jueves, 31 de marzo de 2011

del b log de artemio

3/30/2011

arde chubut, la marcha de marito

Existen en este momento 8 urnas recurridas , 4 de 350 votos y otras 4 de 250 votos.
Se exigirán elecciones complementarias para las ocho.
Para contrarestar la complicación creciente del resultado de las elecciones, lejos ya del anuncio oficial del Gobierno de Chubut, el inefable Marito piensa en iniciar mañana una larga marcha para forzar la aceptación del triunfo de Buzzi.
No pasará y la cuestión no quedará pacífica ( juridicamente hablando, ojo). Lola.

uh que paliza se viene, encima mejora el gini... mamita por algo de bajó sanz, por algo se bajó!

El valor del coeficiente Gini fluctúa entre 0 y 1. En la medida en que éste se aproxima a cero, refleja una distribución del ingreso más o menos igualitaria, es decir, una situación en la que todas las personas obtienen casi el mismo ingreso.
En sentido contrario, cuando el valor del coeficiente se aproxima a uno, muestra una distribución regresiva concentrada en pocas personas, acercándose así a una situación de desigualdad absoluta.
Desde el año 2003 a la fecha, el Gini paso de 0,476 a 0,394, el valor más bajo desde el año 1982, pero aún lejos del que tuvimos con Perón vivo, en el año 1974 de 0,357.
El dato duro a considerar que rompe la serie nacional, literalmente un gol de "otro partido" es que en Morón, al mantenerse el piso y levantarse el techo tanto al mismo tiempo, el Gini es de 0,00000001, Sanatella lo hizo allá, Vilma lo hará en la City, cómo que no!
A ver, cantemos Obispete fachozurdete, 1, 2 3 , va : Alerta, alerta, alerta que camina , el post kirchnerismo por Entre Ríos y Alsina !
Psssssss!

