miércoles, 21 de agosto de 2013

"Caí del cuarto piso y el colchón me amortiguó, pensé que era un terremoto

| Tragedia en Salta y Balcarce

"Caí del cuarto piso y el colchón me amortiguó, pensé que era un terremoto"

Gisel Patroni salvó su vida de milagro en la explosión. Sus piernas quedaron atrapadas bajo los escombros pero su cabeza no se lastimó lo que le permitió pedir ayuda.


Gisel se encontraba en su departamento del cuarto piso que se derrumbó en el instante de la explosión.
 
Gisel Patroni, es una de las sobrevivientes de la explosión que sucedió el 6 de agosto en Salta 2141. La joven estudiante de Arquitectura se recupera acompañada de sus amigos y familia en la localidad de Fuentes, después de estar varios días internadas en el Sanatorio de la Mujer de Rosario. Esta mañana detalló la increíble forma en que salvó su vida.
 
“Me quebré el peroné, la pelvis, tengo para rato en la cama pero ya estoy en mi casa, la cura para esto es reposo absoluto, en unos meses me voy a poder sentar, pero tengo que ir de a poco porque tengo desgarros y quebraduras. Primero tengo que sentarme, después caminaré con andador”, contó.
 
En diálogo con el programa “El primero de la mañana” de La Ocho, Gisel relató como vivió la explosión y que se salvó gracias a un milagro y que aún permanecía adentro de su cama que le sirvió de amortiguación. “Recuerdo todo lo que pasó porque estaba despierta en mi cama, me quisieron abrir la puerta para avisarme lo que iba a pasar y a los diez segundos de eso explota todo, y fue poco tiempo en que se derrumbó todo, yo estaba en la torre que se demolió en segundos”.
 
Gisel vivía en el cuarto piso. “La torre seguramente quebró en mi piso, sobre mi cabeza, y tal vez eso hizo que mi cabeza no se lastimara, pero mis piernas quedaran atrapadas”, describió.
 
“Sabía que había un problema de gas, esa mañana estábamos avisados que iban a cambiar el regulador, pero yo sinceramente cuando explotó todo lo que menos me acordé fue del gas, empecé a gritar y solo se escuchaba silencio, los primeros minutos pensé que era un terremoto y estábamos todos iguales”, dijo al señalar que no se imaginaba que lo sucedido tenía que ver con el arreglo del regulador.
 
“Intenté salir pero era imposible por las toneladas que tenía encima, por suerte la cabeza no se me golpeó en ningún momento. Yo estaba arriba del colchón y eso amortiza la caída y las quebraduras. Además estaba tapada con cuatro frazadas porque dormí con la ventana abierta, por miedo que haya una pérdida ya que iban a arreglar”, agregó.
 
La joven repitió que el silencio la perturbaba pero que pasaron sólo unos minutos hasta que la encontraron. “Yo quedé en el patio interno del edificio y todos los demás estaban en la parte adelante donde estaba el fuego. Me encontró un chico de una casa lindera y se quedó conmigo, empezó a avisar y después empezaron a venir todos, Julio, Juan Carlos, que me sacaron”. 
 
“Ya cuando ellos estaban me daba tranquilidad que iba a salir, pero en un momento movían todo y pensé que se podía caer todo, había peligro de derrumbe. Me dijeron que todo eso duró como dos horas y media, pero para mi fue rápido”, dijo y contó que para encontrar calma le hablaba a su papá que falleció hace tiempo.
 
Mientras estaba bajo los escombros, Gisel dijo que “no sentía nada, llegué a pensar que podía quedar inválida y cómo vivir así, pero a medida que me iban sacando los escombros de encima, moví los dedos y me fui quedando tranquila. Además no sabía si estaba lastimada porque en mi colchón había hierros clavados, yo me mareaba. Pero después me explicaron que el mareo era porque quedé colgada boca abajo”.
 
Agradeció la solidaridad tanto de los rosarinos como de los vecinos de Fuentes y lamentó tener que agradecer en medio de la desgracia: “Hay gente que yo veía todos los días que ya no está”.

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