Todos los actores coinciden en que la escena política y económica muestra el más alto grado de polarización en décadas. El ex presidente Néstor Kirchner sostuvo en varios discursos de la última semana que se trata de “profundizar el modelo y la distribución del ingreso”, que la presidente CFK enfrenta a las corporaciones mientras la oposición pide instrucciones al Grupo Clarín. En un documento previo al discurso presidencial, los diarios Clarín y La Nación sostuvieron que “el Gobierno nacional pretende adueñarse de los activos de Papel Prensa” y “someter a los medios de comunicación independientes”, una línea de la que les cuesta retroceder aun después de que fuera desmentida por los hechos. Sus principales columnistas deploran que se esté apagando la libertad pero celebran que los hombres de negocios rechacen la prepotencia oficial. Algunos políticos se han quedado sin adjetivos: para la diputada Elisa Carrió ahora “el gobierno cruza el límite entre democracia y autoritarismo”. Pero hace cuatro años ya opinaba que “Kirchner es igual a Hitler”. Este lento alejamiento de Hitler de la democracia es un notable aporte aborigen a la ciencia política. Para el precandidato presidencial del peronismo opositor, Felipe Solá, los empresarios “se pusieron las botas”. Las principales entidades patronales claman que no existe en el país seguridad jurídica, mientras sus empresas muestran resultados excepcionales, que explican los índices de inflación mejor que la ortodoxia monetarista. Ricardo Alfonsín dijo que le llamaba la atención que el tema de Papel Prensa no hubiera aparecido antes, lo cual constituye un involuntario reconocimiento de la diferencia entre este gobierno y los anteriores.
Mitos y realidad
Pese a la dificultad de un análisis propio que eluda ese exacerbado antagonismo, es inocultable que los grupos económicos que estuvieron entre los grandes apoyos de Kirchner son hoy los mayores adversarios de CFK. Pero esta constatación desmiente el relato machacado a derecha e izquierda sobre el ex mandatario como única autoridad verdadera. Del mismo modo, la decisión presidencial de dar intervención al Congreso y a la Justicia colisiona con la fábula del régimen autoritario que concentra poder a expensas de las libertades públicas, repetida sin desmayos desde hace años, pero no alcanza para disiparla: un reacomodamiento mediático de urgencia explica que sólo la firme posición de políticos y hombres de negocios e incluso del gobierno de Estados Unidos habría forzado el retroceso en la decisión de expropiar Papel Prensa. CFK ha continuado la reconstrucción de la autoridad presidencial y la primacía de la política sobre los poderes fácticos que Kirchner inició en 2003, cuando el descrédito del sistema representativo democrático había llegado a un punto intolerable. Pero además le agregó una dosis de institucionalidad que faltó cuando sólo había urgencias, algo que tampoco es fácil de apreciar a través del lente manchado con tinta de imprenta que enturbia las percepciones de la opinión pública. Los accionistas privados de Papel Prensa ya habían presentado una querella contra el secretario de Comercio Mario Guillermo Moreno en la que le atribuyeron usurpar facultades investigativas que sólo competen al ministerio público y a la justicia. El abogado de Moreno, Alejandro Rúa, respondió que si se encontraran hechos delictivos el informe sería “elevado a los organismos competentes” para que la pesquisa continuara en la justicia, “a cargo de órganos que satisfagan exigencias de independencia e imparcialidad, con amplias posibilidades de ejercer el derecho de defensa”, como anunciaba la resolución de marzo de 2010 que inició la investigación. Rúa sostiene que Bartolomé Mitre y Héctor Magnetto presentaron una “improcedente contraquerella”, buscando pasar de acusados a acusadores en un juzgado diferente al que debe investigar los delitos aberrantes que se habrían cometido entonces.
Crímenes y pecados
Una primera lectura del material recolectado permite arriesgar que son contundentes las pruebas acerca de la connivencia con el Estado terrorista de los diarios que compraron las acciones de los Graiver en 1976, con los vendedores en un estado de extrema vulnerabilidad. Esto es explícito en la cobertura periodística de aquellos años e incluso en los comunicados que los diarios emitieron entonces para explicar que su ingreso en la fábrica había sido “previa consulta y conformidad de la Junta de Comandantes en Jefe”. Tampoco es dudoso el uso que hicieron de Papel Prensa para consolidar una posición dominante en un mercado informativo de creciente concentración y con generosos subsidios estatales, desde los aportes de capital con diferimientos impositivos hasta las tarifas de la energía y los diferenciales de tasas de interés entre el crédito estatal y su colocación ilegal en bancos privados. Con la misma lógica con que confesaron aquel vínculo con la dictadura, esos accionistas admiten ahora que “controlar el papel es controlar la información”. Asegurar que nadie lo controle en el futuro es la responsabilidad que la presidente delegó en el Congreso, donde su partido está en minoría, para que declare de interés público la producción, distribución y comercialización de pasta celulosa y de papel de diario y regule sus condiciones, supervisada por una comisión bicameral y con participación de todos los diarios en un consejo asesor. La oposición debe elegir entre representar el interés público, acompañando la iniciativa del Poder Ejecutivo al que aspira a suceder, o afirmarse en su intransigencia pero asociada a los intereses particulares más poderosos. No es una disyuntiva fácil.
