Ballottage: Clarín y La Nación ya trazan el operativo “Macri 2015”
Publicado el 2 de Agosto de 2011Además de referirse a la elección porteña como un resultado que impactó principalmente y en primer término en el gobierno nacional, los medios hegemónicos eligieron dirigir sus análisis hacia el supuesto “voto antikirchnerista”.
La reelección de Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el PRO ocupó el primer lugar en la agenda de la gráfica nacional, donde los medios dominantes y sus aliados compitieron para utilizar términos contundentes, siempre señalando el impacto en el kirchnerismo y el gobierno nacional por sobre la elección local.
La nacionalización de la elección instalada por Clarín, La Nación, El Cronista, entre otros, hizo que el rival de Macri no fuera, para estos medios, Daniel Filmus, sino la presidenta. Entonces, se asistió a la tergiversación discursiva de poner en el mismo plano al jefe de gobierno porteño con la presidenta. Clarín titula: “El 64% votó a Macri y hundió al kirchnerismo”.
Otra falacia que los medios dominantes intentan destacar es la lectura del sufragio a Macri como un “voto antikirchnerista”, cuando analistas de opinión pública coinciden en que parte de ese electorado en octubre votará por Cristina. Por eso, Clarín en la página 9 titula que “la polarización anti K creció y dominó el final de la pelea porteña”. En esa dirección avanza la columna del editor general Ricardo Kirschbaum en la página 2, al sostener que “esta amplia diferencia merece una lectura más cuidadosa porque en la polarización que la Constitución prevé para definir una elección se juegan valores que trascienden la escena local”.
La Nación, en tapa, decide titular: “Macri, aplastante”, y en parte de la bajada también afirma, en consonancia con Clarín y el resto de la oposición: “La oposición nacional consideró que fue un voto antikirchnerista”.
En la página 4, el diario de los Mitre titula que “Macri arrasó y gobernará hasta 2015”. El dúo mediático Clarín-La Nación de nuevo vuelve a señalar al jefe del PRO como “nuevo líder de la oposición”, recurso que vienen repitiendo por lo menos desde 2007 en adelante. En Clarín, el editorialista Eduardo van der Kooy remarca: “Macri afianza su liderazgo opositor… El golpe en Capital tendría un significado amenazante más amplio para el kirchnerismo que el de la simple resignación de uno de los cuatro distritos electorales más importantes de la nación.”
En La Nación, Joaquín Morales Solá enfatiza: “Un nuevo líder de alcance nacional… ayer tal vez surgió un nuevo liderazgo político nacional (…) Con elecciones mejores que las de hace cuatro años, el jefe de gobierno porteño se convirtió también desde anoche en un referente insoslayable de la política nacional.”
Ante un panorama de alabanzas a Macri en los análisis políticos, llama la atención la columna de Carlos Pagni en la página 9: “La peripecia del macrismo es una desmentida al optimismo de quienes suponen que las miserias de la política pueden ser redimidas renunciando a la política. Es decir, sustituyendo su racionalidad por otra; la de la empresa, por ejemplo. De tanto ensayarla, es posible que Macri advierta los límites de esa receta cuando se la quiera aplicar a una escala más ambiciosa que la municipal. No es seguro que logre superar el cómodo umbral en el que se halla detenido. Para hacerlo, tendría que explicitar una concepción del país y diseñar una estrategia para su realización colectiva. Una meta inalcanzable si no edifica un partido; para eso no alcanza con volver más numeroso el cardumen que lo sigue. Construir un partido significa democratizar la toma de decisiones. Es un paso muy audaz para la escuela de poder en que se formó Macri.” Ante una instalación sin miramientos de la idea de “Macri 2015”, el columnista, esta vez, decidió intentar aproximarse a un análisis más profundo de la proyección nacional real del macrismo.
La tapa de El Cronista, de De Narváez, también apunta hacia la presidenta y titula: “Amplio triunfo de Macri en Capital obliga a Cristina a un gesto de moderación”. En la página 17, Luis Majul titula en su columna: “Cristina gana pero ya fue”.
