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Macri quiere "biciministros" y los obligará a ir a trabajar pedaleando
Una vez al mes no podrán usar los autos oficiales. Busca imponer el método como una alternativa de transporte para todos los ciudadanos.
Guste o no, la decisión está tomada. Lo que nació en una reunión de gabinete como un borrador anónimo, una vaga idea sin dueño, terminó oficializándose de boca del propio Horacio Rodríguez Larreta, como una medida firme, sin derecho a pataleo y con obligación al pedaleo. A partir de julio habrá un día al mes en el que los ministros y subsecretarios de mayor relevancia de la administración macrista no tendrán a su disposición los autos oficiales. Durante esas 24 horas la idea pergeñada por la mesa chica del jefe de Gobierno “invita” a estos funcionarios a desplazarse por las calles de la Ciudad en bicicleta.
Además de democratizar a su gabinete y acercarlo a la gente –también a través de timbreos próximos a iniciarse–, la iniciativa, que entrará en vigencia a partir de julio y se cree que los días viernes, busca fomentar el uso de la bicicleta e imponerla como una verdadera alternativa de transporte. La opción, para aquellos que acusen imposibilidades físicas, estará en el transporte público.
Uno de los que no tendrá problemas en acatar la orden es el subsecretario de Tránsito y uno de los principales impulsores de las bicisendas, Guillermo Dietrich. Deportista por excelencia, el hombre solía entrenar para pruebas del estilo Ironman. Corre casi todos los días y, desde su casa, en Cerrito y Juncal, hasta su lugar de trabajo suele surcar el asfalto con alguna de sus sofisticadas bicicletas plegables. Acaba de adquirir una, marca Tern color blanca, similar a otra de su propiedad, pero de mayor calidad y precio, pues de esa firma no se consigue ningún modelo en menos de $ 5 mil. Entusiasta, Dietrich la utiliza sin amilanarse por las bajas temperaturas y, esquivando una posible pérdida de elegancia, ha reemplazado con estilo el viejo recurso del broche –que evita el engrasado de bocamangas– por unos coloridos precintos en los tobillos.
La medida encontró similar aceptación en el Ministerio de Educación porteño. Esteban Bullrich es maratonista y, como tal, siempre se hace un tiempo para el deporte. Hay días en que recorre al trote los 12 kilómetros que separan su casa, en Núñez, de sus oficinas. Y los que no, utiliza las ciclovías que cubren casi todo este trayecto. Previsor, el ministro lleva en el baúl de su auto el arma para sortear piquetes y congestiones de tránsito: una bici plegable que cada tanto arma a mitad de camino cuando la circulación para los automovilistas se vuelve imposible.
Según el Gobierno porteño, el 2 por ciento de los viajes que se realizan en la ciudad se cumplen en bicicleta. El objetivo, dicen, es que ese número llegue al 5 por ciento. Para eso pretenden extender los actuales 76,64 kilómetros de bicisendas a 120, pasar de 22 a 100 estaciones habilitadas y ampliar la oferta de bicis en 5 mil. La utilización es gratuita y hay inscriptos 49 mil usuarios.
Montado en su bike, al ministro de Hacienda, Néstor Grindetti, le lleva 45 minutos hacer dos a tres veces por semana el trayecto Caballito-Microcentro. Por prescripción médica tiene recomendado el ejercicio para mitigar los dolores de espalda. Algo similar con los tiempos le ocurre a Andrés Ibarra, ministro de Modernización, que a bordo de su mountain color rojo de marca Vairo une Palermo con la zona del centro en menos tiempo que en auto. Ese recorrido se ha transformado en su rutina de los viernes.
Tanto a Marcos Peña como a Francisco Cabrera, en cambio, resulta difícil cruzarlos los días laborables en dos ruedas. Ambos tienen como hábito el uso del velocípedo pero no para dirigirse a sus respectivas obligaciones.
Casi más que a su auto Diego Santilli cuida sus bicis. En sus oficinas atesora una plegable y en su casa otra de novedoso sistema ultraliviano, construida con cañas de bambú. Santilli tiene como costumbre andar en bicicleta junto a su esposa e hijos los fines de semana y, en ocasiones, acudir a alguna que otra actividad de Gobierno sobre ruedas.
Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta integran el grupo de los fanáticos. En los días laborables combinan bicicleta fija en un gimnasio vip de Barrio Parque y no pocas veces se animan a transitar las bicisendas. Jorge Lemus, en cambio, desde su casa en Flores cada vez ve con mejores ojos la opción del transporte público.
Hernán Lombardi es un exquisito en la materia: se da el lujo de elegir cuándo pedalear, pues utiliza una bicicleta eléctrica que adquirió asesorado por otro ministro.
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