domingo, 7 de agosto de 2011

conductas del votante

La experiencia santafesina marca que las primarias no definen la general

En 2007 el Frente Progresista de Binner perdió la interna contra el FpV de Bielsa. Pero después ganó la general. Este año también hubo grandes virajes. Qué puede pasar en las elecciones nacionales.

Por Gabriel Ziblat
07/08/11 - 02:03
La experiencia santafesina marca que las primarias no definen la general

Como ante todo sistema novedoso, los resultados de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), que debutan el próximo domingo, deberán ser estudiados con especial atención. Los números, sin duda, condicionarán de una manera u otra el escenario de cara a las elecciones generales del 23 de octubre. Pero esto no significa que se pueda hacer una lectura lineal entre una y otra votación.
El estudio de otras experiencias de elecciones primarias demuestra que los resultados de la primera elección no se reeditan de igual forma en la general. Un claro ejemplo se da en la provincia de Santa Fe, donde desde 2007 se realizan elecciones primarias. De hecho, cuando el Gobierno nacional anunció el proyecto que establecía las PASO repetía que estaban pensadas a imagen y semejanza de las santafesinas.
Los números de la provincia del litoral demuestran que los comportamientos de los votantes varían de una a otra elección. En 2007, en las primarias el Frente para la Victoria (46,47%) consiguió más votos que el Frente Progresista (44,96%). En la primera, se medían Rafael Bielsa y Agustín Rossi y en cambio en la segunda, estaba Hermes Binner solo, sin ningún contendiente. En las elecciones generales, unos meses después, Binner le ganó a Bielsa por 48,71% contra 38,78%.
Este año, las primarias volvieron a mostrar un escenario distinto al de las elecciones generales. El frente más votado fue el peronista, que se presentó con el nombre Frente Santa Fe para Todos y consiguió el 42,63% que se dividían en los votos de Agustín Rossi, Rafael Bielsa, Omar Perotti y Juan Carlos Mercier. El Frente Progresista, que tenía también cuatro candidatos, sacó el 40,98%. Miguel del Sel, que se presentaba solo, arañó el 15%. La última semana de julio, los números se revirtieron. Bonfatti, del Frente Progresista, ganó con el 39%, Del Sel quedó segundo (35%) y el kirchnerista Rossi terminó tercero con el 22%. La lectura, en este caso, fue que la gran mayoría de los ciudadanos que votaron en la interna del peronismo, pero no eligieron a Rossi, decidieron votar a Del Sel en lugar de mantener su voto al peronismo.
Así, las dos experiencias de Santa Fe demuestran que los votos no siempre son estables entre las primarias y las generales. Los motivos, no obstante, no son siempre los mismos. Existen diversos factores que pueden hacer cambiar el voto del ciudadano.
Por ejemplo, un partido con una interna atractiva, contra otro sin competencia, es posible que coseche más voluntades en las primarias. Mucha gente se puede ver motivada a votar a ese partido para incidir en la interna que votar en el otro partido que ya tiene definido a su candidato. En las elecciones generales, en cambio, puede votar al otro partido.
Por otra parte, se puede dar que en las primarias exista un voto decidido por afinidad a un candidato o partido y que en cambio el de las generales sea más pragmático, como por ejemplo que aparezca un voto útil, para favorecer a un candidato con más chances que otro.
Ante esta realidad, los resultados de las primarias del próximo domingo no podrán ser tomadas como un reflejo de lo que vaya a pasar en octubre. Algunos candidatos, a futuro, podrían verse perjudicados o favorecidos. Sin embargo, la votación va a servir como una gran encuesta nacional, que va a mostrar, en mayor o menor medida, dónde está parado cada candidato.

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