Diarios sí, judíos no
Menos claro es que pueda demostrarse la participación de alguno de aquellos accionistas en crímenes de lesa humanidad, los únicos que impedirían la prescripción. El testimonio del ex empresario y timador José Pirillo es tan verosímil como la solicitada de Isidoro Graiver. Pirillo pretende que hace un cuarto de siglo, cuando la adopción de los hijos de Ernestina Herrera de Noble no formaba parte de la agenda pública, Magnetto le dijo que se los había conseguido Videla. Los mejores datos para argumentar la complicidad con un delito de lesa humanidad no están en el informe que los reformadores del INDEC tipearon con los guantes de box puestos, sino en la investigación realizada entre 1984 y 1988 por el ex fiscal nacional de investigaciones administrativas Ricardo Molinas. Ese trabajo incluye declaraciones del ex dictador Emilio Massera y del ex ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, que datan el comienzo de las investigaciones sobre la relación entre los Graiver y Montoneros antes de la transferencia de acciones a los tres diarios, y de Lidia Papaleo e Isidoro Graiver sobre las presiones para vender a los actuales accionistas. Massera declaró que “el 15 de setiembre de 1976 la Junta Militar había tomado conocimiento de los hechos relacionados al caso Graiver, girando los antecedentes al ministerio de Economía para su informe”. Martínez de Hoz confirmó que al morir David Graiver en agosto de 1976 “se había dispuesto la investigación de todo lo relativo al denominado caso Graiver”. Lidia Papaleo le contó al fiscal Molinas que el ex ministro Francisco Manrique, amigo de su esposo, le hizo saber que el gobierno quería que el Grupo Graiver desapareciera y que “el comprador indicado” para sus acciones en Papel Prensa eran los tres diarios. El primo de Martínez de Hoz, Pedro Jorge Martínez Segovia, a quien Graiver había colocado como presidente figurón de Papel Prensa, llevó a la flamante viuda a caminar por la Plaza San Martín, pero no para consolarla: allí le dijo que no podía vender el paquete accionario de la papelera a “personas de la colectividad judía ni a un grupo extranjero”. Martínez Segovia admitió el diálogo pero pretendió que sólo había sido “un consejo, atento a las circunstancias del momento” (sic). Isidoro Graiver confirmó que Manrique le había transmitido al abogado de su cuñada, Miguel Anchorena, que “sería necesario” ceder el control accionario de Papel Prensa a los tres diarios, que eran “los compradores lógicos”. Pocos días después recibió la visita de Guillermo Gainza Paz, quien en representación de los diarios propició una reunión con sus directivos, que se realizó en la sede de Clarín. Pero las tratativas no prosperaron porque la oferta que les hicieron era “totalmente inadecuada”. Por Manrique supieron que el Estado no autorizaría que las acciones que David Graiver había comprado a través de testaferros cuando su protector José Gelbard era ministro de Economía, se inscribieran como propiedad del grupo familiar, con lo cual perderían todo. (Gelbard era otro de los que acosaban a la viuda. Su abogado, Gustavo Caraballo, le exigía el pago de una deuda por seis millones de dólares). En ese momento los diarios propusieron una nueva reunión, que se realizó en la sede de La Nación. Allí se firmó la venta. Isidoro Graiver dijo que “no tuvieron otra oferta mejor que la aceptada, dado lo exiguo del tiempo”. Ese precio fue tan bajo que el representante del ministerio público que defendía los intereses de la hija menor de David Graiver y Lidia Papaleo lo objetó en el juicio sucesorio, de modo que la transacción nunca se cerró, hasta que el presidente Raúl Alfonsín accedió a indemnizar a la niña. Desde entonces, María Sol no tiene ningún reclamo pendiente. Los mismos personajes aparecen, pero con sutiles variantes, en la biografía autorizada de Magnetto, “El hombre de Clarín”: habría sido el abogado de Graiver quien tomó contacto con Gainza Paz y a través suyo hizo el ofrecimiento de venta a los diarios. Cuando se reunieron en Clarín habría sido Anchorena quien formuló un pedido de diez millones de dólares, que los diarios no aceptaron. Según el libro, Manrique le recomendó a Papaleo que vendiera, dadas “las nuevas circunstancias políticas”, en las que “con la complicidad de algunos funcionarios” se estaba tramando “una maniobra de desapoderamiento” de los Graiver. “Ante el riesgo de perderlo todo”, fue Anchorena el que apuró a los diarios, que entonces decidieron blanquear las negociaciones con la Junta Militar, cuyos miembros “no manifestaron objeciones”. El autor del libro de Magnetto es José Ignacio López, desde esta semana vocero del diario La Nación. En las conclusiones de su dictamen, Molinas dio por probado que la Junta Militar conocía la relación de Graiver con Montoneros pero en vez de impedir la venta a los tres diarios la autorizó. En consecuencia, denunció a los miembros de la Junta por encubrimiento e incumplimiento de sus deberes como funcionarios. No hizo lo mismo con los accionistas privados porque sus atribuciones como fiscal se ceñían a investigar a los funcionarios y porque el interventor designado por Videla en la papelera se manejó en forma clandestina, de modo que consignó anomalías e irregularidades en la transferencia y la operatoria posterior pero sin escuchar a los accionistas, lo que “resulta inconcebible en un estado de derecho” pero era habitual en 1977. Debido a esa ilegalidad no es posible formularles “un cargo concreto, apareciendo –prima facie– como terceros de buena fe y consolidados luego de muchos años al frente de la empresa”. La operación había sido denunciada a la Junta Militar por el Banco de Intercambio Regional (de José Rafael Trozzo). Esto refleja las pugnas internas en la Junta Militar. El interventor era el capitán de navío en actividad Alberto D’Agostino, cuya designación fue impulsada por Massera, quien así intentaba voltear la transferencia apadrinada por Videla. Pese a la contundencia de su informe final, Videla lo archivó sin seguir sus recomendaciones. Fernando Molinas, hijo y secretario del ex fiscal, sostiene que su padre pidió a Alfonsín la nulidad de la venta a los diarios. Es posible que haya sido un reclamo verbal, pero no figura en el dictamen firmado el 29 de febrero de 1988.

juventud sindical

LA ORGANIZACION QUE FUE MUSCULO DE LA ULTRADERECHA EN LOS 70
Moyano, la Juventud Sindical y un renacer al lado de Kirchner
Hugo Moyano fundó la filial marplatense en 1972, junto a otros pesados del gremialismo. Por entonces, la JSP operaba en sintonía con la CNU, autora de los asesinatos de una estudiante en 1971 y un sinnúmero de militantes de la Juventud Peronista más tarde. Una placa de 1974 aún está en el monumento a San Martín como testimonio de esa unión. La JSP acaba de volver y Néstor Kirchner saludó a su nuevo líder, Facundo Moyano, hijo del camionero. No hubo mención alguna al pasado.
Por Julio Petrarca
Fue raro ver el martes último a Néstor Kirchner, campeón del peronismo progre, adalid de la defensa de los derechos humanos y símbolo actual de la búsqueda de verdad y justicia para las víctimas de la dictadura, bajo las múltiples banderas de la renacida Juventud Sindical Peronista, que lidera el hijo menor de Hugo Moyano y cuya filial marplatense fundara el camionero allá por 1972. Entonces, la JSP que Moyano colideraba con José Landín, del gremio de la carne, aportaba el músculo que necesitaron organizaciones paramilitares como la Concentración Nacional Universitaria (CNU) para consumar los centenares de asesinatos y atentados desde entonces y hasta la llegada de la dictadura, en 1976.