En Página/12, Mario Wainfeld analiza : “(Macri) Se colocó en un rol casi de estadista y de una suerte de líder nacional, gran elector. No lo es, porque así lo resolvió meses atrás. Es (ni menos ni más) un mandatario con alto conocimiento público, taita en su bastión, que le hurtó el cuerpo a la disputa por la Casa Rosada.” <
La reelección de Mauricio Macri como jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por el PRO ocupó el primer lugar en la agenda de la gráfica nacional, donde los medios dominantes y sus aliados compitieron para utilizar términos contundentes, siempre señalando el impacto en el kirchnerismo y el gobierno nacional por sobre la elección local.
La nacionalización de la elección instalada por Clarín, La Nación, El Cronista, entre otros, hizo que el rival de Macri no fuera, para estos medios, Daniel Filmus, sino la presidenta. Entonces, se asistió a la tergiversación discursiva de poner en el mismo plano al jefe de gobierno porteño con la presidenta. Clarín titula: “El 64% votó a Macri y hundió al kirchnerismo”.
Otra falacia que los medios dominantes intentan destacar es la lectura del sufragio a Macri como un “voto antikirchnerista”, cuando analistas de opinión pública coinciden en que parte de ese electorado en octubre votará por Cristina. Por eso, Clarín en la página 9 titula que “la polarización anti K creció y dominó el final de la pelea porteña”. En esa dirección avanza la columna del editor general Ricardo Kirschbaum en la página 2, al sostener que “esta amplia diferencia merece una lectura más cuidadosa porque en la polarización que la Constitución prevé para definir una elección se juegan valores que trascienden la escena local”.
La Nación, en tapa, decide titular: “Macri, aplastante”, y en parte de la bajada también afirma, en consonancia con Clarín y el resto de la oposición: “La oposición nacional consideró que fue un voto antikirchnerista”.
En la página 4, el diario de los Mitre titula que “Macri arrasó y gobernará hasta 2015”. El dúo mediático Clarín-La Nación de nuevo vuelve a señalar al jefe del PRO como “nuevo líder de la oposición”, recurso que vienen repitiendo por lo menos desde 2007 en adelante. En Clarín, el editorialista Eduardo van der Kooy remarca: “Macri afianza su liderazgo opositor… El golpe en Capital tendría un significado amenazante más amplio para el kirchnerismo que el de la simple resignación de uno de los cuatro distritos electorales más importantes de la nación.”
En La Nación, Joaquín Morales Solá enfatiza: “Un nuevo líder de alcance nacional… ayer tal vez surgió un nuevo liderazgo político nacional (…) Con elecciones mejores que las de hace cuatro años, el jefe de gobierno porteño se convirtió también desde anoche en un referente insoslayable de la política nacional.”
Ante un panorama de alabanzas a Macri en los análisis políticos, llama la atención la columna de Carlos Pagni en la página 9: “La peripecia del macrismo es una desmentida al optimismo de quienes suponen que las miserias de la política pueden ser redimidas renunciando a la política. Es decir, sustituyendo su racionalidad por otra; la de la empresa, por ejemplo. De tanto ensayarla, es posible que Macri advierta los límites de esa receta cuando se la quiera aplicar a una escala más ambiciosa que la municipal. No es seguro que logre superar el cómodo umbral en el que se halla detenido. Para hacerlo, tendría que explicitar una concepción del país y diseñar una estrategia para su realización colectiva. Una meta inalcanzable si no edifica un partido; para eso no alcanza con volver más numeroso el cardumen que lo sigue. Construir un partido significa democratizar la toma de decisiones. Es un paso muy audaz para la escuela de poder en que se formó Macri.” Ante una instalación sin miramientos de la idea de “Macri 2015”, el columnista, esta vez, decidió intentar aproximarse a un análisis más profundo de la proyección nacional real del macrismo.
La tapa de El Cronista, de De Narváez, también apunta hacia la presidenta y titula: “Amplio triunfo de Macri en Capital obliga a Cristina a un gesto de moderación”. En la página 17, Luis Majul titula en su columna: “Cristina gana pero ya fue”.
En Página/12, Mario Wainfeld analiza : “(Macri) Se colocó en un rol casi de estadista y de una suerte de líder nacional, gran elector. No lo es, porque así lo resolvió meses atrás. Es (ni menos ni más) un mandatario con alto conocimiento público, taita en su bastión, que le hurtó el cuerpo a la disputa por la Casa Rosada.” <
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