jueves, 18 de agosto de 2011

hay mora,pera,mandarina y naranjas al por mayor

Despolitizando a los argentinos

Por Manuel Mora Y Araujo
15/08/11 - 03:58

Muchas mediciones de opinión pública continúan registrando alto grado de confusión en la ciudadanía con respecto a qué y cómo se votó este domingo 14 de agosto. Se entiende por qué sucede eso. Casi todas las campañas para esta instancia han transmitido el mensaje de que el resultado puede ser decisivo con vistas a la elección presidencial de octubre. Ahora, decisivo ¿para qué?. No es automática la comprensión de que, por ejemplo, si uno vota en la interna del Frente para la Victoria, optando por la única candidata en carrera, eso aumentaría las chances ganadoras de la Presidenta en octubre; lo mismo se aplica, obviamente, a cualquiera de los otros candidatos, ninguno de los cuales tiene competidores en su propia interna.
Imaginemos un santafecino. En la elección provincial pasó por la primaria abierta semanas antes de la elección general. Si tiene memoria, sabe que más gente votó en la interna del Frente para la Victoria que en la del socialismo, para no hablar del frente que llevó como candidato a Miguel Del Sel. No será fácil convencerlo de que eso tuvo algo que ver con el resultado de la elección general –y si no, que le pregunte a Rossi–.
Este sistema se utiliza por primera vez en nuestro país en una elección nacional. Antes se votaba, eventualmente, en internas –ahora se cambió la palabra por primarias–, y a veces las internas eran abiertas. No siempre tuvieron buena prensa. En el nuevo sistema PASO, la obligatoriedad es otro elemento novedoso y la utilización de un padrón general sin previa inscripción en algún partido o alianza también lo es. No hubiera sido difícil comunicar al ciudadano en qué consisten estos cambios. Pero esa comunicación ha quedado bastante diluida en la comunicación de las campañas, que hablan de otra cosa. Las campañas vienen diciéndole que su voto este domingo es un compromiso con un candidato que competirá en octubre; le plantean al ciudadano un mandato: votame en la interna, no para ganarle a alguien, sino para emitir una señal de tu opción en octubre.
En otras palabras, se le presenta al comensal el menú de la comida que se servirá dentro de dos meses y se le dice que tiene que decidir ahora qué comerá ese día. No es muy razonable. Para más, algunos candidatos cuyo caudal electoral se presume bajo están emitiendo otro mensaje: votame para salvarme de la trituradora del 1,5%. Un motivo adicional, y distinto, para votar este domingo.
La lógica de una primaria, o interna, no es pulsar y medir la capacidad de convocatoria de un partido, sino dirimir quién será candidato por ese partido. Aquí se ha mezclado esa lógica con otras. El resultado es confusión en los votantes.
Como si eso fuera poco, en algunos distritos la primaria realmente funcionará como las internas tradicionales para dirimir listas de candidatos por debajo de los presidenciales. En esos casos, el sentido de la primaria es más evidente para cualquiera. Pero, como solía suceder, el votante encontrará en el cuarto oscuro una plétora de ofertas –en algunos casos de varias decenas de listas– que resultará tan confusa como siempre lo fue.
Ya sabemos que los candidatos que terminen siendo respaldados este domingo por un mayor número de votantes proclamarán que ya están contando los votos que recibirán en octubre. Pero, más allá de la escenificación, ¿cómo se interpretará el caudal de cada candidato, por amplio que sea, si se diese el hipotético caso de que la concurrencia a votar este domingo fuese baja? Formalmente, sólo cuentan los votos emitidos, claro. Pero, ¿cómo trasladar los votos emitidos, si la concurrencia es baja, a la elección de octubre, cuando presumiblemente será alta?
Todo esto parece más de lo que ya se viene observando en la relación entre los jugadores activos de la política y el público general: los políticos hablan de lo que a ellos les preocupa o les interesa; los ciudadanos se mueven entre la curiosidad y el desinterés. Porque, ¿cómo se puede sostener un diálogo intenso cuando una de las partes sólo habla de lo que a la otra le interesa poco o nada?
Esta primaria bien puede estar contribuyendo a despolitizar un poco más al común de los argentinos –lo que no es poco decir, porque bastante despolitizados ya están–.

*Profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.

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