Lo llamativo es la elección de dar el mismo nombre a una organización de pasado ominoso para buena parte del peronismo que hoy ocupa el Gobierno: ellos y sus compañeros y amigos fueron víctimas de la JSP en múltiples acciones, la más dramática en Ezeiza, al regresar Juan Domingo Perón. En el acto del martes, cuando su socio y segundo en el PJ nacional asumió la conducción del justicialismo bonaerense, Kirchner no pareció molesto por tanta bandera de la JSP, y más aun: saludó con afectuoso abrazo a Facundo, el hijo de Moyano.
Uniformes y mamelucos. El 30 de noviembre de 1974, los jefes de las bases Naval y Aérea de Mar del Plata, la Agrupación de Artillería de Defensa Aérea 601, la Unidad Regional IV de la Policía provincial y de la delegación de la Policía Federal compartieron un acto al pie del monumento a San Martín, en Luro y Mitre de la Feliz. Junto a ellos estaban los máximos dirigentes de la CGT Regional, de sindicatos y de organizaciones político-gremiales-paramilitares de ultraderecha como la Concentración Nacional Universitaria, el Comando de Organización y la Juventud Sindical Peronista. Los asistentes hicieron un minuto de silencio y fue descubierta la placa que expresaba el homenaje de la CGT a los militares y policías muertos “en la lucha contra la subversión antinacional y antipopular”.
Moyano estaba en segundo plano, como acostumbraba. Todos afirman que él era el cerebro y el veterano Jorge Silva la cara del gremio de Camioneros en Mar del plata.
La placa sigue allí, en el lateral derecho de la base de piedra que sirve de soporte a la estatua de San Martín anciano realizada por Luis Perlotti.
Ni yanquis ni marxistas. El 6 de diciembre de 1971, la estudiante Silvia Filler, hija de un conocido odontólogo, cayó fulminada por un balazo en medio de una asamblea en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Provincial de Mar del Plata. Un comando de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) –organización filonazi, antisemita y anticomunista manifiesta–, que había partido muy probablemente de la casa de Fernando Delgado, a metros del lugar, irrumpió en el aula magna con revólveres y cadenas para romper la reunión. Juan Carlos Gómez, un “culata” del gremio del pescado protegido por su secretario general, Abdul Saravia, fue quien disparó y mató a Filler. Durante meses estuvo alojado en casa del jefe de la CNU nacional Alejandro Giovenco, hasta que fue preso, enjuiciado y condenado.
El 25 de mayo de 1973, la amnistía dictada para liberar a presos políticos lo benefició. Nunca fueron a prisión sus mandantes, entre ellos el jefe marplatense de la CNU, Ernesto Piantoni, y la decena de abogados y estudiantes de abogacía de empinadas familias locales que los acompañaba.
A Piantoni lo mataron los montoneros en 1975. Según denuncias, lo sucedió su amigo Gustavo Demarchi, antiguo dirigente juvenil de Tacuara (el germen de la CNU), quien está hoy bajo proceso acusado de cinco homicidios por la fiscalía (ver recuadro).
En 1971, la Juventud Sindical Marplatense aún no había nacido, pero germinaba alimentada por acciones como
la relatada.
Buenos muchachos. Una alta fuente judicial que interviene en el proceso contra Demarchi y otros sospechados de asesinatos, asegura que no hay dudas de que a partir de 1972 la JSP y la CNU actuaron “como primas hermanas: manejaban la Universidad Provincial y la Justicia Federal”. También mantenían una estrecha relación con las Fuerzas Armadas (en particular, inteligencia de la Base Naval) y la regional de la Policía Federal, y contaban con el respaldo del gobernador bonaerense Victorio Calabró.
A la CNU y su aliado principal, la JSP –que Hugo Moyano lideraba, como lo hizo tiempo después con la CGT regional–, se les atribuyen las muertes de Pacho Elizagaray (hijo de un senador), de la decana de Humanidades y cercana colaboradora del obispo Eduardo Pironio, María del Carmen “Coca” Maggi (cuyo cadáver fue hallado 11 meses después de su asesinato) y de otros militantes de izquierda o sus simpatizantes.
Esos grupos fueron asimilados parcialmente a la Triple A, sus componentes pasaron a integrar “patotas” aleccionadas por los subordinados de José López Rega y algunos, incluso, formaron parte de los grupos de tareas que la dictadura empleó para secuestrar, torturar, asesinar y desaparecer.
Hoy, libres. La JSP entró en un eclipse que duró hasta no hace mucho, cuando Moyano Jr. la reflotó de la mano de su padre. Algunos de los antiguos miembros de la organización y de la CNU siguen hoy ocupando espacios importantes. El ex CNU y adláter de Piantoni, Raúl Cuence, por ejemplo, está cerca de Hugo Moyano (ver recuadro). El líder camionero, hasta hoy, no fue llamado a declarar en el juicio que se sigue por los crímenes adjudicados a la Triple A, diez de los cuales se atribuyen a sus ex compañeros marplatenses.

encuestas

ENCUESTA EN CAPITAL Y PROVINCIA
Papel Prensa: para la mayoría la pelea es por el control informativo
En la disputa entre Clarín y el Gobierno, el 33% confía más en la empresa, el 18% en la administración K y el 28% en ninguno de los dos. Alto desacuerdo con la embestida.
Por Mariano Confalonieri
En las dos últimas semanas el Gobierno volvió a sacudir la estantería de los medios: anunció la caducidad de la licencia de Fibertel, presentó un informe sobre la presunta adquisición fraudulenta de Papel Prensa, y envió un proyecto al Congreso para regular la venta y distribución del insumo para hacer los diarios.
Las medidas desataron una batalla entre oficialistas, opositores y empresas, y la gente no se quedó al margen. Según una encuesta realizada para PERFIL, el 70 por ciento de la población vio el discurso que pronunció Cristina Fernández en cadena nacional el martes. En tanto el 88 por ciento dijo estar informado de los detalles del conflicto.
