martes, 7 de junio de 2011

ojo muchachos

El peligro que corren los políticos en las redes sociales

El caso de un congresista estadounidense es la más reciente evidencia de cómo errores en el manejo de esas herramientas pueden afectar promisorias carreras

Martes 07 de junio de 2011 | 08:42 (actualizado a las 08:42)
El peligro que corren los políticos en las redes sociales
Foto Reuters
En una escena muchas veces repetida, el representante demócrata por Nueva York, Anthony Weiner, admitió ayer entre lágrimas en una tumultuosa rueda de prensa haber tenido relaciones "inapropiadas" extramatrimoniales.
No es nada nuevo en la política estadounidense, lo novedoso es que se trató de relaciones virtuales -según Weiner- descubiertas por un error a la hora de enviar el mensaje a través de Twitter a una de las mujeres involucradas.
Es el último caso de la reciente tendencia en la que políticos se ponen en evidencia por un "error de tecleo" mientras manejan redes sociales, páginas web u otro tipo de sistema de comunicación interpersonal.
Wiener reconoció haber enviado una foto de él en ropa interior a una universitaria en Seattle, aunque por más de una semana había negado que fuera de él y aseguraba que su cuenta pudo haber sido hackeada.
Pero si le pasa a Sony y Google, cuyos ultra protegidos sitios web han sido víctimas de la piratería electrónica, no sería descabellado pensar que alguien pudiera querer dejar en posición comprometida a un político.
Error de tipeo. Finalmente este lunes el congresista reconoció que la foto era suya, que había sido una broma y que pretendió ser un mensaje privado que "por error" quedó a la vista de todos sus seguidores.
Dijo de todo, hasta reconoció haber tenido relaciones virtuales con unas seis mujeres mediante su cuenta de Facebook, pero no creyó necesario anunciar su renuncia. Pero incluso la versión que está ofreciendo Wiener para tratar de zanjar el escándalo ha sido inmediatamente puesta en duda a través de la misma red social en la que se generaron sus problemas.
Remarcando la instantaneidad de las comunicaciones, apenas Weiner reconoció sus errores y ofreció las disculpas de rigor, la mujer con la que supuestamente está involucrado virtualmente usó su cuenta Twitter para negar que tenga algún vínculo con el congresista.
"Él ha tenido seis relaciones inapropiadas con mujeres online en los últimos tres años. Por si no fuera claro, yo no era una de ellas", escribió Genette Córdova, una estudiante de comunicaciones del estado de Washington.
Pero según el bloguero conservador Andrew Breitbart, en cuyo sitio BigGovernment.com salió la primera foto del caso, hay otras mujeres y más materiales que hablarían de un patrón de conducta de parte de Weiner.

El caso de un congresista estadounidense es la más reciente evidencia de cómo errores en el manejo de esas herramientas pueden afectar promisorias carrerasFoto: Reuters

Gol en contra. La era de la información instantánea está dejando a políticos -y otras figuras públicas- con menos espacio privado que antes, aunque en casos como el de Weiner sean los propios afectados los que parecen estar ayudando a derribar las murallas de la privacidad con cierta dosis de torpeza electrónica.
Hace dos semanas en el estado que representa Weiner, Nueva York, se realizó una elección especial para llenar la vacante que dejó en febrero el congresista republicano Chris Lee, después de que éste enviara un foto suya con torso desnudo a una mujer que conoció en un sitio internet de ventas y servicios personales.
Lo que sorprende es la rapidez con la que se conocen los datos escandalosos.
Hasta el mediodía del 10 de febrero pocos conocían a Lee más allá de los límites de su circuito electoral. Pasadas las 2 de la tarde el sitio web Gawker puso la foto del congresista y un supuesto intercambio de correos electrónicos en el que se presentaba como un abogado divorciado. A las 6 de la tarde del mismo día Lee anunció su renuncia al cargo y que se dedicaría a reparar su relación con su esposa.
Lupa virtual. La lupa virtual sobre las vidas privadas ha ganado poder con la explosión de internet.
En enero de 1998 fue un sitio web, el Drudge Report, el que destapó el caso de las relaciones entre el entonces presidente Bill Clinton y la pasante de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, recogiendo una historia que supuestamente ya manejaba -pero que no había publicado- la revista Newsweek.
Sin embargo, pasó más de un año antes de que terminara la saga del "caso Lewinsky" con la exoneración en febrero de 1999 de Clinton en el Senado, dos meses después de haber sido condenado políticamente por la Cámara de Representantes.
En aquellos tiempos más primitivos de la red no hubo fotos del famoso vestido azul manchado de semen que fue la prueba que convenció al fiscal especial, Kenneth Star, de que el mandatario había mentido bajo juramento.
Salvo el recurrente video en el que se veía a Clinton saludando entre una multitud de trabajadores a Lewinsky, nadie logró desenterrar fotos o comunicaciones que señalaran al mandatario.
Era una época en la que los celulares eran sólo teléfonos y por tanto había pocas ocasiones para que otros -o uno mismo - tomaran fotos comprometedoras y menos para que se pusieran a circular inmediatamente en internet.

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