Juan Domingo Perón, el líder de La Cámpora en Carlos Paz
Tiene 34 años y es pariente lejano del ex presidente. Tiene problemas con su nombre y se ilusiona con conocer a Cristina. Fotos.
Una historia de coincidencias familiares y diferencias políticas. | Foto: Gentileza "Carlos Paz Vivo"
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Cosas del destino. En Carlos Paz, el líder de la agrupación kirchnerista La Cámpora, se llama Juan Domingo Perón. Peluquero canino y diseñador de páginas web, este porteño de 34 años llegó a Carlos Paz de vacaciones en el 2006 y se enamoró de la ciudad. Entonces no lo dudó: empacó sus cosas y decidió alejarse para siempre del trajín de Buenos Aires. Se instaló en la villa serrana, comenzó con un pequeño emprendimiento y vio una buena oportunidad para militar.
"Después de la muerte de Kirchner sentí que podía aportar algo a Carlos Paz, pero hasta ese momento jamás había militado", contó Perón en diálogo con Perfil.com.
"Mi familia nunca se vinculó con la política, a pesar del apellido. La más comprometida fue mi mamá que tuvo su etapa de rebeldía al momento de llamarme Juan Domingo en plena dictadura, en el año 78. A ella no querían aceptarle el nombre, pero insistió y finalmente la dejaron anotarme así. A los dos días nos fue a buscar la policía para arrestarnos y tuvimos que mudarnos de barrio, pero por suerte el tema no paso a mayores", recuerda.
Perón no sólo tiene el mismo nombre, sino que mantiene un vínculo sanguíneo con el histórico líder obrero. "Mi papá es sobrino nieto del general" señala orgulloso y agrega: "Él se llama así porque Evita lo pidió. Mi abuela sufría de tuberculosis y le habían ordenado abortar, pero con la ayuda de Eva Duarte, tuvo los mejores cuidados en un hospital y cuando el bebé nació le dieron la orden de llamarlo Juan Domingo".
El joven se muestra contento con su nueva etapa como político y no duda en afirmar: "Mi gran sueño es poder mejorar la ciudad desde mi posición y ojalá algún día llegue a conocer a Cristina, me encantaría hablar con ella", se esperanza.
Cargadas. Juan Domingo atraviesa dificultades todos los días a causa de su particular nombre "Es bravo llamarse así. Cuando contrato servicios no me toman en serio. Por varios meses esperé que me conectaran televisión por cable y cuando fui a las oficinas a reclamar me explicaron que creían que era un chiste que por eso no habían ido a instalar, y eso me pasa con frecuencia. Igualmente creo que ya pasé la peor etapa de las cargadas que fue la infancia, en donde se había transformado en una mochila difícil de llevar. Ahora llevo con orgullo mi nombre y me enfoco en mirar lo que viene", finalizó.
"Después de la muerte de Kirchner sentí que podía aportar algo a Carlos Paz, pero hasta ese momento jamás había militado", contó Perón en diálogo con Perfil.com.
"Mi familia nunca se vinculó con la política, a pesar del apellido. La más comprometida fue mi mamá que tuvo su etapa de rebeldía al momento de llamarme Juan Domingo en plena dictadura, en el año 78. A ella no querían aceptarle el nombre, pero insistió y finalmente la dejaron anotarme así. A los dos días nos fue a buscar la policía para arrestarnos y tuvimos que mudarnos de barrio, pero por suerte el tema no paso a mayores", recuerda.
Perón no sólo tiene el mismo nombre, sino que mantiene un vínculo sanguíneo con el histórico líder obrero. "Mi papá es sobrino nieto del general" señala orgulloso y agrega: "Él se llama así porque Evita lo pidió. Mi abuela sufría de tuberculosis y le habían ordenado abortar, pero con la ayuda de Eva Duarte, tuvo los mejores cuidados en un hospital y cuando el bebé nació le dieron la orden de llamarlo Juan Domingo".
El joven se muestra contento con su nueva etapa como político y no duda en afirmar: "Mi gran sueño es poder mejorar la ciudad desde mi posición y ojalá algún día llegue a conocer a Cristina, me encantaría hablar con ella", se esperanza.
Cargadas. Juan Domingo atraviesa dificultades todos los días a causa de su particular nombre "Es bravo llamarse así. Cuando contrato servicios no me toman en serio. Por varios meses esperé que me conectaran televisión por cable y cuando fui a las oficinas a reclamar me explicaron que creían que era un chiste que por eso no habían ido a instalar, y eso me pasa con frecuencia. Igualmente creo que ya pasé la peor etapa de las cargadas que fue la infancia, en donde se había transformado en una mochila difícil de llevar. Ahora llevo con orgullo mi nombre y me enfoco en mirar lo que viene", finalizó.
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