cristina, el peronismo y la reeleccion
La noticia electoral 2011
Cristina Kirchner terminó de despejar las incógnitas acerca de la arquitectura electoral nacional. Todos los diarios del país pusieron en tapa y a título destacadísimo su decisión de intentar ser reelecta. Su lanzamiento constituyó la noticia electoral de 2011, sin que ningún otro acontecimiento ligado a la oposición compitiera con su magnitud. No es casual tanto impacto político y mediático.
La hegemonía electoral de Cristina es muy amplia. Todos los estudios de opinión muestran que se dibuja un escenario similar a 2007: la Presidenta en torno al 46% de los votos, con una segunda minoría de Ricardo Alfonsín con 18% y ya no de Elisa Carrió, que ve desmoronarse aquellos 4,5 millones de votos a poco más de una décima parte.
La tercera minoría la disputan Hermes Binner y Eduardo Duhalde, con el 6% de los votos nacionales. Pero a medida que el gobernador de Santa Fe baje su nivel de desconocimiento, se ubicará tercero, con un piso del 10% de los votos.
Con el espacio de centroderecha vacante por la inexplicable negativa de Mauricio Macri a ocuparlo, y ante la alternativa de optar por Alfonsín o Binner, buena parte del electorado de centroderecha hará voto útil por Cristina, que está en condiciones de mejorar su performance de 2007.
El plexo del voto será peronista típico, con un fuerte componente de centroderecha en regiones de segmentos medios vinculados a la producción agropecuaria.
Adicionalmente, en la zona metropolitana, en menor medida en Gran Rosario y Gran Córdoba y apenas en el Gran Mendoza, Cristina recibirá votos progresistas de centroizquierda, que representan un 5% nacional, pero tienen una amplia impronta mediática y están siempre dispuestos a dar “la batalla cultural”.
Se trata de sectores progresistas urbanos, cuyos intelectuales orgánicos sacan libros y producen películas, series, documentales con pasmosa facilidad, y construyen sin dificultad parte del relato hegemónico imaginario del kirchnerismo como experiencia “progresista de centroizquierda” y como si esto fuera poco, “superadora” del peronismo al que, por otra parte, en muchos casos, tal como sucede desde hace más de sesenta años largos, juzgan “agotado”.
Cada uno construye el relato a la altura de sus deseos; y lo bien que hace. Lo cierto es que, también hoy, en la experiencia kirchnerista, como ya lo señalara el general Perón, “los hay combativos, los hay contemplativos, los hay ortodoxos, los hay heterodoxos, pero todos trabajan”.
Pero, más allá de los que supongan sus electores, resulta muy interesante el diverso mix de votos que sostiene hoy la candidatura de Cristina Kirchner en la nueva fase de la compleja experiencia populista del peronismo en su modalidad kirchnerista.
En octubre de 2011, como nunca antes desde abril de 2003, cuando Néstor Kirchner inició el despliegue del proyecto que hoy encarna la Presidenta, el peronismo en su fase kirchnerista ve muy reforzado su perfil de catch all party, un dispositivo “atrapalotodo” típico de los populismos, que recoge tradiciones variopintas de izquierda a derecha del arco ideológico nacional, y atraviesa la estructura social desde la base a la cima de los estratos, como corresponde habitualmente en nuestra historia política a toda opción de mayorías con vocación social transformadora en orden a mayores niveles de justicia y equidad.
*Director de Consultora Equis.
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