Pero lo más interesante es que más de la mitad de los encuestados considera que esta guerra entre el Gobierno y los medios tiene como objetivo de fondo el control de la información. Ante la pregunta “¿Cree usted que el conflicto con Papel Prensa es...?”, el 52,8 por ciento opinó que para controlar la información. El 16,1 por ciento especuló con que se trata de un asunto vinculado con los derechos humanos, y el resto se repartió entre “otras respuestas” y “no sabe, no contesta”.
Si bien no se especifica en la pregunta, está implícito en la respuesta de esa mayoría que predomina la idea de que el Gobierno busca con este paquete de medidas restringir el accionar de los medios.
El martes la presidenta Cristina Fernández de Kirchner intentó ligar la cesión de Papel Prensa en 1976 por parte de la familia Graiver a Clarín, La Nación y La Razón con un delito de lesa humanidad. “La empresa fue transferida en una mesa de tortura”, resumieron los más duros de la Casa Rosada. Sostuvieron esa idea con el testimonio de la esposa de Graiver, Lidia Papaleo, y el de su hermano, Osvaldo Papaleo.
Pero desde la vereda de enfrente contestaron con una solicitada de Isidoro Graiver, hermano de David, el ex propietario mayoritario de Papel Prensa, que contradecía al Ejecutivo, y con las palabras de la hija de David, María Sol, que aseguraba no tener nada que reclamarle a los medios.
En este bombardeo de información la gente tomó posición. Ante la pregunta “¿A quién le cree?”, un 18,4 contestó al Gobierno, un 36,7 por ciento a los familiares disidentes y un 14,7 por ciento a los dos en parte.
Los embates oficialistas sobre la prensa no son nuevos. Se focalizaron, al principio, contra La Nación. Más tarde contra el Grupo Clarín. Quedó para la historia la frase de Néstor Kirchner: “¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?”. También los afiches que ilustraron la Ciudad de Buenos Aires con el eslogan “TN, Todo Negativo”. Pero siguió con la Ley de Medios y después con la avanzada sobre la fábrica de pasta celulósica. En los discursos de ambas partes se cae de maduro que lo que está en juego es la información. CFK advirtió esta semana que el proyecto para regular la venta de papel “es necesario para que todos los diarios cuenten con las mismas condiciones para el insumo básico”. Agregó que los grandes grupos están “intentando manejar el pensamiento y la opinión”.
La respuesta de Clarín y La Nación, socios en Papel Prensa, fue que la embestida no es contra la empresa sino que se trata de “un abuso manifiesto del Estado para perseguir injustamente a medios y directivos de empresas periodísticas en una clara muestra de autoritarismo y una amenaza a la libertad de expresión y el resto de las libertades individuales”.
En la guerra con Clarín también hay posición tomada. Si bien el porcentaje más alto favorece al diario (un 33%), al Gobierno le cree un 18,1 por ciento, a ambos en parte le cree un 14,4 por ciento, y a ninguno de los dos un 28,2 por ciento. La torta, como se ve, está repartida. Entre los que le creen al Ejecutivo, el 48 por ciento piensa que el conflicto por Papel Prensa tiene que ver con una causa de delitos de lesa humanidad.
Entre los que apuestan por Clarín, el 70 por ciento está convencido de que el Gobierno pretende atacar al holding para controlar la información. Entre los que no le creen a ninguno de los dos, la mayoría también opina que es una pelea para monitorear la información, unos creen que lo quiere hacer el Gobierno (55%) y otros que lo quiere hacer Clarín (59%).
Sobre el proyecto para regular la venta del papel y la presentación ante la Justicia del informe “Papel Prensa, la verdad”, la población expresó estar muy en descuerdo en un 35,7 por ciento de los casos. Ahora bien, si se agrupa a los que están totalmente de acuerdo, de acuerdo y parcialmente de acuerdo, el porcentaje asciende a un 41 por ciento.
La división se observa también en el grado de importancia que la gente le atribuye a esta batalla entre los medios y el Gobierno. “¿Cree usted que el conflicto con Papel Prensa, así como la caducidad de la licencia de Fibertel, son temas importantes en este momento en el país?”, se les preguntó a los encuestados. La respuesta fue que para el 50,2 por ciento son relevantes, mientras que para un 44 por ciento no lo son. El resto “no sabe, no contesta”.
Sigue

La “historia oficial”, por televisión
La Televisión Pública difundirá mañana a la noche un documental titulado Papel Prensa, la historia, que incluye los testimonios de Lidia y Osvaldo Papaleo, pero que también muestra imágenes de la dictadura y la relación de los dueños de La Nación, Clarín y La Razón con el gobierno de facto.
Además de sumar esta herramienta al paquete de información destinado a defender la teoría oficial de que la compra de la empresa está ligada a un delito de lesa humanidad, se podrá ver a Lidia Papaleo entrevistada por el periodista Víctor Hugo Morales en su programa de Canal 9, Bajada de línea.
La viuda de David Graiver hablará también con otros medios oficialistas. El documental que emitirá Canal 7 aparece luego de que se anunció que en el acto que presidió Cristina Kirchner el martes se emitiría un corto con la historia de Papel Prensa dirigido por Tristán Bauer, a cargo de la Televisión Pública. Ayer el anuncio del programa fue difundido en las tandas durante el partido de la Selección de Básquetbol y los partidos del Fútbol para Todos

medios

MEDIOS Y NUEVA IZQUIERDA
By pass mediático
Los gobiernos progresistas tienen batallas diarias con los medios y a la vez viven en ellos. Cómo se creó la dinámica.
Por José Natanson
Los gobiernos de la “nueva izquierda” que hoy ejercen el poder en buena parte de los países latinoamericanos libran batallas cotidianas contra los medios. El quiebre del sistema de partidos en algunos países, como Venezuela, Bolivia o Ecuador, abrió un espacio que fue ocupado por la prensa, que en algunos casos lideró a las fuerzas opositoras. Pero incluso en aquellos países en donde el tránsito al pos-neoliberalismo fue más gradual y sereno hay conflictos entre el gobierno y los medios. Esto se verifica en la decisión de muchos presidentes de crear un “by pass mediático” que les permita comunicarse directamente con la sociedad, el impulso a leyes regulatorias y la ampliación del complejo de medios públicos. Y, como telón de fondo, el hecho de que, por primera vez en décadas, el cuestionamiento a las instituciones de la democracia afecta también a los medios de comunicación.
