domingo, 3 de junio de 2012

realidad o ficcion

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El cacerolazo se organizó por SMS, Twitter, Facebook y mails anónimos

Aunque Cecilia Pando se atribuyó ser una de las impulsoras, las redes sociales diseminaron la convocatoria. El jueves hay otro.

Por Ezequiel Spillman
03/06/12 - 01:49
 
El cacerolazo se  organizó por SMS, Twitter, Facebook  y mails anónimos Sin firma. Ninguna agrupación firmó los correos o los afiches que circularon.

Dos días de cacerolas ruidosas. Otra vez el método de protesta que estalló en 2001 volvió a hacerse oír. Pero sin corralito ni retenciones móviles contra el campo, ¿cómo surgió el nuevo cacerolazo?
Según pudo reconstruir PERFIL la convocatoria llegó con la colaboración de la tecnología: las redes sociales (Twitter y Facebook), los e-mails, los mensajes de texto y hasta los mensajeros de los celulares.
En la mayoría de los casos no había ninguna agrupación ni figura política detrás en las convocatorias, aunque, a la vez no estaba totalmente claro por qué se protestaba. Las consignas variaban aunque siempre con el tinte anti kirchnerista: desde luchar contra la inseguridad y la corrupción, hasta críticas por las trabas a la compra de dólares.
En este marco, las redes sociales fueron el elemento central para convocar a las cacerolas. En Facebook se taggeaban (se marca una persona amiga en la foto que se sube para que aparezca en el muro) a decenas de personas en los panfletos cibernéticos a fin de alcanzar mayor difusión.
En Twitter el hashtag #Cacerolazo fue el segundo más comentado a nivel mundial durante un par de horas en la red. Incluso, aquellos que no adherían a la protesta armaron otro hashtag denominado #caceroludos en la que se burlaban de los que se quejaban por las calles y en los balcones de sus casas. En especial, se podía leer a los usuarios que se oponían vinculando a aquellos que protestaban con la “oligarquía”, las patronales del campo o un grupo pequeño que sólo busca comprar dólares.
Incluso, se los llegó a comparar con “los mismos que antes tocaban la puerta de los cuarteles”, tal como llegó a decir Daniel Tognetti, el conductor del programa oficialista Duro de Domar.
En cuanto a los correos electrónicos, se armaron varias cadenas de e-mails, prácticamente todas sin firma. Una de ellas rezaba: “Por una Argentina como la que todos queremos, digamos basta. Basta de falta de medicamentos. Basta de trabas a las importaciones y exportaciones. Basta de cepo al dólar. Basta de Ciccones. Basta de violencia verbal. Basta de expropiaciones. Basta de patoterismos. Basta de impunidad. Basta de autoritarismo. Basta de no diálogo. Basta de inseguridad. Basta de corrupción. Cacelorazo el próximo jueves 31 de mayo a las 20:30. Seguir difusión... si querés hacer algo para cambiar”.
Una hipótesis. La falta de un nombre o agrupación que esté detrás de los cacerolazos fue una incógnita aún no develada. Sin embargo, consultada por este diario, Cecilia Pando, esposa de un militar retirado y reconocida por haber reivindicado a la última dictadura militar, se atribuyó parte de la movida: “Nosotros empezamos a convocar el cacerolazo en Cabildo y Juramento, y después empezaron a llegar mensajes a las redes sociales, Facebook y Twitter”. Pando agregó: “Hicimos la primera convocatoria para el jueves (pasado) y como nos fue tan bien, lo repetimos el viernes”. Según dijo, hubo unas mil personas en Cabildo y Juramento (Belgrano), y la gente se le acercaba “a pedirme que arme el cacerolazo”. “Inicialmente fue por la inseguridad y la corrupción, pero en verdad es por la inflación y por el dólar. No podemos comprar ni cien dólares por mes”, concluyó Pando.
Ahora, en Facebook ya circula una nueva misiva convocando para el jueves 7 de junio a las 18.30 en la Plaza de Mayo “y en todas las plazas del país” un nuevo cacerolazo “en paz y sin bandería política”.
Los motivos que se esgrimen son muchos. Aunque en la enciclopedia más grande del planeta, Wikipedia, cuando se busca la palabra “cacerolazo” con el buscador en inglés, aparece una posible definición: “El 31 de mayo un cacerolazo, mucho menor que en 2001 y organizado por Internet, llevó a una protesta mayoritariamente contra los controles del Gobierno de Cristina Kirchner en el mercado de cambio de monedas extranjeras”.

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