La posta electoral argentina
Esteban Valenti
31.07.2011
Los uruguayos creemos que nuestro proceso electoral es de los más largos y complicados del mundo. Nada que ver. Observen el proceso argentino.
Hace varios meses que se realizan elecciones a una o dos vueltas – de acuerdo a la constitución provincial – en varias provincias. El 10 de julio pasado se realizaron las elecciones para Jefe de Gobierno de la Capital Federal, en esa instancia Mauricio Macri del centro-derecha le sacó 19 puntos de ventaja a Daniel Filmus del kirchnerismo. Hoy domingo 31 de julio habrá balotaje. Ganará Macri.
El pasado domingo 24 de julio se votó en la provincia de Santa Fe, el socialista Antonio Bonfatti obtuvo el 38.7% de los votos y renovó el mandato del progresismo encabezado por el actual gobernador Hermes Binner. El kirchnerismo tuvo un revolcón todavía mayor que en Capital Federal, con el 22% de los votos. En el año 2007 había obtenido el 38%. La sorpresa fue la alta votación de Miguel del Sel, integrante de conjunto cómico Los Midachi y apoyado por Mauricio Macri. Susana Jiménez y varios
integrantes de la farándula le hicieron campaña gratis y entusiasta. Se podría decir: ¡la farándula al poder!
El domingo 9 de agosto, es decir una semana después del balotaje en Capital Federal hay elecciones en la provincia de Córdoba. Allí ganará sin falta el anti kirchnerismo, porque tanto José Manuel De La Sota que es favorito, como Luis Juez que apoya la fórmula de Binner no son “K”. Y uno de los rasgos distintivos del kirchnerismo es la fractura: lo integran o son aliados incondicionales o son enemigos.
Una semana después, el 14 de agosto hay elecciones internas simultaneas de todos los partidos para elegir las fórmulas y las listas, con voto obligatorio. Es decir que el ciudadano que no voté en esa instancia muy difícilmente podrá votar el 23 de octubre en las elecciones nacionales. Si una de las formulas presentadas a esas elecciones internas no obtiene el 1.5% del total de los votantes no puede presentarse en las nacionales.
Las elecciones nacionales son el 23 de octubre, donde además de elegir presidente y vicepresidente, que es el presidente del senado (sin voto, puede sólo desempatar) se eligen diputados nacionales y nada menos que es la elección en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral con el 38% del padrón. Que en definitiva tendrá una influencia muy grande en el resultado nacional.
En la provincia de Buenos Aires se enfrentan el actual gobernador -que va por la reelección - Daniel Scioli (kirchnerismo), Francisco de Narváez (peronismo disidente que apoya a nivel nacional a Alfonsín) y Margarita Stolbizer, ( de origen radical) que integra el Frente Amplio Progresista y apoya a Binner.
En la elección presidencial si alguno de los candidatos no obtiene más del 40% del total de los votos y le saca 10% de ventaja al segundo se irá a un balotaje, tres semanas después. Como puede apreciarse es una maratón con muchos cambios de posta, con condiciones diferentes de acuerdo a las constituciones provinciales.
Hay grandes corrientes de opinión, por sobre todas ellas el peronismo, que es la gran mayoría. Peronista es Cristina Fernández, es Eduardo Duhalde, es Alberto Rodríguez Saa, todos candidatos a presidente. Peronista es De Narváez candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires y sustento político fundamental de Ricardo Alfonsín. Peronistas o de ese origen son varios de los que integran el Frente Amplio Progresista, en Córdoba y fundadores de la central sindical alternativa, la CTA.
Luego están los radicales, cuyo candidato oficial es Ricardo Alfonsín y hay varios radicales o de ese origen que apoyan a Binner, incluido el hijo del recordado presidente Arturo Illia, depuesto por el golpe de Onganía. Los radicales participan del Frente Progresista que gobierna en Santa Fe.
Está el socialismo, que encabeza Hermes Binner y que luego de las elecciones internas en la provincia de Santa Fe, donde fueron con dos candidatos, ha logrado unificar a su partido detrás de su candidatura presidencial.