Medios en el vacío
Entre todos los cambios que viene registrando la política, uno de los más notables es el proceso de desafección, en el sentido de una mayor distancia, a menudo teñida de desilusión, escepticismo y bronca, entre representantes y representados, acompañada por un debilitamiento de las tradiciones partidarias clásicas: ser peronista o radical en Argentina, o adeco o copeyano en Venezuela, o liberal o conservador en Colombia, ya no significa lo mismo que en el pasado. Con los partidos desestructurados, a veces astillados en mil pedazos incomprensibles, la política se asemeja a un proceso fluido, sin marcos y difícil de decodificar.
Esta tendencia –que, insisto, es global– se ha verificado de manera extrema en algunos países de América latina. Entre mediados del siglo pasado y principios del actual, varios países de la región vivieron crisis económicas que marcaron el final del ciclo neoliberal en medio de estallidos sociales y represiones con distintos grados de violencia. El tránsito del neoliberalismo a la “nueva izquierda” se procesó de manera más o menos constitucional, pero dejó sus secuelas. Fue así como sistemas partidarios que venían funcionando desde hacía años, a veces décadas, volaron por los aires: es el caso del Punto Fijo venezolano, de la “democracia pactada” boliviana y del sistema ecuatoriano, que en poco tiempo, a veces en cuestión de meses, dejaron de existir.
En estos países, el sistema político se recompuso a partir de la emergencia de liderazgos de alta popularidad (Chávez, Evo, Correa, Kirchner), que supieron reconstruir la autoridad presidencial y se propusieron un amplio programa de reformas. Pero tal recomposición abarcó sólo a una parte, la oficialista, del sistema político, dejando a la oposición sumida en una maraña de enredos internos, rencillas personales y desorientación. Este vacío fue ocupado por otros actores, incluyendo, o comenzando por los medios de comunicación, que en algunos países, y en ciertos momentos, asumieron la conducción política de la oposición (en algunos casos acompañados por otros poderes fácticos, como los gobiernos autonómicos en Bolivia o la burocracia petrolera en la Venezuela del 2002).
Bernardo Sorj lo explica bien en su libro Poder político y medios de comunicación. “En el contexto del debilitamiento de otros medios tradicionales de articulación de voces de la oposición en la región, en particular de los partidos y los sindicatos, los medios aparecen como los únicos factores capaces de articular críticas al poder público.” Esto se vería reforzado por el hecho de que, como explica Fernando Ruiz en el mismo libro, el periodismo latinoamericano se encuentra más cerca del modelo de periodismo militante y políticamente comprometido originario de Europa occidental que del modelo profesional y supuestamente neutral que prevalece en el mundo anglosajón.
Primera idea entonces: el clima de polarización y enfrentamiento entre el Estado y los medios es menos el resultado de los ánimos censuradores de los gobiernos de izquierda o del espíritu desestabilizador de la prensa que de las condiciones políticas que se viven en la actualidad.
Esto no implica ignorar los conflictos de intereses, por supuesto existen, sobre todo cuando los medios se encuentran imbricados en complejos económicos que incluyen al agro (en Argentina), las finanzas (en Ecuador) o los hidrocarburos (en Bolivia). Simplemente, se trata de poner en contexto estas nuevas tensiones. No es casual, en este sentido, que los países que no registraron estallidos sociales ni quiebres políticos, en donde el tránsito al pos-neoliberalismo se produjo de manera más serena y gradual, la tensión gobierno-medios no haya adquirido semejante intensidad. Es el caso de Chile, Brasil y Uruguay. Sin embargo, un repaso por varias experiencias latinoamericanas revela parecidos incluso con estas naciones.
Leyes regulatorias
La batalla entre el Estado y los medios ha asumido, en algunos casos, forma legal, a través de la propuesta o sanción de leyes tendientes a regular la actividad mediática. Se trata de un tema complejo que conviene estudiar caso por caso y cuyo análisis en profundidad excede las posibilidades de este espacio. Sin embargo, es posible apuntar algunas primeras conclusiones.
En general, la reacción ante estas iniciativas adquiere la forma de un reflejo corporativo que asume como un atentado a la libertad de expresión cualquier intento por regular las telecomunicaciones o la prensa. Pero no necesariamente debería ser así. Existen, por ejemplo, razonables regulaciones de mercado, que apuntan a evitar las posiciones monopólicas o dominantes. Esto sucede incluso en países muy celosos de la libertad de empresa y las garantías individuales, como Estados Unidos, donde las normas establecen límites a la propiedad cruzada de licencias de TV, radio y cable, fijan cuotas máximas de mercado y limitan la posibilidad de que una misma empresa controle medios gráficos y audiovisuales.
El proyecto ecuatoriano, por ejemplo, prohíbe que una compañía dueña de un banco sea también la propietaria de un medio, con el argumento de que la orientación editorial del segundo puede quedar atada a los intereses del primero. La ley de medios argentina, aprobada en el Congreso tras un largo debate, apunta a desmonopolizar el panorama mediático estableciendo cuotas de mercado y prohibiendo el control de cierto número de licencias en la misma área geográfica. Algo similar podría ocurrir si el Congreso vota el proyecto oficial para declarar de “interés nacional” la producción de papel para diarios, lo que les permitiría a los editores acceder al insumo básico a un precio igualitario.
Pero el eje son siempre los medios audiovisuales. Las leyes y proyectos aprobados o en debate establecen una distribución equitativa de las frecuencias entre el Estado, el sector privado y el sector comunitario o de la sociedad civil (es el caso de Argentina y Ecuador y también de los proyectos que se discuten en Bolivia y Uruguay), fijan cuotas de producción nacional (Argentina, Ecuador, Venezuela) y establecen horarios y pautas para la protección de los niños (todas).
El tema se torna más complejo al analizar los procedimientos sancionatorios, en particular cuando éstos contemplan la suspensión –temporal o definitiva– de las licencias. El caso extremo es Venezuela. En mayo de 2007, fortalecido tras arrasar en la campaña por su reelección, Chávez decidió no renovar la licencia de RCTV, el canal más antiguo del país, con el argumento de que había apoyado el fallido golpe de Estado del 2002. La licencia estaba vencida y el Estado tenía la posibilidad de no renovarla. Por otra parte, el canal siguió transmitiendo por cable.
