viernes, 17 de junio de 2011

la prensa hegemonica

Laberinto político

Cristina danza entre vices

Por Lucrecia Bullrich
De la Redacción de lanacion.com

Viernes 17 de junio de 2011 | 00:41 (actualizado a las 02:49)

Por Lucrecia Bullrich De la Redacción de lanacion.comFoto: Ilustración: Sebastián Domenech

Aníbal Fernández lo repite cada vez que puede: "La única condición que debe tener el vice, aparte de los conocimientos propios de la función, es no ser traidor como Cobos". El límite por exclusión quedó trazado sin vuelta hace casi tres años en la histórica madrugada del "no positivo".
Cuando, en cambio, la pregunta se plantea por la positiva, las certezas se evaporan. ¿Qué condiciones sí debe reunir el candidato a vice de Cristina Kirchner si ella finalmente decidiera competir por la reelección? ¿Quién será el elegido?
La incógnita dejará de serlo, a más tardar, el sábado de la semana próxima, cuando venza el plazo para inscribir candidatos. Hasta entonces, las especulaciones, (tanto como las apuestas que circulan por lo bajo en los pasillos de la Casa Rosada) prometen multiplicarse.
Ocurre que en la definición de quién será el candidato a vice, Cristina Kirchner se juega mucho más que la elección de su compañero de fórmula. La decisión funcionará además como un indicador del sello que buscará imprimirle a un eventual próximo mandato. Será además una señal a alguna de las usinas de poder que hoy alimentan su poder.
La lista de posibles compañeros de fórmula es larga. Y se mueve con el frenesí de una pizarra de la Bolsa. En busca de claridad, la nómina podría dividirse en tres grandes lotes.
El primero es el de los ultra K y concentra los nombres a los que se les atribuyen mayores chances. Lo integran Juan Manuel Abal Medina (para muchos el favorito indiscutido), Amado Boudou, Alicia Kirchner y Carlos Zannini.

"La elección del vice funcionará como un indicador del sello que buscará imprimirle a un eventual próximo mandato"

El principal capital que los aúna, y los vuelve "vicepresidenciables", es el de la fidelidad a prueba de balas, el alineamiento que nada sabe de disidencia, el acompañamiento sin rendijas. Sobre ese telón de fondo, la figura de Abal Medina cotiza en alza y se recorta con nitidez: es joven, eficiente y convencido. Amigo del bajo perfil y, pese a ser el secretario de Medios, prefiere tener los micrófonos bien lejos. En el universo simbólico oficialista aparece además como una suerte de "heredero político" de Néstor Kirchner.
Paradójicamente, sus flancos débiles coinciden con sus fortalezas. Sus detractores apuntan a su juventud y su falta de experiencia y apuntan (no sin malicia) que, como presidente del Senado, el vicepresidente debería ser un hombre curtido y preparado para lidiar con las sorpresas desagradables que podría deparar el Congreso, sobre todo en un mandato que Cristina Kirchner encararía sin el colchón de la reelección como horizonte.
Amado Boudou escaló en la lista de posibles vices sobre todo desde que Cristina Kirchner lo dejó afuera de la pelea por la jefatura de gobierno porteño. Sonó entonces con fuerza la teoría de que el ministro de Economía recibiría la candidatura como una especie de premio consuelo. Sin embargo, cuesta creer en la vicepresidencia como un bálsamo frente a la batalla perdida en la ciudad. Si la Presidenta eligiera a Boudou tendría que pensar, casi en simultáneo, quién podría reemplazarlo al frente del Palacio de Hacienda.
El nombre de Alicia Krchner emergió hace pocos días, cuando circuló con fuerza la versión de que, en medio de una fuerte presión familiar, la jefa del Estado analizaba la posibilidad de dejar el poder el 10 de diciembre. La propuesta no cosechó muchos adeptos, pero el solo hecho de que haya circulado es todo un indicador de cómo la voluntad de reforzar la mística del apellido Kirchner está vigente.
Carlos Zannini suma puntos por integrar el cada vez más exclusivo círculo de colaboradores Cristina Kirchner. Por las manos del secretario legal y técnico pasan hoy casi todas las decisiones de gestión.

"En el universo simbólico oficialista Abal Medina aparece como una suerte de heredero político de Néstor Kirchner"

En el segundo lote esperan los gobernadores Jorge Capitanich (Chaco), Sergio Urribarri (Entre Ríos) y José Alperovich (Tucumán). El chaqueño es quien aparece con más chances. Reúne atributos muy valorados por la Presidenta: es joven y un "defensor a ultranza del modelo", como lo califican en los pasillos del poder.
Quedó claro que Alperovich, cuyo nombre sonó con insistencia hace unos meses, no recibió indicios de Balcarce 50 en las últimas semanas. De hecho, está concentrado en la campaña para ser reelecto en su provincia el 28 de agosto. Hay quienes en la lista incluyen además al santiagueño Gerardo Zamora, aunque su origen radical podría dejarlo (premisa de Aníbal mediante) fuera de carrera.
Otro que ya hace meses quedó en el camino es el sanjuanino José Luis Gioja. Sus chances se esfumaron con la muerte de Néstor Kirchner. Rápido de reflejos, en cuanto supo que el camino a la Casa Rosada no estaba habilitado para él, Gioja se ocupó de garantizarse la posibilidad de un tercer mandato por el que competirá el 23 de octubre.
Elegir a un gobernador sería sin duda una señal al PJ, una muestra de que el peronismo tradicional seguirá teniendo influencia pese al avance, a esta altura inegable, de los jóvenes identificados con el kirchnerismo a ultranza.
Hay un tercer lote que conviene reservar para los outsiders. El grupo empieza y termina en Eugenio Zaffaroni, cuya postulación empezó a circular como posible hace pocos días. Sin embargo, anoche el magistrado desmintió esas versiones.
Casualmente o no, el juez de la Corte se convirtió hace pocas horas en el primer juez de la Corte en opinar sobre el escándalo por el manejo de fondos públicos que ubicó a las Madres de Plaza de Mayo en el centro de la escena hace ya tres semanas.
Elegir a Zaffaroni, uno de los símbolos de la reforma del máximo tribunal que Néstor Kirchner inició en 2004, podría servir para "relanzar" la gestión de Cristina Kirchner y retomar el discurso de "reconstrucción institucional" con el que la Presidenta hizo campaña en 2007. El mismo que quedó sepultado bajo el escándalo de la valija pocas horas después de que asumiera.
En este último grupo convendría incluir por último al "candidato sorpresa" ese en el que nadie pensó, pero que termina quedándose con el premio. La Presidenta también podría optar por el factor sorpresa.
Las alternativas están sobre la mesa. Igual que el reloj que marca la cuenta regresiva y que dejará de funcionar dentro de solo siete días.

No hay comentarios:

Publicar un comentario