el bloqueo a clarín: una mirada

Recibimos este análisis de Alan Martin Ulacia del "Grupo Atenea" Espacio de Análisis Político, en clave Alain Badiou , que queremos compartir :
Los hechos acontecidos entre el sábado 26 y el domingo 27 pasados no sólo refieren el bloqueo de un diario-empresa, el punto culmine de un prolongadísimo reclamo sindical, a la pobrísima tematización de la “libertad de expresión” como cuestión, en fin…
El bloqueo de trabajadores/delegados gráficos a la planta impresora del diario Clarín, ubicada en el barrio de Barracas, es la punta de un iceberg, pone en relieve mucho más, para aquel que tenga la voluntad de ver. Pero no dice nada nuevo, sino al parecer olvidado.
Evidencia el carácter eminentemente contradictorio del Estado Moderno en tanto relación social de dominación, por tanto relación asimétrica, garante a su vez de la reproducción y regulación de la dinámica, también por cierto contradictoria y conflictiva, del sistema capitalista.
El Estado no es meramente ese “frío monstruo frío” del cual hablaba el Zarathustra nietzscheano. Es más bien una arcilla social que adopta formas específicas al calor de los conflictos políticos, de la lucha de clases, de las derivas socio-culturales de los pueblos.
El Estado no es una maligna maquinaria alienante, autónoma y racional, que traslada el momento político allí lejos, en las cumbres de un Parlamento, de un Gobierno, de una Oposición, de una Casa Rosada, de un Ministerio, de un Partido. El Estado adquiere su forma y da luz a sus obras en el fragor mismo de una conflictividad social de la cual es tanto artífice como a veces cómplice.
Pero el Estado Moderno es esencialmente capitalista, garantiza y regula la reproducción de una determinada relación social (el capital), desde el momento en que se dice “escindió la economía y la política”, desde que expropió a las clases dominantes feudales del monopolio legitimo de la violencia física, aplicada antes directamente sobre el proceso productivo.
Así, en el modo de producción capitalista, el trabajo deviene formalmente libre, y allí, por otra parte, concentrada en el Estado, la violencia física cumple la función punible-legal de castigar-esterilizar tanto al burgués despótico como al proletario rebelde.
Uno de los descubrimientos principales de Marx fue el de sostener, mediante la metodología del materialismo histórico, que las contradicciones que se producen en el seno de la sociedad civil, dialécticamente constituidas ellas, no pueden ser resueltas en el “momento” Estatal sino ilusoriamente, mediante un conjuro mistificante.
Sin embargo Marx no vivió para ver la forma Benefactora que asumió el Estado desde la segunda posguerra, como tampoco lo vio Nietzsche cuando le decía al antiguo Estado Liberal “allí donde existe pueblo se ve al Estado como un mal de ojo”. Ambos no pudieron ver con sus propios ojos cómo el conflicto si podía ser regulado, peligrosamente equilibrado, mediatizado o resuelto momentáneamente, a veces a favor del polo del trabajo, a veces a favor del capital.
Cristalización de complejas relaciones de fuerzas. Arcilla decíamos, siempre en fluido devenir. Poderosa fuerza centrípeta-centrífuga que estructura el funcionamiento de la mayoría de las comunidades humanas. Un nuevo dios. A veces sin querer, fetichizado por sus devotos, otras veces ellos concientes del valor fundante de la fe que en él depositan.
Pero profundicemos en el complejo fenómeno del bloqueo de Clarín como graficación de los límites estructurales del Estado capitalista. Esto para intentar ofrecer una alternativa a la simplista lógica binómica “Gobierno-Oposición/Clarín/Campo” que domina y envuelve mayoritariamente el pensar de nuestra actual coyuntura política nacional. Primero de-construyamos las dos dimensiones/actores que protagonizaron los hechos.
1)- Clarín. El brazo gráfico de un monopolio mediático reclama al Estado (detentador del monopolio de la violencia física sobre un determinado territorio) una política represiva por parte de la Policía Federal con la misión de desmantelar, a saber, el “piquete” erigido en la planta de Barracas desde el sábado a la noche, piquete que impide la distribución de los diarios dominicales Clarín y Olé.
Tapa del día lunes en blanco. Bien dice Víctor Hugo (arribista con buena voz) cuando pregunta porqué Clarín no saca una tapa en blanco el 24 de marzo de 1976, en vez de su famoso e infame titular “Nuevo Gobierno”.
Ante la omisión estatal de la orden judicial que ordena el desalojo de los manifestantes, el Grupo Clarín, junto a sus lamentables esbirros periodísticos (¡ay Lanata!) y políticos (y también sus lectores que, perdón si hiero sensibilidades, ya son francamente estúpidos si no leen el diario en clave crítica) ponen el grito en el cielo y le rezan a la violada dama Democracia, a la vilmente ultrajada princesa Libertad de Expresión.
Desconocen y omiten, como bien dice el Ministro Carlos Tomada, el carácter laboral-sindical del conflicto, y comienzan a escupir sus habituales venenos, a denunciar un autoritarismo creciente, vinculan a la operación, sin fundamentos como siempre, al horroroso monstruo mitológico Hugo Moyano, tal vez por el simple detalle de que en la escena había, inevitablemente, un par de camiones.
En sus numerosos y habituales móviles berreta, jamás interrogan a los trabajadores de AGR (Artes gráficas rioplatenses), protagonistas del reclamo. Nunca se informa que los “piqueteros” son trabajadores del diario, en franco conflicto con el diario mismo.
En esta tragicomedia, Clarín es parte de un monopolio mediático empresarial en explícita disputa política con un Gobierno al cual, curiosamente, le exige en esta oportunidad el ejercicio de sus capacidades represivas. Y frente a la poco ingenua omisión estatal, corre del eje de la disputa para, en nombre de la Libertad de Expresión y la Democracia Utrajada, vender más ejemplares y alimentar con su diario bananero, al penoso gorilaje clasemediero.
2) Trabajadores de AGR. En verdad fue algo muy singular ver y escuchar al delegado sindical Luis Siri ayer en 678. Denunció las inverosímiles irregularidades sindicales que reinan en el diario Clarín. Dio cuenta de la situación particular de sus compañeros y de un conflicto que se inicia en el año 2000 con el despido de 120 delegados de la comisión interna del diario. Retó a Tomada por no asistir a la reunión que él mismo convocó para la conciliación obligatoria.
Puso en evidencia la judialización del conflicto por parte de los abogados de Clarín, (¿es en verdad un impotente legal el Ministerio de Trabajo?), develó la jugosa compra de delegados por parte de la patronal.
Prácticamente, y esta es la clave de la cuestión, le faltaba terminar pidiendo una intervención por la fuerza a Clarín, se notaba en sus ojos que ese era el horizonte inefable que no se animaba a mencionar. Digo que esto es la clave para entender la naturaleza contradictoria del Estado capitalista porque dos demandas iguales (uso del monopolio de la violencia estatal) se formulan desde dos lados distintos: los trabajadores (AGR) y los empresarios (Clarín).
Y volviendo al piso de 678, frente a la indignación del mismo Tomada y de los homos fabers seisieteochescos, Luis Siri largó una frase tal vez simple, ya escuchada y vulgarizada, pero potencialmente revolucionaria, tomada de donde viene: “La política tiene que estar al servicio de la sociedad, no al revés”. Frente a esto, Sandra Russo, desencajada, habló de “responsabilidades políticas”, otros de “ubicarse en la coyuntura”.
Ahora bien, la indignación y la molestia de los panelistas de 678, estos sí fundidos en uno con el Gobierno, expresan las limitaciones del lenguaje estatal para solucionar conflictos que no se regulan, que no se “concilian obligatoriamente”, que son irreconciliables, que desbordan la institucionalización tranquilizadora y los arcanos legales: los conflictos de clase.
Conflictos genéticamente determinados por la naturaleza del trabajo humano en el marco del sistema capitalista, naturaleza que este Estado, el argentino, ni ningún otro, impugnan, cuestionan. Pues simplemente no pueden, “no debo” reza su imperativo existencial.
Los Estados, estructuralmente hablando, sólo pueden lidiar y sobrellevar esta realidad histórica, porque ir más allá de ella implicaría iluminar la posibilidad de horizontes inestables, mestizos, revolucionarios. Como mucho sus políticos podrá aceitar “modelos de acumulación con inclusión social” y sus intelectuales orgánicos enaltecer “una filosofía del conflicto y el virtuosismo maquiaveliano en política”.
Pero nada más.
“¿Y vos qué proponés?” se les suele responder a estos planteos críticos “maximalistas”, “irresponsables”, “ingenuos”.
Como mucho, con esto, una cosquilla literaria.
Sólo sé que las palabras “regulación”, “equilibrio” y “seguridad”, irrebasable límite semántico del Estado Moderno, son amigas de la palabra “poder”. Mientras que “incertidumbre”, “peligro” y “búsqueda” son amigas de una palabra olvidada, quizá derrotada:
Tomo esta palabra y le construyo una morada-pregunta:
¿Es realmente posible la emancipación humana a la vez que exista una mediatización estatal de nuestras relaciones sociales?

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