El trámite, sin embargo, fue irregular. Desde el punta de vista jurídico, si había una responsabilidad debía recaer sobre personas naturales –los dueños del canal– y no sobre la empresa. Desde el punto de vista político, la intencionalidad está clara: el resto de los canales también habían acompañado la intentona golpista, pese a lo cual el gobierno les permitió seguir operando, básicamente porque, finalmente convencidos de que había Chávez para rato, decidieron suavizar su línea editorial. El hecho de que Chávez haya formulado el anuncio de RCTV en un establecimiento militar y vestido de uniforme no ayudó a tranquilizar los ánimos. La OEA protestó, y el presidente respondió tildando de “insulso” a su titular, José Miguel Insulza.
La decisión se suma al cierre de 32 radios primero y otras 29 después, con el argumento de que no cumplían con los requisitos legales para operar, y a las 40 causas –entre las iniciadas por funcionarios del gobierno y las presentadas por particulares– contra el único canal claramente antichavista, Globovisión. Los motivos son variados: durante una entrevista con el director de RCTV, Globovisión difundió imágenes del atentado contra el papa Juan Pablo II con la canción de Rubén Blades “Eso no termina aquí” de fondo. El gobierno acusó a la emisora de incitar subliminalmente al magnicidio. En otra oportunidad, el canal fue denunciado por poner al aire un mensaje de texto de un televidente convocando a un golpe de Estado. En las últimas elecciones, Globovisión recibió otra denuncia por transmitir la reacción de un candidato a la gobernación de Carabobo que instó a tomar las oficinas del Consejo Nacional Electoral, disconforme con el resultado.
Estos procedimientos sancionatorios se encuadran en la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (conocida como Ley Resorte). Aprobada en diciembre de 2004, la norma prevé sanciones, que pueden llegar a la suspensión por 72 horas continuas de la señal, para “aquellos medios que difundan mensajes que promuevan o hagan apología o inciten a la guerra o a la alteración del orden público”. Hay que señalar, además, la decisión –de la Justicia, no del gobierno, aunque obviamente hay sospechas sobre la influencia de éste sobre aquélla– de detener al dueño de Globovisión por una causa judicial que, aunque aparentemente no tendría vinculación con su actividad periodística, marca una coincidencia es llamativa. Y el fallo –de la justicia, no del gobierno– prohibiendo al diario El Nacional difundir imágenes de los muertos en una morgue de Caracas con el argumento de que “vulneran la integridad psíquica y moral de los niños, niñas o adolescentes”.
El tema es complejo, pues alcanza con revisar rápidamente los portales antichavistas, que difunden abiertamente opiniones en algunos casos golpistas, racistas e injuriosas, para confirmar que la libertad de expresión sigue viva. Venezuela no es Cuba. Y el gobierno no es el único actor en este juego peligroso: los medios venezolanos, en especial la televisión, lideraron el intento de golpe de Estado de 2004 y luego siguieron ubicándose, por momentos, en posiciones claramente desestabilizadoras. En todo caso, Venezuela se sitúa en un lugar particular, diferente al de Argentina o Bolivia, donde las leyes no regulan contenidos, el Estado no ha decretado la suspensión de ninguna licencia, no se ha aplicado la censura ni política ni judicial y no existen casos de periodistas presos.
Paradoja final
Los datos del Latinobarómetro 2009 confirman que los medios de comunicación se encuentran a la cabeza de los rankings de confianza en diversas instituciones, superados sólo por la Iglesia, y muy por arriba del gobierno, la empresa privada, la policía o los sindicatos. Sin embargo, la confrontación, en algunos países muy directa, con presidentes que gozan de una altísima popularidad, ha contribuido a ponerlos en cuestión por primera vez desde el inicio de la última ola de democracia en América latina. La reacción destemplada de muchos de ellos ha contribuido a romper contratos de lectura basados en una supuesta aunque imposible neutralidad o independencia.
Los medios, cada vez más centrales, también son más discutidos. Existe hoy una conciencia cada vez más amplia en cuanto al verdadero lugar de los medios en la democracia: no sólo una arena sino también un actor en el debate político. En su famoso libro La democracia y los partidos políticos, el sociólogo ruso Moisei Ostrogorski afirmó: “La función de las masas en una democracia no es gobernar sino intimidar a los gobernantes”. En tiempos de globalización y auge de las nuevas tecnologías no sólo gobiernan los políticos, sino también, en algún sentido, los medios. La novedad es que la sociedad ha comenzado a intimidarlos.

la provincia de buenos aires

Un jardín donde florecen los candidatos
La mayoría son oficialistas, a quienes Néstor Kirchner alienta a “salir a caminar” un distrito que volverá a ser clave en las próximas elecciones. El jefe del PJ apuesta a un racimo de ofertas para contener a todos dentro del partido y recuperar el terreno perdido en 2009.
Por Fernando Cibeira
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Recurrente “madre de todas las batallas”, el kirchnerismo sabe que se juega buena parte de su permanencia en 2011 en la provincia de Buenos Aires, el escenario de la derrota más dolorosa de las últimas elecciones legislativas. Casi seguramente enfrente volverá a estar Francisco de Narváez, esta vez con el sello que asuma el peronismo disidente. El gobernador Daniel Scioli viene pidiendo cancha para enfrentarlo y, lo aseguran encuestadores, tiene con qué. Sin embargo, la estrategia del kirchnerismo hasta ahora no ha sido la de guarecerse bajo su sombrilla sino la de desplegar un racimo de ofertas que no para de crecer entre funcionarios, intendentes y sindicalistas. La idea es contener a todos dentro del PJ y recuperar los 13 puntos que se perdieron entre las elecciones de 2007 y 2009. Pero la diversidad es tanta que la mayoría de los involucrados reconoce sus dudas acerca de cómo terminará la movida.
“Que florezcan mil flores”, dijo Néstor Kirchner parafraseando a Mao algunos días atrás en el cierre del Foro de São Paulo, y en la provincia lo tomaron al pie de la letra. Cada vez son más los funcionarios recorriendo el territorio bonaerense difundiendo las bondades del modelo K. La descripción coincide: Kirchner los alienta a “salir a caminar”.