Hay varios candidatos provenientes del Partido Comunista que no son oficialmente representantes de ese partido, como Martín Sabbatella o Daniel Filmus apoyando o integrando el kirchnerismo. Como puede apreciarse para seguir la política argentina hay que tener un muy buen calendario y un mapa muy detallado. O un guía.
En todas estas elecciones las que peor salieron, fueron las encuestadoras. Se dice que en la Argentina las empresas producen dos informes: uno interno y otro para su difusión. Son una especie de INDEC privado. Le erraron como a las peras en Capital Federal, la diferencia que pronosticaron de Macri sobre Filmus se duplicó; le erraron feo en Santa Fe, no previendo la subida de Del Sel a esos niveles y ahora están bajo fuego graneado sobre las encuestas nacionales que dan una cómoda victoria para Cristina Fernández.
El proceso electoral tiene algunas cosas muy buenas: por ejemplo la publicidad gratuita en todos los medios electrónicos de las diversas candidaturas, un límite de gastos que no debería ser superado por los partidos ni los candidatos. Es sin duda un avance democrático importante aprobado en este gobierno.
Y tiene otras cosas insólitas – al menos para los uruguayos – la Presidenta y antes, otros presidentes participan directamente en la campaña, desde su puesto en el gobierno, utilizando a diestra y siniestra todos los medios disponibles: aviones, vehículos, helicópteros oficiales y naturalmente la cadena de radio difusión o el Canal 7 estatal.
Hecha esta breve descripción que necesitaría de la asistencia de algún elemento gráfico, corresponde definir – según mi opinión – que es lo que está en juego. ¿Hay derecha, centro e izquierda? Naturalmente. Mauricio Macri es claramente el centro derecha y con la ayuda de los ímpetus intervensionistas y los ataques del kirchnerismo se impuso cómodamente en Capital Federal. Con un gobierno de la ciudad menos que mediocre.
El kirchnerismo lo transformó en una víctima, polarizó la elección y colocó a Macri como el dique de contención contra el avance kirchnerista sobre la ciudad y hoy en el balotaje el centro derecha va a superar el 60% de los votos. Nada alentador.
A nivel nacional el favoritismo es para Cristina Fernández, pero si no gana en primer vuelta, las cosas pueden cambiar radicalmente. Hay una mayoría de ciudadanos que se oponen con distintos matices al superpoder de los “K”, incluyendo sectores de la derecha, del centro y de la izquierda. La oposición es variopinta.
Eduardo Duhalde, ex vicepresidente de Carlos Menem, ex gobernador de la provincia de Buenos Aires y el que sumió la presidencia en el momento más álgido de la crisis del 2001 y llevó el país a las elecciones y gran elector original de Nestos Kirchner, está de punta y sale de punta con los tapones hacia delante contra la presidenta y su entorno. Es el llamado peronismo federal.
Hermes Binner, 8 años intendente de Rosario, la segunda ciudad más grande de Argentina con un gobierno de excelentes resultados (los socialistas gobiernan desde hace 20 años y reeligieron a una intendenta el domingo pasado) y 4 años de gobernador de la provincia de Santa Fe, con más de 60% de aprobación a su gestión, encabeza la fórmula con la senadora cordobesa Norma Morandini.
Es lo único nuevo en el panorama político nacional. Su fuerza política se llama el Frente Amplio Progresista, sus grandes postulados económicos, sociales, democráticos se llama a los procesos de centro izquierda que viven varios países de América Latina y en particular Brasil y Uruguay.
Tiene un enorme capital democrático y ético en la figura de un gobernante al que todos le reconocen su capacidad de diálogo, su profundo respeto institucional y su honestidad a toda prueba. Y una gestión muy exitosa en Rosario y en la provincia de Santa Fe.
Las elecciones del próximo 14 de agosto son fundamentales para determinar quien será la figura de la oposición que tendrá las mayores chances de disputarle al kirchnerismo el gobierno, ese será un imán importante para muchos votantes. Faltan sólo dos semanas...
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