lunes, 19 de agosto de 2013

Material de formación para entender la coyuntura política actual: “Braden o Perón, un símbolo del peronismo”

Los enemigos de Perón no estaban solamente en la Argentina. Los vencedores de la segunda guerra mundial apuntaban sus cañones hacia él, luego de haber osado no participar de la contienda y mantener la neutralidad
En mayo de 1945 llegaba a Buenos Aires el nuevo embajador de Estados Unidos, Spruille Braden. Ingeniero en minas y diplomático en Cuba, estaba convencido que llegaba al país para derrocar el régimen nazi-fascista. Como es habitual en los embajadores norteamericanos que llegan a tierras latinoamericanas no se preocupó por cuidar las formas diplomáticas y comenzó a organizar reuniones y actos contra el régimen militar. Para comprender mejor el contexto merece aclararse que los norteamericanos no estaban tan solo ‘preocupados’ por la ideología nazi del régimen militar sino que querían aprovechar la debilidad de Reino Unido para que Argentina pasase a la órbita de Washington. Un funcionario del Foreign Office en Londres relató que:
-Uno no puede eludir la sensación de que el ‘fascismo’ del coronel Perón es tan solo un pretexto para las actuales políticas del Sr. Braden y sus partidarios en el Departamento de Estado: su verdadero objetivo es humillar al único país latinoamericano que ha osado enfrentar sus truenos. Si la Argentina puede efectivamente ser sometida, el control del Departamento de Estado sobre el hemisferio occidental será total. Esto contribuirá simultáneamente a mitigar los posibles peligros de la influencia rusa y europea sobre América latina y apartara a Argentina de lo que se supone es nuestra orbita-.
Braden se convirtió, durante cuatro meses, en el jefe de la oposición y no eludió tribuna para criticar abiertamente al régimen militar. Paralelamente como buen embajador intento negociar con el gobierno la autorización para que las líneas aéreas de su país pudieran volar en territorio argentino como así también controlar las empresas alemanas y japonesas confiscadas por el gobierno luego de la ruptura con el Eje.
El embajador se reunió cuatro veces con el coronel Perón. La primera fue protocolar y la segunda y tercera tuvo que ver con la libertad de prensa de los corresponsales norteamericanos. Fue la cuarta, realizada el 5 de julio de 1945 la última y más conflictiva. La misma se concretó en el edificio del Ministerio de Guerra y Braden le planteó la necesidad del gobierno norteamericano para hacerse cargo de las empresas alemanas expropiadas por el gobierno argentino y la utilización de espacio aéreo para las compañías aéreas norteamericanas. Si Perón aceptaba, los Estados Unidos no interferirían en una posible candidatura del coronel. Perón le señalo que había un solo problema para aceptar la propuesta.
-Spruille Braden- ¿Cuál es el problema?, le dijo un intrigado Braden
-Juan Domingo Perón-Pues, que en mi país, al que hace eso, se lo llama HIJO DE PUTA..!

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