Las empresas vuelven a festejar el fin de año
Después de un 2009 con alta capacidad ociosa, la actividad de “despedidas del año” en los hoteles retoma los niveles pre-crisis.
- PorIsabel Stratta
- istratta@clarin.com
Temáticas”.“Flexibles”. “Con tecnología”. En sus distintas fórmulas, las fiestas empresarias de fin de año volvieron, después de un 2009 que los hoteles prefieren olvidar, cuando cientos y miles de metros cuadrados de salones quedaron sin reservar por el impacto de la crisis económica internacional.
Los niveles ya se acercan a los del 2007 –antes del shock que partió por el medio hábitos de gasto de las corporaciones–, estima Analia Ogando, directora de Ventas y Marketing del Hilton Buenos Aires. Propuestas “flexibles” forman este año la oferta de su hotel, dado que muchas compañías siguen cultivando en parte el perfil de austeridad. “Que haya algo para los que quieren show y disc-jockey toda la noche, y algo para los que quieren una reunión informal de menos horas (y por lo tanto menos tiempo de consumos)”, dice.
Desde octubre, el hotel de Puerto Madero, que habilitó para fiestas la terraza, no tiene viernes libres, la fecha más disputada para agasajos que insumen de $380 a $450 más IVA por invitado, según Ogando.
“Hoy se estima que sólo en Capital y GBA habrá unas 2.000 fiestas corporativas de fin de año, 150 de ellas con más de 1.000 invitados (todas las empresas del ranking de las mil mayores del mercado hacen su fiesta de fin de año, y algunas, más de un evento)”, comenta Sergio Ventura, presidente de Kaizen Eventos Corporativos, que tiene entre sus clientes a bancos grandes, YPF y Bodegas Chandon.
En un recodo de la calle Arroyo, el hotel Sofitel (de la cadena francesa Accor) es el favorito para los estilos sigilosos de los grandes estudios contables y de abogados. No centenares, sino grupos de entre 20 y 150 comensales cierran el año allí en fiestas que anclan su diferencia en el menú de cinco pasos, el entorno de boisseries y muebles de estilo, explica el director de ventas, Jorge Almirón. A razón de entre 245 y 450 pesos por elegante comensal, el calendario se extiende desde el 1° de noviembre hasta el 23 de diciembre, y la actividad “superará en un 30% la del año pasado, en términos de facturación”.
A metros de la Plaza de Mayo, el NH City Tower, de la cadena española NH, que con 13 salones y terraza albergó en noviembre varios “fines de año” de corporaciones, también estima que la actividad creció un 30% respecto del 2009.
Cambio de prioridades
Las fiestas corporativas de Capital y GBA moverán entre 100 y 120 millones de pesos, estimando 200.000 invitados a precios del mercado, dicen los especialistas.
“Este año, hacer una buena fiesta para los empleados es prioridad para las empresas; el año pasado, la prioridad era ahorrar”, constata Diego Feldberg, director general de la compañía de eventos y capacitación Dafing Group. En 2009, “aún empresas que estaban teniendo muy buenos negocios en el país optaban por el perfil bajo: organizaban algo en la planta, a razón de unos $160 ó 170 por persona”.
Ahora, las fiestas de $600 por agasajado son el nuevo standard, dice Feldberg (entre cuyos clientes figuran American Express, Banelco, Nextel y muchos otros). Esa cifra resulta de sumar ambientación, fases lúdicas, shows y tecnología, explica. Sobre todo tecnología: “Todo lo que antes se hacía de modo casero, ahora se hace con tecnología: proyectores, ambientación con multipantallas, hasta los juegos”.
De terror
Mientras el director de Dafing Group responde a la entrevista, está terminando detalles de una fiesta en Olivos centrada en el tema del ”terror” (con zombies recibiendo a los invitados y otros emisarios de ultratumba). Las fiestas temáticas siguen fuertes, dice. Caribe, años hippies son algunos favoritos de la imaginación temática.
En el Faena de Puerto Madero, un hotel que suele definirse a sí mismo como un “centro cultural con camas”, prefieren eludir cualquier vocabulario convencional a la hora de referirse a los eventos empresarios. No hay “paquetes” para fiestas, sino que las diseña, a la medida de cada cliente, el departamento de creatividad, el mismo que diseña todo lo que hay en el hotel y su entorno, explica Alan Faena. Jimena Caminos, directora creativa del Grupo, dice que se busca “lo impecable en cada detalle” (a razón de unos $520 promedio per capita), y que el eje es la experiencia del invitado: circular por el hotel es parte de esa experiencia. ¿Tecnología? Sì, pero que no domine, dice. “El mejor sonido y música, por ejemplo; pero que no eclipse las conversaciones”.
Los escenarios para las fiestas se escogen -desde hoteles hasta estancias alquiladas, pasando por y barcos y salones- según el grado de formalidad buscado, dicen los especialistas. “No son decisiones obvias porque hay que compatibilizar un espectro de gustos y edades”.
A 50 minutos de la capital, en Cardales, el hotel Sofitel La Reserva, sólo está admitiendo reservas de fiestas que vengan acompañadas con la correspondiente ocupación de cuartos. Ayudados por lo que dicen es un impetuoso nivel de demanda, “en esta época no reservamos salones sueltos, salvo a clientes muy habituales”, explica el gerente general, Emilio Bissoni.
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