“Nos pidió que hablemos mano a mano con la gente, que no nos quedemos en el despacho. Que expliquemos todo lo que se hizo hasta ahora y lo que se hará en el futuro. Lo de las candidaturas después se verá. Esto es un proyecto, no importan las individualidades. El espacio será el que defina dónde jugaremos. Por supuesto que si nos piden que seamos candidatos, allí estaremos”, explicaba el vocero de un ministro, pero podría ser el de cualquiera. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; el ministro del Interior, Florencio Randazzo; el de Economía, Amado Boudou, y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, todos apuntan en la misma dirección.
Y no son los únicos. El flamante titular del PJ bonaerense y secretario de la CGT, Hugo Moyano, quiere tener voz en el asunto. En tanto, el díscolo pero ahora amigado intendente de Tigre, Sergio Massa, asoma como el mejor posicionado para terminar entre los finalistas.
Frente a esto, como principal damnificado aparece Scioli, quien con lógica podía aspirar a un tránsito despejado hacia la candidatura para la reelección y ahora se encuentra con la provincia convertida en una peatonal. “Para nada, está bárbaro. Está muy bien que todos militen y, por suerte, nosotros tenemos una excelente relación con todos”, asegura el jefe de Gabinete y mano derecha de Scioli, Alberto Pérez.
En la provincia el panorama opositor está más despejado. La preferida de Ricardo Alfonsín para la provincia es la titular del GEN, Margarita Stolbizer, mientras que Julio Cobos juega sus fichas al intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Elisa Carrió lanzará al diputado Juan Carlos Morán, aunque imaginando la posibilidad de sumarse finalmente a algún frente electoral. El Proyecto Sur de Pino Solanas todavía no definió y amenaza con poner en carrera al sindicalista Víctor De Gennaro. En tanto, el diputado de Nuevo Encuentro Martín Sabbatella ya resolvió ser candidato sin llevar postulante a presidente, apostando al corte de boleta con la fórmula kirchnerista. En los hechos funcionaría como una colectora por centroizquierda, otro tema de discusión en las últimas semanas.
Todo indica que la reglamentación de la reforma política permitirá las colectoras. La ingeniería siempre lleva dividendos a la fórmula que va arriba, que recibe la suma de todos los de abajo. El riesgo, claro, es que al dividir votos se pierdan intendencias o, llegado el caso, la gobernación si se compite con más de una lista. Y la posibilidad está ahí nomás si a quien tienen enfrente es a De Narváez, de quien aseguran que las encuestas dan en baja. En el kirchnerismo hay quienes todavía no pierden la esperanza de competir contra el empresario colombiano en la interna: argumentan que en caso de no conseguir un candidato presidencial fuerte, buscará llevar el sello del PJ oficial. Pero la postal de una boleta con Cristina o Néstor Kirchner para presidente y De Narváez para gobernador del distrito más importante del país resulta casi imposible de imaginar. El empresario insiste con que irá por afuera y hoy aparece como lo más seguro.
La mayor duda en la provincia de Buenos Aires, por lo tanto, es definir quién defenderá los colores del oficialismo. La lista es larga:
- Daniel Scioli: luego de casi tres años de manejar el distrito más complicado del país, conserva una sorprendente imagen positiva. Su recuperación fue incluso anterior a la del gobierno nacional. Por eso su estrategia no variará. No hablar de candidaturas y centrarse en la gestión, básicamente en la seguridad que sabe volverá a ser el principal tema de la campaña. “Ojalá podamos acordar. Pero, si no, tenemos la instancia de la interna y allá iremos”, se envalentona Alberto Pérez.
- Sergio Massa: el intendente de Tigre consensuó con Kirchner no sacar los pies del plato peronista. Tiene una imagen positiva al nivel de la de Scioli y le gusta dar gestos de independencia como el de anunciar como asesor económico al ex presidente del Banco Central Martín Redrado. Su estrategia es similar a la del gobernador: mostrarse mucho en temas de gestión y recién definir su futuro a fin de año. “No conviene dar muchas vueltas previas antes de la carrera porque gastás cubiertas”, explican en su entorno. Cuenta a favor con su juventud, que si bien le permitiría dejar pasar de largo este turno también le da la posibilidad de jugar y, aun perdiendo, instalarse como un referente de peso en el PJ bonaerense.
- Hugo Moyano: se dio el gusto de asumir esta semana como titular del PJ bonaerense y anuncian un súper acto en River para octubre. Sin embargo, en la provincia consideran que más que posicionarse como postulante a la gobernación, Moyano busca lugares de poder para el sindicalismo. Y lo viene consiguiendo.
- Aníbal Fernández: la noche que resultó electo vicepresidente del club Quilmes se entusiasmó y avisó que no había que sacarlo de la lista de posibles candidatos en la provincia. Sin embargo, el frontman del gobierno nacional aparece como el menos activo de los funcionarios gobernables para la provincia. Eso sí, la contrapartida es su muy alto perfil mediático y su activismo en Internet. Su “blog sin vueltas” parece el de un candidato.
- Amado Boudou: Kirchner le dijo que caminara y el ministro de Economía respondió con un entusiasmo a toda prueba. Lo suelen acompañar el titular de la Anses, Diego Bossio, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Boudou dio la nota la semana pasada cuando se apareció en un acto juvenil guitarra en mano para interpretar algunos clásicos del rock nacional. Eso sí, con el argumento de ir donde lo necesite “el proyecto”, en su entorno no descartan que Boudou pueda terminar como candidato en la Capital Federal. Cada miércoles el ministro de Economía animará una peña con discursos políticos en el bar La Puerto Rico.
- Florencio Randazzo: quienes conocen la radiografía bonaerense aseguran que el ministro del Interior es el único funcionario que tiene un armado territorial digno de considerarse. Randazzo recorre dos o tres distritos cada semana y espera ver cómo se desarrolla el esquema del Frente para la Victoria. “Si hay internas, Florencio va a estar”, aseguran cerca de él. No descarta sumarse como vice a una fórmula.
- Alicia Kirchner: la ministra de Desarrollo Social lanzó el mes pasado la Corriente de Liberación Nacional (Colina), desde la que recorre incansablemente el territorio bonaerense, amén de otras provincias. “Buscamos fortalecer el proyecto nacional poniendo énfasis en las políticas sociales”, explica uno de sus colaboradores. Obviamente, hará lo que le indique su hermano Néstor. “No sabemos qué puede pasar”, reconocen.
