CAMBIO EN EL VATICANO
La revolución de Francisco sedujo a intelectuales y a políticos de izquierda
Algunos hasta lo comparan con el Che Guevara. Para los representantes del progresismo italiano, el argentino Bergoglio se convirtió en una referencia. Hasta la religión, siempre.
Algunos lo diseñan con la boina del Che, como apareció en afiches de partidos de izquierda o en grafittis callejeros. Otros ruegan que los políticos progresistas aprendan de él. Francisco se convirtió en la estrella de los intelectuales de izquierda de Italia que lo miran como la única brújula posible en tiempos de crisis de la política. El diario Il Foglio, de línea editorial berlusconiana (y con actitud ratzingeriana), le puso título al fenómeno: “Nueva izquierda bergogliana”. “Tiene una posición dura contra las políticas neoliberales”, sintetizó.
A principio de este mes, se produjeron en Italia las elección primarias en el Partido Democrático (PD). En los comicios del principal partido de izquierda italiano, al que pertenecen el primer ministro, Enrico Letta, y el presidente, Giorgio Napolitano, fue furor un afiche con la cara de Jorge Bergoglio, en el que militantes le piden a sus representantes que lo imiten. “Ni siquiera el Che había nacido en Florencia”, se lee en el cartel.
El elegido en el PD fue Matteo Renzi, 38 años, alcalde de Florencia, también se mostró entusiasmado con el Papa: “Impacta y seduce el estilo de Jorge Bergoglio, por su capacidad de presentarse somo compañero de camino, más que como juez. Admiro a un Papa que elige como nombre Francisco y pide de rezar”. Nunca un secretario del primer partido de izquierda italiano se había entusiasmado tanto con un Santo Padre.
Fausto Bertinotti, ex presidente de la Cámara de Diputados y padre de la izquierda radical italiana también se entusiasma con el Papa: “Es una persona extraordinaria cuyos gestos tienen una fuerza revolucionaria”. Bertinotti, histórico protagonista de las luchas sindicales italianas y político de formación marxista, agregó: “Si finaliza la guerra en Siria, deberíamos decirle gracias a este Papa”.
El filósofo y referente de izquierda, Gianni Vattimo, coincide con Bertinotti. “Muchas veces los papas se aventuraron en el tentativo de explicar una guerra justa. En cambio, Francisco dice que la guerra nunca es una solución. Es una importante novedad respecto al pensamiento de la Iglesia”.
Desde el principal medio de centroizquierda italiano, también hay elogios para Bergoglio. “El Papa renunció al magisterio de la condena prefiriéndole el magisterio de la misericordia. Si el Dios de los cristianos no es el predicador de una filosofía, sino el Hijo de Dios que se encarna, entonces se entiende que quien tiene la fe no puede reducir todo esto a pura ideología. Este Papa es una grata novedad que entra en escena”, aseguró Enzo Mauro, director de La Reppública.
Ángela Azzaro, vicedirectora de Gli Altri, el semanario que se autoproclama como “la izquierda cotidiana”, está orgullosa de haber sido la primera en poner la mirada en el “aura revolucionaria” de Francisco: “Fuimos los primeros en salir a los quioscos con la portada ‘Compagno Francesco’ (Camarada Francisco)”.
Hay más periodistas de izquierda fascinados con Bergoglio. Escritor, ex redactor de L’Unità (órgano oficial del Partido Comunista) y uno de las caras más conocidas de la television italiana, Luca Telese, también opina sobre Francisco: “Tiene un estilo tan distinto de los otros papas que se volvió complicado hasta para los vaticanistas seguirlo. Borró el know how de los viejos corresponsales del Vaticano porque comunica como una rockstar. Es un mensaje que debe entender la izquierda”.
Bergoglio tiene más apoyo desde que se publicó la encíclica “Evangelii Gaudium”. Son 84 páginas que denuncian la “tiranía del mercado sin limitaciones”. La más citada en el debate político es la parte de la encíclica en la cual el Papa dice: “Se acusa de la violencia a los pobres y las poblaciones más pobres, sin embargo, encontarán una tierra fértil que antes o después provocará una nueva explotación”.
“Estoy convencido de que Francisco está representando un hecho absolutamente nuevo en la historia de la Iglesia y, quizás, en la historia del mundo”, completó Umberto Eco. “Cuando algunos ingenuamente me preguntan si representa una revolución, yo contesto que las revoluciones se evalúan sólo cien años después”.
Este es Francisco, el hombre que llegó “desde el fin del mundo” para transformar al Vaticano y, sobre todo, provocar una revolución en la izquierda italiana.
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