- Pablo Bruera: el intendente de La Plata dio un paso en falso esta semana con el acto de lanzamiento en el Luna Park que dejó un saldo de dos heridos de bala. Buen amigo de Massa, Bruera pretende convertirse en un referente del antikirchnerismo bonaerense, pero se le puso difícil. Podría terminar en el armado del intendente de Tigre y ya hay quienes lo ven con De Narváez por afuera del PJ.
- Francisco “Barba” Gutiérrez: el 10 de septiembre, en el Club Atenas de La Plata, los dirigentes kirchneristas no peronistas del Encuentro por la Militancia –Edgardo Depetri, Oscar Laborde, Mario Secco, Abel Fatala– lanzarán al intendente de Quilmes como precandidato a gobernador del sector para competir en la interna del Frente para la Victoria. Con todo, no descartan sumar a la fórmula del espacio K. “Nosotros podemos evitar la fuga de votos por centroizquierda a Sabbatella”, argumentan.
Como se ve, la lista es larga y todavía hay otros con intenciones de sumarse. Eso hasta que llegue el verano y, junto al calor, el momento de las definiciones

una experiencia de opinion publica para imitar

La señal llega a 1500 hogares
Mundo Villa TV da la palabra a los chicos de barrios marginales
En el canal, que se emite por cable, participan jóvenes de Retiro y del Bajo Flores
Silvina Premat
LA NACION
Las imágenes de mujeres y niños acarreando los baldes de agua desde el lugar donde se estaciona algunas veces a la semana el camión-tanque, dentro de la villa 31, lo impactaron. Y se conmovió más aún, cuando supo que en la elaboración técnica de ese informe habían colaborado vecinos de ese barrio de emergencia, en Retiro.
"Yo puedo devolver un poco de lo que recibí de la sociedad y darles una mano en la comunicación de sus necesidades y actividades culturales", se dijo Hernán Reartes, de 27 años, a poco de graduarse como diseñador gráfico a principios de este año.
Hoy, Hernán es uno de los profesionales y universitarios que dictan talleres de periodismo a adolescentes que se preparan para trabajar en la señal televisiva Canal 31 Mundo Villa TV desde sus "estudios" cercanos a las vías, dentro de la villa que está a de diez cuadras del Sheraton.
Desde fines de 2009, la frecuencia Canal 31 Mundo Villa TV retransmite programas de canales televisión regionales (de Paraguay, Bolivia, Chile y otros países de América latina). Con la autorización del Comfer -gestionada por el juez porteño Roberto Gallardo-, la señal se transmite por cable en las dos grandes zonas de la villa de Retiro, la 31 y la 31 bis, donde llega a unos 1500 hogares, y se baja también en la villa 1-11-14, en el Bajo Flores.
Los futuros periodistas son 25 chicos del barrio de entre 15 y 22 años, que toman clases teóricas y prácticas de periodismo, diseño y fotografía los sábados por la mañana en la villa 31 y los jueves por la tarde en el barrio de Congreso, en las oficinas de SOS Discriminación, la organización que impulsó esta iniciativa casi como una prolongación de Mundo Villa , una publicación mensual que se produce en las villas porteñas ( www.mundovilla.com ). En esos talleres comenzaron a producir clips informativos, que en breve subirán a un portal de noticias, en la misma dirección web, y "van por más", como no se cansan de repetir.

"Esto va a hacer historia"
"Me gustaría ser periodista en deportes, fútbol o básquet, sobre la liga española y la liga argentina", contó Israel, de 16 años, alumno de 3° año del secundario y uno de los asistentes a los talleres. A sus amigos, en la villa, "lo del Canal les gusta porque es la primera vez y porque esto va a hacer historia", dice.
Joaquín Ramos, de 27 años y estudiante de Letras en la Universidad del Salvador, fue quien tomó la iniciativa de organizar la capacitación. "Los chicos están esperando recibir conocimiento, hay una química muy buena entre nosotros", dijo Joaquín, quien tiene experiencia en producción y edición en canales de TV. También hay estudiantes de la UBA, la UCA y la ORT entre los capacitadores.
Uno de los que ayuda en la producción y filmación, Matías González, tiene 23 años y hasta hace poco vivía en la villa 21-24 de Barracas. Ahora vive con un amigo en San Telmo. "Al salir del barrio se ven cosas que no se conocían", dice, por eso la señal de TV puede aportar "una mirada desde adentro sobre lo que hace la gente y, así, los de afuera pueden ver que tenemos las mismas capacidades que ellos, pero que nos faltan las herramientas", dijo a LA NACION.
El Canal 31 Mundo Villa TV surgió para cubrir la necesidad de expresión de la gente del barrio, según el director de SOS Discriminación y uno de los creadores y ex director del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), Víctor Ramos. Ramos informó que esta señal se baja también en el Bajo Flores, en el Club 6 de Agosto de la colectividad boliviana -donde también se dictan talleres de periodismo- y que tienen en proyecto conectarla a otras villas.
"El desafío ahora es poder producir contenidos genuinos del barrio", dijo Ramos, e informó que Mundo Villa TV está incluida en un plan cultural en villas que el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia, anunciará en breve. Coscia prometió enviarles cámaras digitales y material didáctico para los cursos.
El Canal 31 fue posible gracias a la inversión inicial de un empresario de Olivos, Osvaldo Cañete, quien concretó la decodificación de la señal y la instalación de la red de cable. "Estamos comenzando. Es algo muy chiquito, tenemos una cabecera de televisión instalada en un sector del barrio gracias a lo que aportaron y pidieron los vecinos", dijo Cañete.
Los talleres en la villa se dictan en la casa del director del canal, Adams Ledezma. "En 200 años de historia, éste es el primer canal de TV en un barrio pobre. Ojalá que no sea el único, para que nuestros chicos tengan una fuente de trabajo y para dar a conocer la verdad: que somos hombres de trabajo y de lucha", dijo Ledezma.
El delegado de la villa 31, sector Güemes, el santiagueño Gustavo Lugones, agrega: "Acá, en el barrio, no entraban las señales de TV. Esto es una oportunidad para que se conozca nuestra realidad y para que los chicos que no estén en la calle o metidos en el paco, estudien y sean periodistas".